¿Y si nos dejamos de pavadas?
por Helena Arce
Muchas voces en contra, se han levantado ante la concurrencia de la Primera Dama de nuestro país a las exequias del Papa Juan Pablo II. Antes que nada el Papa es además del líder espiritual de mas de la mitad del uruguayos, el Jefe de un Estado, El Vaticano, que falleció. Allí nos representa oficialmente el Embajador. SI bien no soy católica, y en especial el rumbo que ha llevado la Iglesia Católica estos últimos años, me ha alejado de ella aún más, entiendo que es razonable que nuestro gobierno de alguna forma se haga presente allí.
Entonces me pregunto cual es el drama que la primera Dama vaya, más sabiendo como sabemos que dicho viaje correrá por cuenta de los bolsillos privados del Dr. Vázquez. Cuando la Sra. Mercedes Menafra de Batlle visitó al Sumo Pontífice hace unos meses, ¿alguien abrió la boca para preguntar en que calidad había ido la Sra. de Batlle allí? ¿Alguien preguntó de donde salieron los fondos que financiaron dicho viaje?
Algunos se quejan que la Primera Dama no tiene ninguna representatividad pues a ella nadie la votó, es cierto en realidad al que votaron fue a su esposo, y en nuestro país la Primera Dama no tiene ningún cargo oficial, sin embargo a lo largo de los años en cuanto simposio de primeras damas ha ocurrido por allí, se hicieron presentes las esposas de nuestros Presidentes y a nadie se le ocurrió preguntarles que hacían allí, ni quien les financiaba el viaje.
En este momento de nuestro país, los miembros del gobierno están con problemas muy graves que atender, como por ejemplo el encaminar nuestro deshecho país, amén de resolver las discrepancias internas ante posiciones encontradas. No sería posible que ninguno de ellos desatendiera sus obligaciones primordiales para asistir a las exequias del Santo Padre, parece una delicadeza de nuestro Presidente, enviar a su esposa, quien sin duda no ostenta ningún cargo oficial, pero es su esposa, y por tanto la Primera Dama de nuestro país a dicho acontecimiento, y todavía le agregó la deferencia de pagar de su bolsillo el viaje.
Sinceramente creo que es hora de dejarnos de pavadas y criticar lo que es criticable, pero si vamos a pasar desde ya buscándole la quinta pata al gato en cada actitud que el Presidente asuma, vamos a terminar arañados.