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Año III - Nº 189
Uruguay, 07 de julio del 2006
Inscripto en el Registro de Derechos de Autor en el libro 30 con el No 379
 

 

 
Secreto Bancario
Por Helena Arce
 

El secreto bancario ha sido en nuestro país una tradición. El actual gobierno se comprometió a conservarlo. Es bueno o malo, no lo se sinceramente, posiblemente es bueno en la medida que atrae a nuestro sistema financiero, dineros volátiles que siempre intentan resguardarse de los impuestos que los diferentes gobiernos intentan cobrarles.

¿Es dinero mal habido? No siempre, "el capital es cobarde", es una frase que escuchamos a diario, dentro de los riesgos inherentes a tener un capital e invertirlo en alguna actividad, siempre su propietario busca minimizar los riesgos.

En el mundo de hoy, donde varios sectores de la actividad económica, sobre todo el referido a servicios, se maneja en el éter. O sea, digámoslo más claramente, sin asiento físico en ningún país en especial, pues las operaciones, o negocios se manejan por Internet. Y esto se realiza, independientemente que quienes hacen los negocios estén en un país o en otro, simplemente realizándolo desde una computadora, en el lugar en que se encuentren cuando se presenta la oportunidad, ya sea esto de vacaciones en una remota isla remota, o de visita en casa de un familiar, es lógico el deseo de quienes legítimamente lo han obtenido, busquen que los giros por el pago de su trabajo les sean hechos a aquellos países donde mas barato le saldrá. Esto es lo mismo que decir donde menos impuestos les cobrarán, y más seguro está.

Más seguro quiere decir que la estabilidad del país, le proporciona la certeza de hacerse con él, en el momento y en la ocasión que su propietario estime necesario, y además no tenga que rendirle cuentas a nadie que ese dinero es suyo, más que al Banco que lo tiene depositado.

Es cierto que el secreto bancario también estimula a aquellos que tienen divisas para invertir a dejarlo quieto en los bancos, donde los impuestos son mínimos, por lo tanto no se fomenta la inversión en la producción industrial que todos anhelamos. Y este anhelo no es por capricho, sino por la imperiosa necesidad de las fuentes de trabajo que esa producción industrial crea.

También es cierto que el impuesto a la renta de las personas físicas es una utopía, en la medida que es imposible aplicarlo a aquellos que más ganan, lo suficiente, como para poder esconder el dinero ganado en los bancos, nacionales, o extranjeros.

EL M.P.P. con muy buena intención propone que a los efectos de contralor fiscal, o sea a pedido de la oficina recaudadora de impuestos, conocida como D.G.I., sea viable el levantamiento del secreto bancario. Es sí, una forma de poder "pescar" a aquellos evasores contumaces que esconden sus dineros en el banco a los efectos de tapar sus ventas en negro, y por que no también sus compras.

Aclaro que, lamentablemente en lo personal, el levantamiento del secreto bancario no me producirá ni cosquillas, aun no he logrado recuperarme de los latigazos que la crisis del 2002, dejó en mi particular economía, y solo tengo deudas que como puedo, de a poco, pues además tengo que vivir, voy pagando.

Pero yo me pregunto, a nadie se le ocurrió: ¿Cómo esta medida vulnera el derecho del ciudadano común?

Esta vulnerabilidad opera de la siguiente manera, los ciudadanos a quienes otros les deben dinero, y sus deudores se declaran insolventes, o simplemente se desentienden de pagarles lo que les adeudan, no tienen la posibilidad de que el secreto bancario sea levantado. Conozco casos, y puedo dar ejemplos con nombre y apellido, que ante el requerimiento del levantamiento del secreto bancario, proporcionando el número de cuenta del deudor, y con la deuda probada y aprobada por sentencia judicial, el levantamiento fue rechazado por el Juez. Ahora bien: ¿Qué prerrogativas tiene la D.G.I sobre los ciudadanos comunes, a la que le asistiría el derecho de la cuasi seguridad de cobrar sus deudas por el derecho al levantamiento del secreto bancario, sobre los demás ciudadanos de a pie, que no podrían acceder a ello a los efectos de poder lograr el cobro de las deudas que las mismas personas, mantienen con ellos?

Por lo tanto desde aquí, planteo mi total desacuerdo con una medida tan injusta y arbitraria. Si el secreto bancario se levanta en Uruguay, este debe hacerse para todos los casos, por un estricto sentido de justicia, no únicamente para un ente recaudador del Estado.

En este país, está estipulado en nuestra Constitución, que todos somos iguales ante la ley, o sea que tenemos los mismos derechos y obligaciones. El levantamiento del secreto bancario únicamente para las deudas con el estado, vulnera el derecho de todos los demás acreedores de las personas que no les han pagado sus deudas, pudiendo hacerlo y esconden su posibilidad de hacerlo en los bancos, beneficiados por el secreto bancario.

Por lo tanto estimo conveniente que o el secreto bancario se levanta en todos los casos, o no se levanta en ninguno de ellos.

 
 
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