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Uruguay ya tiene grupo
en el Mundial de Sudáfrica
por Fernando Pintos
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Se terminaron los nervios. Las especulaciones dieron fin. Uruguay clasificó al Mundial de Sudáfrica 2010 y se realizaron los sorteos. El único que sacó un grupo accesible a primera vista fue Paraguay. En cuanto al grupo de Uruguay, veámoslo por el lado positivo. Es bueno enfrentar a los rivales fuertes en primera ronda, porque vienen fríos y sin ritmo. Francia puede ser más accesible en el primer partido que en el cuarto o quinto, y así todos los demás. En cuanto a Uruguay… ¡A pesar de Tabárez!… ¡Y a pesar de Paco!… ¡Y a pesar de unos cuantos convocados!… ¡No jugó tan mal la Eliminatoria! Chile no nos pudo ganar. Con Paraguay, ganamos uno y perdimos otro. Con Colombia ganamos los dos. Con Ecuador, empatamos uno y ganamos el otro, pero en la altura de Quito, donde tantos otros acostumbran sonar como arpa vieja. Con Venezuela fueron dos empates. A Bolivia le ganamos en Montevideo y le empatamos en La Paz (donde Argentina fue víctima de una goleada histórica, que los dejó a todos histéricos). A Brasil, si bien nos ganó los dos partidos, lo bailamos en su casa (en la nuestra, el arquero Viera regaló el partido). Con Argentina fue lo peor: dos derrotas, ¡y contra qué Argentina! (Debe haber sido la peor de los últimos 50 años)… La otra gran decepción fue la impensable derrota contra Perú (último de la tabla) en Lima.
En líneas generales, ¡y muy a pesar de Tabárez!, no se jugó nada mal. Los malditos arqueros puestos bajo los tres caños por decreto (de Paco Casal, por supuesto), fueron quienes nos mandaron de cabeza al Repechaje, cuando en realidad y por justicia debimos haber ganado la clasificación directa con bastante comodidad... Ése es un panorama más o menos imparcial de lo que sucedió, más allá del asco y la rabia que uno pueda sentir por ese esperpento inútil llamado Tabárez. Y una conclusión, sería que: los jugadores no lo hicieron tan mal (a pesar de estar obligados a jugar fuera de puestos y a cualquier cosa, por mandato de un absoluto incapaz, trepador, vividor, mitómano e incompetente).
En consecuencia, y más allá de las lógicas manos, manitos y manotazos, sobre todo arbitrales que podemos esperar y temer en favor de Francia y Sudáfrica, Uruguay le podría pintar la cara a más de uno y clasificar sin mayores problemas a octavos de final. A partir de ahora, estamos en las manos de los jugadores. De los cracks, de los troncos, de los fogoneros… Es decir, de los que sean convocados. Pero tenemos calidad y se puede. Si lo analizamos fríamente, no dudamos de que Chile, por ejemplo, querría cambiar de grupo con nosotros. Los diarios de Sudáfrica se lamentaron de tener que enfrentar a un campeón mundial (de una copa) europeo y a otro campeón del mundo (de dos copas) sudamericano. Y se debe recordar que los franceses clasificaron metiendo manos, con ayuda escandalosa de los árbitros y con su propia opinión pública proclamando que el asunto había sido una vergüenza nacional (y tienen, para colmo, un entrenador tan malo como el nuestro)…
En lo que se refiere a México, estuvieron casi toda la Eliminatoria de CONCACAF prendiendo velas a la Virgen y temblando porque pensaban que se quedaban fuera. México tuvo que llamar a un tipo de 37 años (que jugaba en el Chicago Fire de la MLS), Cuahutémoc Blanco, para darle un poco de calidad al medio campo. México no tiene delanteros goleadores como los tantos que tenemos nosotros, y tuvo que nacionalizar a un argentino, Vicente Matías Vuozzo, para ver si mete algunos goles. México tiene un técnico que no es malo (en España dirigió al Osasuna y el Atlético de Madrid), pero que en las Eliminatorias hizo barbaridades. En un partido, un jugador del equipo contrario pasó con pelota dominada, pegado a la banda de cal, este señor le pegó una patada desde fuera, con el consiguiente escándalo mediático y la correspondiente sanción (muy benévola) de FIFA. Y como si fuera poco, este señor puso como asistente a un técnico estrambótico para que le convocara jugadores y manejara la selección tras bambalinas. Me refiero a Mario Carrillo, quien fracasó de lo lindo en un par de equipos grandes (Cruz Azul y América) y que, cuando dirigía al Puebla, obligaba a los jugadores a seguir las directivas de su «mentalista» oficial (una vulgar bruja)… México, además, se clasificó con el agua al cuello y recién hacia el final de la Eliminatoria encontró un cierto juego colectivo. Pero lo cierto es que, en el proceso, convocaron a una cantidad exagerada de jugadores…
Finalmente: a Sudáfrica, los chilenos le dieron un verdadero baile, con mareo y goleada incluidos, hace muy poco. Ese mismo seleccionado chileno que no nos pudo ganar en Santiago y que nos empató en Montevideo gracias a un par de regalitos de Fabián Carini, si no me equivoco… Así que, a no tener miedo, porque ninguno de estos tres equipos que nos tocaron es un cuco. Más cucos son, eso sí, los árbitros venales de FIFA. A ésos y a la sombra negra de ciertos malandrines, como Blatter o Grondona (por no hablar de Paco y Tabárez), sí hay que tenerles no miedo, sino más bien pánico.
El peor problema de Uruguay se llama Tabárez. De jugadores andamos bien, incluso hasta con las chambonadas de este tipo en las convocatorias. Pero el problema, a todas luces grave, radica en la dirección técnica. Es un problema bien serio jugar a absolutamente nada, después de un «Proceso» que lleva más de dos años y medio de funcionar al tranco cansino, con multitud de trabas y resbalones. Y otro tremendo problema es que Tabárez insiste en poner a los jugadores fuera de sus puestos habituales y en funciones que ni sienten ni dominan. Y algo también preocupante es que el DT no transmite nada positivo, ni al equipo ni a la hinchada (es, en apariencia, un perfecto anti-motivador). Y para colmo de males: se empecina en convocar algunos individuos impresentables, que son un verdadero lastre para el resto de los jugadores.
© Fernando Pintos para Informe Uruguay
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