Guías de progreso
Serie Ama-Yi No. 116: Wheelan
Sabemos cómo se progresa. El problema es tener voluntad de hacerlo.
Eduardo García Gaspar
La situación es ciertamente curiosa. Por un lado, sin duda, tenemos un muy aceptable conocimiento de eso que produce el desarrollo. Un sencillo enfoque de mero sentido común indicaría que los países pobres sólo tendrían que preocuparse por ver cómo aplican esas políticas que están correlacionadas con la producción de mejores niveles de vida.
Eso es lo que nos da Wheelan, una muestra de las políticas que están consideradas como causas de desarrollo y progreso. Al menos tenemos, por tanto, un punto de referencia, el saber qué debe hacerse en lo general para remediar los problemas de la pobreza. Pero la situación es curiosa porque aún sabiendo eso, no se hace. Ése es otro problema, sin duda más difícil.
La idea de esta carta fue tomada del libro de Charles Wheelan, Naked Economics, undressing the dismal science, W.W. Norton, 2002, ISBN 0-393-04982-5, chapter 12, Development Economics: the wealth and poverty of nations, pp. 206-228
El punto de arranque de Wheelan es decir sencillamente que los economistas no tienen una receta que siguiéndola haga que los países progresen. Sin embargo, sí existe conocimiento de qué es lo que hace que las naciones sean ricas, una especie de catálogo de políticas que tienen en común las naciones que progresan. A continuación da una muestra del tipo de condiciones que existen en las economías avanzadas.
Instituciones gubernamentales efectivas. Si se quiere progresar, lo que un país necesita es tener un gobierno que funcione efectivamente en áreas como la existencia de leyes, su aplicación, tribunales, infraestructura básica y recolección de impuestos. La corrupción es literalmente un veneno en esto porque distorsiona la asignación de recursos, impide la innovación y frena la inversión.
Un buen gobierno es necesario para avanzar económicamente. El Banco Mundial hizo una evaluación de 150 países, menciona el autor, en la que se utilizaron parámetros como carga regulatoria, corrupción, rendición de cuentas y otras. Se encontró una relación clara y causal entre esas variables y parámetros de progreso, como ingreso per cápita, mortalidad infantil y analfabetismo.
Derechos de propiedad. Aunque este terreno suele verse como uno dirigido a los ricos, la verdad es que tiene un impacto en los pobres. La existencia de propiedades informales en los países pobres es causa de subdesarrollo. Hay una gran diferencia entre los activos que las personas poseen en un país pobre y en un país rico, ya que en un país pobre los propietarios carecen de títulos legales de propiedad y eso impide que la renten, la vendan, la hereden, o la subdividan.
Peor aún, esa propiedad sin título legal no pueden ser usada como garantía de créditos. Esas propiedades no legales son capital desaprovechado. Se ha calculado que el monto de capital desaprovechado por falta de títulos legales de propiedad equivale a 93 veces el monto de ayuda que los países adelantados han dado a los países pobres en los últimos treinta años.
Regulaciones no excesivas. Un ejemplo que el autor da es el de las máquinas vendedoras en Rusia, donde ellas enfrentan varios problemas para su instalación, como por ejemplo el requisito de que toda venta de artículos requiere que exista una caja registradora. Desde luego esto hace imposible a las máquinas vendedoras en Rusia.
El exceso de regulaciones va de la mano con la corrupción. Igualmente, la existencia de demasiadas disposiciones requiere tiempos enormes para la apertura de negocios. La corrupción y los tiempos, más los costos del proceso legal suman cantidades que son imposibles de pagar por parte de quien quiere abrir una empresa, por pequeña que sea.
Wheelan hace referencia a un estudio en el que se consideraron cien países durante un período de treinta años.. El resultado obtenido indicó que el consumo gubernamental (excluyendo educación y defensa) se correlacionó negativamente con el crecimiento del producto interno bruto de los países.
Capital humano. El capital humano es lo que nos hace productivos y la productividad es lo que eleva nuestro nivel de vida. Los países que han elevado su nivel de vida también han tenido grandes aumentos en sus niveles de educación y entrenamiento para el trabajo.
La educación está asociada con toda una gama de sucesos positivos. A más educación, mejores índices de salud. La más alta educación de las mujeres disminuye la mortalidad infantil. Más aún, la mejor educación facilita la adopción de tecnologías más modernas que no tienen que desarrollar los países pobres.
Sin embargo, aquí existe un problema. La posesión de habilidades altas por parte de una persona generalmente requiere de otras personas que también las tengan. Por ejemplo, un cirujano especializado en enfermedades del corazón sólo puede tener resultados si cuenta a su alrededor con otros especialistas importantes, como enfermeras también expertas. Un profesional hábil en un medio ambiente en el que no puede trabajar tenderá a irse a otra parte, produciendo fuga de cerebros. Las escasas oportunidades locales son un incentivo negativo que promueve el estado de bajos niveles de capacitación.
Geografía. Aquí, el autor señala el hecho de que sólo dos de los países considerados ricos están dentro de las líneas de los trópicos de Cáncer y Capricornio. Al parecer el clima sí tiene un efecto en las probabilidades de progreso de los países. Es posible que las más altas temperaturas y los mayores índices de lluvia tengan un efecto negativo en la producción de alimentos y la propagación de enfermedades.
El asunto tiene solución. Por ejemplo, deben buscarse tecnologías dirigidas especialmente a las condiciones ambientales de los climas calientes, lo que tiene el defecto de no ser tan redituable como atender los asuntos de los países ricos. Desde luego, es posible ofrecer recompensas importantes para lograr esto y atender, por ejemplo a la enfermedad del sueño al menos con igual énfasis con que se atiende el mal de Alzheimer.
Otra solución es la de abrir la economía de los países pobres.
Apertura comercial. La noción del proteccionismo sigue siendo atractiva para muchos gobiernos, como herencia de las ideas de la auto suficiencia y liderazgo económico del gobierno. La verdad es que por experiencia sabemos que las empresas protegidas de la competencia externa tienden a ser poco eficientes y perezosas.
La evidencia que tenemos sugiere que las economías abiertas progresan más que las economías cerradas. Por ejemplo, en un estudio se vio que las economías cerradas crecieron 0.7 por ciento anual durante los años 70 y 80, mientras que las economías abiertas en ese período crecieron al 4.7 por ciento.
Desde luego, la apertura comercial implica sus propios problemas, pero existen pruebas y razonamientos sólidos que indican la conveniencia de la apertura económica para elevar el progreso. En esto debe ser apuntada la actitud cínica de algunos países ricos que dan ayuda a los países pobres pero bloquean las exportaciones de productos de los países menos desarrollados.
Políticas fiscal y monetaria responsables. Los gobiernos no son diferentes de las personas. Ellos se meten en problemas cuando gastan de más en asuntos que no elevan su productividad futura. Como mínimo, un gasto gubernamental demasiado grande hace necesario que el gobierno pida créditos, lo que limita la disponibilidad de financiamiento a los ciudadanos que tienen más probabilidad de dar un mejor uso a ese dinero.
El déficit fiscal crónico, más aún, significan problemas en el futuro, como la elevación de los impuestos para pagar deudas. También puede significar inflación y quiebra. Los cambios en el valor de las monedas complican el comercio internacional.
Recursos naturales, algo no muy importante. La realidad prueba que la disponibilidad de recursos naturales en las naciones no tiene un alto impacto en sus posibilidades de progreso. Algunos piensan que de hecho una gran cantidad de recursos naturales puede afectar negativamente esas posibilidades. Esto puede deberse al hecho de que ser rico en algún recurso natural desvía hacia la explotación de ese recurso las acciones del país, al mismo tiempo que lo hace vulnerable a los vaivenes de su precio internacional.
Democracia. Los sistemas que sostienen valores como la libertad de expresión y la representación política del ciudadano son más inmunes a políticas expropiatorias de la propiedad. Más aún, un estudio encontró que las hambrunas mundiales mayores no son causadas por fallas en las cosechas, sino por políticas gubernamentales fallidas que impiden correcciones de mercado, como la apertura a importaciones o la posibilidad de cambiar de cultivo.
Si se saben estas cuestiones debe sorprender por qué no han sido aplicadas. En buena parte se debe a las malas costumbres adoptadas por los gobiernos de los países pobres para quienes adoptar políticas como las anteriores tiene consecuencias que no quieren enfrentar. Pero también se debe a la escasa atención que los países desarrollados han prestado a los países pobres.
Publicado con autorización de Contrapeso.info