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Año V Nro. 372 - Uruguay, 08 de enero del 2010
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¿En un país que no existe? Continuamos. ¿Cuál debe ser el único propósito legítimo de un gobierno? La protección de los derechos fundamentales del individuo, del ciudadano. ¿Cuál debe ser el tema fundamental y preocupante para la Asamblea Nacional? Legislar sobre los derechos del individuo y sobre su protección por el Gobierno. Todo ciudadano debe conocer claramente todo aquello que le beneficie y prohíbe la ley y por qué y cuál penalidad recibirá por no cumplirla. La autoridad del gobierno esta fundamentada en el consentimiento de los ciudadanos porque son los ciudadanos quienes detentan la soberanía; el gobierno no tiene soberanía, el gobierno es un agente servidor de los ciudadanos; el gobierno no tiene derechos, los derechos los tiene el ciudadano; el gobierno tiene obligaciones que cumplir porque los ciudadanos le delegaron determinadas funciones para propósitos específicos, los cuales tiene que cumplir. ¿Notamos las diferencias, en la práctica, con el presente gobierno? Existe un principio básico al que un individuo debería dar su consentimiento, si desea vivir en una sociedad libre, organizada, civilizada, además, regida por civiles: el principio de renunciar, el mismo, al uso de la fuerza física y delegar en el gobierno el acto de su propia defensa física, ordenada, objetiva y definida clara y legalmente: o, en otras palabras, debe aceptar la separación entre la fuerza bruta y las decisiones caprichosas, personales. Ejemplo. ¿Que ocurre cuando surge un desacuerdo entre dos ciudadanos en relación con un “negocio” en que están involucrados? En una sociedad libre, los ciudadanos no están obligados a tratarse entre si. Lo hacen por acuerdo voluntario y, cuando intervienen otros elementos, por contrato y/o conveniencia. Si un contrato se rompe a causa de la decisión de una de las partes, puede causar un perjuicio a la otra parte, y el que ha sido perjudicado no tendrá otro recurso que actuar judicialmente como compensación. Tampoco, en este caso, puede dejarse el uso de la fuerza bruta al arbitrio de los individuos particulares. En estos casos, el gobierno (todo el poder público) debería cumplir una de las importantes funciones: actuar como arbitro en las disputas entre los ciudadanos, de acuerdo con las leyes objetivas. La protección y la observancia forzosa de los contratos a través de los tribunales civiles es la acción mas importante y básica de toda sociedad pacifica; sin tal protección no hay civilización que pueda desarrollarse o mantenerse. El ciudadano si se dedica únicamente a satisfacer las necesidades del momento es semejante a los animales y no podrá sobrevivir en el tiempo. El ciudadano debe proyectarse y alcanzar sus metas en un determinado tiempo; debe proyectar y calcular sus acciones y planificar su vida a largo plazo. Cuanto mayor sea su capacidad mental y sus conocimientos, mas largo será el alcance de su planificación y realización. Cuanto mas avanzada y mas compleja sea una civilización, mas prolongado será el curso de acción que requiera y, por ello, mas largo deberá ser el alcance de los acuerdos contractuales entre los ciudadanos y mas urgente la necesidad de protección para garantizar esos acuerdos. Ni siquiera una sociedad primitiva, a la cual nos pretende regresar este gobierno, basada en el trueque, la totuma, la tusa, la vela de cebo, la recolección, el canibalismo, la comuna primigenia, etc., podría funcionar correctamente si un ciudadano acuerda intercambiar un saco de maíz por una totuma llena de huevos y, habiendo recibido los huevos, se niega a entregar el maíz. Imagínese lo que esa forma de actuar provocaría en una sociedad industrial, donde los ciudadanos entregan a crédito mercancías valoradas en miles de millones de dólares y/o contratan la construcción de estructuras multimillonarias y/o firman acuerdos hasta por cien y/o mas años. Este gobierno ha incumplido el máximo contrato, el de todos los venezolanos, la Constitución Nacional. Este gobierno no sirve al pueblo. Este gobierno no sirve, sencillamente hay que cambiarlo… ¡ahí esta la televisión oficial mostrando el fracaso del gobierno en otros tantos programas que deberían denominarse…”alo fracaso”!... ¡que desastre! ¿Quién ha gritado y escrito en paredes: Traidor?... ¡Ninguno!...en el país que no existe.
Caracas, Venezuela, 20/03/09.
© Raúl Seoane para Informe Uruguay
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