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¡Se lo advertimos!
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| por Francisco Gallinal |
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En más de una oportunidad levantamos nuestra voz advirtiendo del riesgo enorme que significa para nuestra economía permitir que la inflación ascienda y se termine transformando en una amenaza para todos los hogares. No le erramos en la afirmación, ni en la necesidad de alertar al equipo económico que se está equivocando, y que debía corregir muchas de sus definiciones.
Por una razón muy sencilla; la inflación es el peor de los impuestos, y el que más duramente golpea a la familia uruguaya, a quienes viven de su trabajo, o de su jubilación. Por que le va quitando poder adquisitivo, va minando su capacidad de compra al elevar el valor de los productos esenciales de la canasta familiar, eliminando la capacidad de ahorro, reduciendo el nivel de vida de nuestra gente.
Por algo el último gobierno del Partido Nacional hizo de la lucha contra la inflación un objetivo de primer nivel; recibió al país con una inflación del 120 %, y con conducta y perseverancia le permitió inaugurar una nueva política de estado, la del combate a la inflación. Y el Uruguay se llegó a inflación cero porque sucesivas administraciones siguieron los lineamientos del gobierno blanco y así se benefició a la población en su conjunto, y en particular a los sectores de menores ingresos.
Este gobierno dejó por el camino esa política sana de cuidar la economía en su conjunto; apostó al gasto indiscriminado, sin establecer prioridades y gastando en demasía, y a la vez incrementó la carga tributaria es decir el peso de los impuestos sobre la familia y los sectores distintos de la economía. Resultado: inflación que supera ampliamente las previsiones del equipo económico. En lo que va del año tenemos ya una inflación superior a la que el gobierno esperaba para todo el año 2007.
En efecto, ¿cuáles son los números que hoy provocan nuestra alarma y demuestran que no estábamos equivocados en advertirle al gobierno de sus errores? 1,8 % de inflación en el mes de agosto, 8.3 % de inflación en el período enero – agosto del año 2007, y 9,1% en el transcurso de los últimos doce meses. De seguir en ésta línea – y todo indica que hacía allá vamos – nos dirigimos a una inflación superior a un dígito, o sea estamos superando el límite de lo razonable y arriesgando demasiado.
Los alquileres, y otros productos básicos como el pan, la leche, los fideos, se han ido a las nubes y han presionado al alza la inflación. No se equivoca entonces Doña María cuando día a día aparece diciendo que “la plata no alcanza”, que “todo ha subido de precio”, que comer hoy cuesta mucho más caro que hace poco tiempo.
Claro de todo esto el gobierno de Vázquez se percató el lunes cuando por primera vez se llevó el tema al Consejo de Ministros. Y se habrán percatado también que el Ministro de Economía ha perdido el manejo de la política económica al ceder ante las presiones de sus compañeros de coalición frenteamplista. Ha posado mucho más de candidato que de Ministro y hoy es el país el que paga el precio de sus marchas y contramarchas, de sus aspiraciones.
¡Qué no digan que no tienen una oposición responsable! Hemos machacado insistentemente en los últimos meses con ésta temática, alertando, proponiendo alternativas, convocando a reducir el gasto superfluo en las Rendiciones de Cuentas, pidiendo medidas contra cíclicas, y la soberbia del equipo económico siempre sintió o creyó que sabía más. Ahora los platos rotos los pagamos todos. Este no era el cambio que el Uruguay necesitaba.
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