QUE NACER NO SEA UN PROBLEMA,
QUE SER JOVEN NO SEA SOSPECHOSO Y
QUE ENVEJECER NO SEA UNA CONDENA
por Helena Arce
Estas hermosas palabras, que sin duda pasarán a la posteridad, fueron dichas por nuestro Presidente, el de todos los uruguayos. Las repetiré todos los días de mi vida, pues es sin duda por encima de todo el más grande deseo que tengo para mi país, que solamente el Dr. Vázquez supo traducir en palabras tan claras. .
Hoy una querida amiga me escribió esto:
"No sé a qué hora les llegue, porque son las 10 y media de la mañana en Uruguay, y hay un temporal de aquellos
Con ese temporal, mi hija salió del liceo a las 9 porque le faltaron profesores, y caminó desde el Bauzá hasta el viaducto, porque allí tiene más líneas de ómnibus.
Tomó el 137 (hacia Paso de la Arena), se baja habitualmente en nuestra parada, una parada antes de la Plaza Lafone.
Dije habitualmente.... como también habitualmente dobla el boleto y lo acomoda dentro del anillo, pero como tenía las manos mojadas, lo guardó en algún bolsillo.
Subió el inspector, y como ella no encontró el boleto, el señor inspector la hizo bajar del coche: 6 paradas antes, a 12 cuadras de casa.
Entendámonos:
- yo comprendo que no es fácil para quienes trabajan en el transporte lidiar con los chicos, que desde la distracción a la picardía, los agotan;
- yo comprendo que a veces es necesario darles una lección, no me opongo a que la hagan caminar si no llueve (aunque ellos ignoran si el chico no tiene algún problema de salud que le impida la caminata), no son más que 12 cuadras y los chicos las caminan sin problemas.
Pero en un día como hoy, y quienes viven aquí saben que no exagero, me parece una exhibición de prepotencia, y no me sirve la excusa de que pagan justos por pecadores para justificarlo: con esa excusa, habitualmente son los adolescentes más chicos y escolares los que sufren la prepotencia, sobre todo si son del sexo femenino. Estoy segura que con mi hijo de 21, y que
mide 1.90 no hubieran hecho lo mismo que con la gurisa, que no llega al 1.60 (es lamentable, pero sabemos que es así), y que tampoco lo harían a la salida de un festival de rock.
Ellos no saben si el chico es asmático o sufre de alguna enfermedad respiratoria o lo que sea, cosa que la mayoría de los chicos, amedrentados, tampoco dirán; y, aún un chico sano no está exento de pescarse una buena gripe después de semejante mojadura..... luego insistimos con la medicina preventiva.
Aclaro que, previo a comentarlo en las listas, llamé a la Cutcsa de la calle Agraciada, donde me sugirieron que llamara e hiciera el informe en Atención al Cliente, ya que hacer bajar al pasajero NO ES la orden que ellos tienen.... y ya efectué el informe, con mi cédula, mi nombre, y mi teléfono; es hora de acostumbrarnos de una buena vez a que tenemos derechos y debemos
defenderlos".
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Sin duda el Inspector del ómnibus estaba cumpliendo su trabajo, sin duda sus órdenes son bajar a todas aquellas personas que no tengan boleto, sin embargo hay situaciones y situaciones. Hace algún tiempo casi me pasa algo similar, viajando en un ómnibus interdepartamental, por supuesto que había comprado mi boleto, iba en uno de mis continuos viajes de Montevideo a Maldonado, revisando una declaración jurada que debía presentar al llegar allí, cuando el guarda se acercó a pedirme mi boleto, y yo no lo encontraba, debí revisar todos los papeles que tenía desplegados, el guarda en vez de seguir su trayecto pidiendo los boletos y darme tiempo se me paró al lado insistente diciéndome que si no lo encontraba debía pagárselo de nuevo allí o bajarme inmediatamente. Daba la casualidad que ese día no tenía encima dinero como para comprar otro pasaje, nerviosa con miedo que se me entreveraran los papeles y con el guarda insistiéndome de mal talante al lado, cada vez me ponía más nerviosa y no lo encontraba. Al fin el adulto que hay en mi afloró y le dije: "Hágame el favor de dejarme buscar tranquila y lo más posible es que lo encuentre, si sigue poniéndome nerviosa además de entreverarse todos estos papeles que son de trabajo no lo voy a encontrar". Como le hablé correcta pero seria, e imagino que mis ojos centellearían el guarda optó por hacer lo más lógico, seguir recibiendo los demás pasajes y dejarme tranquila, obviamente cuando volvió había encontrado mi pasaje y se lo di. Posiblemente si no hubiese sido una persona mayor, y que además viajo en esos ómnibus 4 veces a la semana, me hubiesen dejado en el medio de la ruta interbalnearia, sin dinero y con mi pasaje, al que finalmente hubiera encontrado.
Esta jovencita que debió volver a su casa en medio de una tormenta pues los profesores no fueron a cumplir con su deber, y en vez de quedarse perdiendo el tiempo, optó por lo más razonable: volver a su casa, en medio de la tormenta, no pudo en medio de lo empapada que estaba, encontrar su pasaje, por ello la bajaron del ómnibus al diluvio de nuevo. .
Nos quejamos cuando los jóvenes son agresivos, cuando contestan mal, cuando asumen actitudes desordenadas, cuando hacen ruido, cuando ........... Tal vez sería hora que nos preocupáramos en respetarlos
Además. es inconcebible que en medio de un diluvio, se haga bajar a una persona de un ómnibus porque no encuentra su boleto. ¿Echaría usted del alero de su casa a una persona en medio de un diluvio? ¿Le negaría refugio en su paraguas, a una persona en medio de un diluvio?
Algo anda mal en este país, muy mal, y no es solamente por la crisis, por los problemas económicos. Hemos perdido algo más que el añorado "estado del bienestar económico" que cuentan los mayores que caracterizó a nuestro país.
Aun recuerdo cuando en los días de lluvia los ómnibus paraban en todas las esquinas, aun recuerdo cuando a nadie se le negaba un vaso de agua., aun recuerdo cuando los niños y los adolescentes eran nuestro más sagrado tesoro, aún recuerdo cuando por sobre todo pesaba la confianza en el otro.
Si Dr. Vázquez, por favor, agote los recursos para que este país se caracterice por cumplir esas prerrogativas, que usted se fijó como metas. Un Uruguay que recupere por encima de todos sus valores humanos, donde sea posible creerle a una jovencita que dice no encontrar su boleto y no se le eche a la calle bajo el diluvio. Un Uruguay donde a nadie se le ocurra echar a la calle a una persona a nadar en al tormenta, aún en la duda de si realmente había comprado su boleto.
Un Uruguay donde primero, segundo y tercero lo que importen sean los seres humanos que lo habitamos, y que no sea necesario ser un adulto, serio y con capacidad de imponer respeto para que no lo dejen a la deriva.
Eso no tiene nada que ver con la economía de mercado, con el socialismo, ni con la pérdida del poder adquisitivo, eso tiene que ver únicamente con el respeto por el otro como ser humano.
Pero recordemos, cada uno de nosotros que el Presidente de la República, por si solo no podrá devolvernos la esencia de seres humanos, que no logro entender en que pozo se nos perdió, cada uno de nosotros debemos poner de nosotros mismos para recuperarlos, y así ayudar a nuestro Presidente a que recomponga este país. Pues para recomponerlo económicamente primero debemos recomponernos todos como seres humanos solidarios, fraternos, responsables, tolerantes.