Recen uruguayos… ¡RECEN! por Aquiles Diggo

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            Tal como van las cosas, al partido gobernante se le viene encima una crisis bastante similar a la que enfrentamos todos cuando el partido colorado con Jorge Batlle a la cabeza era el responsable de gobernarnos. 

            En efecto, al igual que aquella vez factores externos se vuelven contra nuestros intereses, y por más que desde la cúpula se trate de mantener la calma, ya los resultados de las primeras rachas del viento desastroso se hacen sentir.

            La estrepitosa caída del dólar es el síntoma más elocuente. Por más que el gobierno compra dólares diariamente, no puede detener la caída 

            En aquel aciago 2002, el gobierno de Jorge Batlle debió enfrentar la  la aftosa que cercenó las expectativas de nuestra pecuaria. Las crisis recesionistas de nuestros vecinos trajeron en nuestro espejo nacional la imagen de las soluciones adoptadas. De ellas la más bochornosa fue el mal llamado “corralito” (más que corralito, debió llamarse “corralón del despojo”) 

            Fue la más flagrante inconstitucionalidad vivida en la historia del país.

            Se violó descaradamente el derecho a la propiedad en aras de defender intereses gremiales  políticos y sociales, de una “corrida” bancaria, .

            El que había depositado la representación de todo su esfuerzo, muchos una vida de trabajo, de la noche a la mañana, fue despojado sin compasión. Es lo mismo que si a todo dueño de un bien inmobiliario o no, se le hubieran sustraído los títulos de propiedad, que eso es en realidad el dinero: un documento de propiedad.

            La diferencia, ¡sí que la hubo!, Es que si nos hubieran secuestrado los títulos de propiedad, y se nos hubieran devuelto en pedazos de páginas durante varios  años se habría recuperado la propiedad, lo que no pasó con el dinero que nos fue devuelto hasta ahora en cuentagotas, y día a día más desvalorizado.

            Si bien es cierto que Jorge Batlle y su gobierno no tuvieron la culpa de la crisis, también es cierto que la manera de solucionarla fue descabellada e inconstitucional.

            Parece mentira, pero todos están contestes que se procedió perfectamente bien

            - No había otro remedio, replican todos!

            Hemos perdido a tal punto la personalidad como país, que no hacemos nada pensado por nosotros mismos. Todo es una imagen, o un calco, de lo que se hace en otro lado antes.

            Ahora, y de ello estoy seguro, volverá a repetirse la película. Esta vez será este anárquico gobierno de esta seudo izquierda, quien pagará los platos rotos.

            La  recesión endógena ya se estaba viviendo, antes de la yanqui recesión, con una inflación mal disimulada, y si sólo faltaba alguna otra calamidad, aparte de la atmosférica vivida, no faltó, como en las películas de terror, el científico loco que propagara el virus IRPF que nos  atacó y contra el cual no existe vacuna.

            Hoy por hoy, el pueblo uruguayo, estoy seguro, debe ser el más gravado del mundo. Ahora, con esta nueva recesión exógena, esperemos que no se repita (a la inversa) la situación del 2002, no por el FA, que en aquel entonces “hizo bastante leña del árbol caído”, sino por nosotros mismos, que vivimos pagando los platos rotos. 

            Temo que los esfuerzos desesperados del gobierno por contener violentamente la inflación, con un remedio que quizá sea peor que la enfermedad,  produzcan una deflación tanto o más peligrosa para el pueblo.

            Recuerdo una vez que una sobrinita estuvo grave, la doctora que la atendió, me dijo llorando:

            - ¡Yo no creo en Dios, pero si usted cree, rece, es lo único que queda por hacer…!

            Quizá el docto gobierno tenga pensado decirnos lo mismo…