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Año III - Nº 138 - Uruguay, 08 de julio del 2005

 
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ALMERÍA 2005
JUEGOS DEL MEDITERRÁNEO

por Graciela Vera
Periodista independiente


EL HOMBRE DE PAJA TUVO LA CULPA

Mientras los reyes de España asistían a distintos actos en la ciudad, una sucesión de autobuses transportaba hasta el Estadio Mediterráneo a un público que colmó las instalaciones.

La espera fue agradablemente amenizada con la participación de mil niños desarrollando distintos juegos tradicionales que a muchos presentes hicieron rememorar épocas para algunos, no muy cercanas.

Si hubo un poco de desorganización para encontrar la fila que nos llevaba a la puerta correspondiente según el sector señalado en la entrada, la cálida recepción de las bandas de música de distintas localidades de la provincia, una en cada entrada a las instalaciones del estadio, hicieron que se olvidaran los irrisorios contratiempos.

Almería 2005 estaba comenzando oficialmente porque ya algunas competiciones se venían realizando desde dos días antes.

En la Villa Mediterránea flameaban las banderas de los 21 países participantes y la de los Juegos Mediterráneos con los tres aros olímpicos que simbolizan los tres continentes que intervienen: África, Asia y Europa.

A la hora anunciada S.S.M.M. don Juan Carlos y doña Sofía ingresaban al palco oficial. Poco después los niños participantes abandonaban el campo acompañados de Indalito que había retozado con ellos logrando sonrisas y aplausos; los focos se apagaron, un hombre de paja al que seguía impertinente un halo de luz, llegó al centro del estadio para tomar velocidad y&. ¿dar un puntapié a un balón?

El balón se convirtió en un haz de luz que estalló en un desafío de estrellas, dando inicio al espectáculo.

La Fura dels Baus brindó un espectáculo enormemente emotivo para los almerienses, diferente para el espectador imparcial y atractivo para todos.

Al-mariyat Bayyana o 'El Espejo de la Bahía', nombre árabe dado a esta tierra, recreó la historia de Almería desde que la habitaran sus primeros pobladores hasta los novísimos invernaderos.

Un monumento megalítico de la Era Eneolítica fiel reproducción de los encontrados en los yacimientos arqueológicos de Los Millares cuna de la cultura del Vaso Campaniforme, sirvió de base a las tribus prehistóricas que desarrollaban su existencia; los cimientos del estadio parecieron cimbrar con el estruendo que anunció, entre luces y estallidos una nueva época: el descubrimiento del fuego, a la que siguió la creación del Indalo, símbolo de la provincia.

Un extraño barco simbolizó la llegada de los fenicios, le siguieron las columnas romanas, los centuriones guiando sus posiciones que vencerían a los cartagineses para asentarse en Urci, nombre primigenio de la actual Almería.

La espectacularidad de la escenografía con el juego de luces y la transformación de los elementos. El barco se hizo fortaleza, las columnas se convierten en carros romanos y ante los ojos asombrados surge un palacio que será castillo y será fortaleza, adaptándose a los conquistadores del momento.

Fueron los árabes quienes le dieron la impronta que la realidad conservó por siete centurias, con sus torreones y una nueva mutación, ahora del palacio romano en palacio árabe.

¿Relinchos?, ¿caballos?... el público no cree lo que oye pero los ojos le demuestran que los oídos no se equivocan.

Almería fue el último bastión de la civilización árabe en España.

Jinetes representando a los Reyes Católicos Isabel y Fernando y sus huestes llegan para reconquistarla.

La cruz, la llegada de los clérigos& la tierra musulmana pasa a ser cristiana y la escenografía vuelve a cambiar.

El espectáculo da un gigantesco salto. El estadio se transforma en un desierto y una diligencia del oeste americano hace su entrada; indios, vaqueros, el ataque y el rapto; el rescate& la música trae melodías de famosas películas del oeste filmadas en la que fuera tierra de cine por excelencia.

Después los años más difíciles& los de la emigración. ¿Qué familia almeriense no despidió a alguno de sus integrantes?

Sin duda, muchas lágrimas entre quienes recordaron aquellos años en que tuvieron que dejar Almería en busca de una oportunidad de trabajo.

Dos flamencos, el niño Josele y Carmen Linares ponían sentimiento con su guitarra y su voz.

Pero la historia de Almería continúa y fue representada por un mar de plástico que representó la riqueza hortofrutícola emanada de esas cajas de estaño repletas de oro vegetal.

Nadie deseaba que el espectáculo finalizara, pero si lo hizo no fue para dejar de emocionar al público.

Las delegaciones de atletas participantes irrumpieron con su alegría, sus saludos, su respuesta a los flashs de las cámaras de los espectadores, con sus propios flashs.

Cada bandera, cada atleta fue aplaudido por un público volcado con Almería 2005.

Otro almeriense, el genial Tomatito y la magia de su guitarra acompañaron el recorrido de las 21 banderas participantes.

El mar de plástico que cubría a los atletas se retiró cuando la delegación española completó su vuelta de saludo y sus integrantes ocuparon sus sitios.

'Yo nací en el Mediterráneo' fue interpretado por Joan Manuel Serrat y el himno de los Juegos de Almería 2005 era saludado con aplausos.

La bandera de los Juegos Mediterráneos fue portada por deportistas de vanguardia y al final del recorrido fueron los legionarios, mítico cuerpo que tiene su asiento en la región, los que la izaron.

El agua sustituyó al fuego y la antorcha olímpica se convirtió en un enorme recipiente en el que confluyeron, uniéndose en un solo lago, las aguas de todos los ríos que desembocan en el Mediterráneo, transportados en tubos iluminados por dos jóvenes de cada uno de los veintiún países participantes.

Las palabras de rigor por parte del presidente del COJMA, señor Megino, del presidente del Comité Internacional de los Juegos Mediterráneos señor Addadi y del presidente del Comité Olímpico Internacional, señor Rogge; la espectacularidad de los fuegos de artificio el rey que inauguraba los XV Juegos Mediterráneos Almería 2005, y no que no logró contener la emoción cuando en respuesta, los atletas y la totalidad del estadio entonaron el 'Feliz en tu día' por celebrar en ese día su onomástica.

La ceremonia inaugural había terminado. Las bandas despedían al público en las afueras del estadio.

Cuatro mil atletas y 20.000 espectadores eran trasladados en muy poco tiempo en un despliegue de modernos autobuses que evitaron se produjeran, a buen entender de los organizadores, los inevitables atascos que origina la masificación de vehículos privados.

Almería 2005 había superado una fase decisiva con total éxito. El hombre de paja hizo posible que la esperanza se transformara en realidad.

Para ver más fotos de la ceremonia

Desde el sur del norte, sede de los Juegos Mediterráneos, 1 de julio de 2005