CONTESTANDO A JAVIER FUENTES
(Los Judíos y las Moscas)
Jorge Alberto Sassón
Sydney/New South Wales/Australia
Para aquellos lectores desprevenidos, seguros de que el anti-semitismo está circunscripto a las organizaciones terroristas y sus acólitos el Medio Oriente, este señor Fuentes nos brinda el mejor ejemplo de está muy vivo y coleando, aún cuando aparezca disfrazado con unas cuantas perogrulladas sin sentido.
Sí, señor Fuentes: Usted es un rabioso, declarado, ferviente, total, absoluto e irreconciliable ANTISEMITA.
Pretende, tal cual lo hizo la Alemania Nazi y siguiendo su guía y ejemplo, comparar el derecho a defenderse de un pueblo con el asesinato despiadado e indiscriminado contra civiles indefensos.
Cita a tanques israelíes masacrando niños en Palestina. Glorifica al movimiento palestino como un pueblo sufrido en busca de su libertad. Menciona al Holocausto "en passant", como algo que sucedió hace tiempo, menoscabando adrede su trascendencia para darnos su "enfoque" muy personal y tendencioso, aunque carente tanto de veracidad como de objetividad.
Critica a la Sra. Rahola, a la que no conozco personalmente, pero a la que respeto en grado superlativo, respeto que se ha ganado internacionalmente por sus comentarios veraces, objetivos, certeros y centrales, sin inclinarse jamás a doctrinas partidarias y menos aún, a la defensa encubierta del terrorismo en cualquiera de sus manifestaciones.
Este Sr. Fuentes, elude ciertas verdades cuando le conviene para poder así, justificar abiertamente su rabioso antisemitismo, cubriéndolo cautelosamente con una prosa florida y citando ejemplos unilaterales. Pero es hora de desenmascararlo.
El estado de Israel, se formó gracias a una resolución de las Naciones Unidas en 1948, en las que justamente Uruguay tuvo una participación excepcional al ser el voto decisivo que se necesitaba. (Se votaba en orden alfabético y el voto uruguayo del canciller Zorrilla definió la votación).
Por consiguiente, a menos que algo se me haya escapado en la traducción, el estado de Israel se formó de acuerdo a Derecho y no por balas, terrorismo, bombas ni atentados.
Los estados árabes, EN SU TOTALIDAD, no aceptaron el decreto de las Naciones Unidas y decidieron que Israel no tenía derecho a existir, por lo que se dedicaron, por todos los medios y formas, a tratar de exterminarlo, tomando como meta para la adoctrinación y propaganda, la aniquilación total.
Israel, no repuesto aún del Holocausto (y el Jurado aún delibera si algún día se repondrá) se encontró, desde el primer día, rodeado de enemigos que sólo buscaban borrarlo del mapa.
Podría haber hecho lo mismo que los Judíos en Europa Central. Aceptar su destino y marchar pacíficamente hacia su exterminio en los campos de concentración o ponerse de pie y luchar. Y eso hizo. Decidió levantarse y luchar por su supervivencia. Teniendo un estado LEGALMENTE constituído, no tenían por qué aceptar asesinatos continuos, bombas y atentados contra civiles indefensos, ya que los palestinos, demostrando su innata "valentía", no atacaban puestos militares y siempre ponían a sus niños por delante ante el avance israelí, conducta sólo explicable en términos que exceden el límite de lo publicable.
Pero este Sr. Fuentes no repara en ello. Sólo ve el derecho a defenderse del pueblo israelí como una afrenta hacia el "sufrido" pueblo palestino, disimulada y arteramente justificando las bombas asesinas de éstos contra civiles indefensos en Israel.
No sé en qué mundo vive este Sr. Fuentes, ni cuántas svásticas colecciona en su búnker. Pero la diatriba parcial, envenenada, tendenciosa y falsa con que adorna su prosa, lo muestran, mal que le pese y aunque trate de disfrazarlo de un seudo-intelectualismo, como un rabioso antisemita de los tiempos modernos.
El gran mérito de la Sra. Rahola, a la que nuevamente reitero mi respeto y admiración, es que le bastó un simple rasguñón superficial a la conciencia colectiva del mundo civilizado para sacar a relucir los tumores malignos que aún la infectan. Mis felicitaciones, señora Rahola.
Las notas publicadas en esta sección son de exclusiva responsabilidad de sus autores, y no necesariamente representan la opinión de Informe Uruguay, siendo éste un espacio en donde nuestros suscriptores se expresan libremente. |
|