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Otro exabrupto legislativo
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| por Jaime Mario Trobo |
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Practicando la lógica de la mayoría absoluta, que ya ha hecho cometer a este gobierno graves errores y producir una legislación de graves horrores, hace pocas horas la Cámara de Diputados aprobó con “el tambor batiente” de la izquierda, un proyecto de ley que entre otras graves consecuencias legaliza la poligamia.
Esta torpeza, es el resultado de la febril impaciencia con la que la izquierda abona sus facturas a los compromisos con organizaciones internacionales que bajo el título de la promoción de los DDHH, se proponen derribar los trabajosos acuerdos que a lo largo de la historia de nuestra sociedad han resuelto fomentar valores, principios y han ido creando los marcos jurídicos constitucionales y legales para preservarlos y promoverlos.
Pero a esa torpeza, expresada por decenas, que puede ser descubierta a poco que se analicen las leyes cuyo trámite sumario ha sido proyectado y ejecutado por la izquierda, se suma la vocación decidida de transformar la realidad torciendo pautas culturales, acuerdos sociales de larga data y disposiciones constitucionales que forman parte del capítulo de derechos y deberes y se relacionan con el adecuado desarrollo del individuo y su entorno mas cercano, la familia.
Mientras en el Senado se admite la legitimidad del aborto y por tanto la muerte como instrumento, para resolver situaciones que la sociedad debe asumir responsablemente y realizar la totalidad de sus esfuerzos para dar garantías a la vida y también respaldo a los problemas de la maternidad. En la Cámara se aprueba el proyecto de “ unión concubinaria” que legaliza la unión de personas del mismo sexo, genera derechos análogos a los de l matrimonio sin mayores exigencias, ni siquiera la de fidelidad mutua de quienes se unen bajo su auspicio y disminuye severamente los respaldos que el matrimonio clivaje de la familia tradicional garantizada en los artículos 40, 41 y 42 de la Carta magna.
Hemos votado en contra este último proyecto y hemos señalado las graves consecuencias que acarreará su aplicación, tampoco votaremos el que admite el aborto y expresaremos sin timidez nuestra franca oposición a tan arrebatado ataque a la vida de un indefenso. Pero, sentimos que lamentablemente esta posición no ha bastado y no bastará para detener el empecinado propósito de la izquierda de dar por tierra con valores esenciales de la convivencia de nuestra sociedad. Por el sendero de admitir su incapacidad para luchar y vencer las patologías que siempre existieron en todas las sociedades, la izquierda no repara en disminuir los respaldos a inobjetables derechos e insustituibles instrumentos de desarrollo de la sociedad como lo son el derecho a la vida y la protección y promoción de la familia.
| Que frivolidad demuestran para tratar tan elevados temas. |
Artículo 40.- La familia es la base de nuestra sociedad. El Estado velará por su estabilidad moral y material, para la mejor formación de los hijos dentro de la sociedad.
Artículo 41.- El cuidado y educación de los hijos para que éstos alcancen su plena capacidad corporal, intelectual y social, es un deber y un derecho de los padres. Quienes tengan a su cargo numerosa prole tienen derecho a auxilios compensatorios, siempre que los necesiten.
La ley dispondrá las medidas necesarias para que la infancia y juventud sean protegidas contra el abandono corporal, intelectual o moral de sus padres o tutores, así como contra la explotación y el abuso.
Artículo 42.- Los padres tienen para con los hijos habidos fuera del matrimonio los mismos deberes que respecto a los nacidos en él. |
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La maternidad, cualquiera sea la condición o estado de la mujer, tiene derecho a la protección de la sociedad y a su asistencia en caso de desamparo.
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