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¿Qué pasará en las próximas elecciones?
por Carlos Caggiani
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Se dice que las próximas elecciones van a ser por demás competitivas y que el Frente Amplio tendrá la posibilidad de volver a ganar basado en una política realizada para sostenerse en el gobierno. Se dice también, que estas elecciones van a ser ganadas por estrato social, más que por sentido común, y lo más asustador es que posiblemente sea cierto.
Si el gobierno hubiese dedicado su tiempo a erradicar la pobreza ayudando a los industriales y a las personas que podrían haber invertido en la creación de puestos de trabajo, es muy claro que no iba a lograr el soporte de mucha gente, pues aunque este hubiese sido un proceso mucho más saludable y mejor para una economía futura, se sabía que llevaría un tiempo prudencial para lograrlo. El Frente Amplio, se enfocó en ayudar a los más carenciados aunque para ello tuviera que arrastrar a cierta clase media hacia abajo de su nivel económico. Se dedicó a repartir dinero a los necesitados sin que estos tuviesen que hacer mucho o nada para ganárselo. ¿Por qué? Aparentemente, esa clase social es mayor que la otra y prestar esa clase de ayuda “gratis” significa un buen negocio para el FA cuando lleguen las elecciones. Uruguay dejó de ser un país en donde prevalecía la clase media e indudablemente hay más personas pobres que de las otras. El problema es cuando también se comenta que hay más incultos que cultos, en un país que siempre se distinguió por ser fuerte en educación y clase. Lógicamente que en eso no podemos culpar al FA ya que ese cambio cultural no se forma tan rápidamente, y sí, podemos culpar a tantos gobiernos ineptos que han pasado por el país en las últimas décadas. Gobiernos, que no han tenido tampoco la habilidad de hacer progresar al pueblo, de crear oportunidades de trabajo, ni de saber negociar a favor de los que los votaron.
Mi opinión:
El Frente Amplio fue muy hábil en el manejo de ganarse la mayoría de votos antes, y posiblemente lo seguirá siendo ahora, tratando de demostrar que le han sacado al que tiene para repartirlo en el que no tiene, aunque el sacarle al que trabaja para dárselo al que no lo hace pone en peligro el bienestar del país y a término largo, no ayuda a crear un “país productivo”, dos palabras muy usadas por el actual gobierno. Esa estrategia puede ser buena para ganarse los votos de la mayoría, ya que la mayoría son los más necesitados. Los que observamos esto con un poco de sentido común, sabemos muy bien que esa no es la mejor manera de llevar bienestar a un pueblo, y que en realidad los que son pensantes y que podrían o pueden colaborar para las mejoras necesarias, quedarán relegados a seguir sufriendo un gobierno que no los favorece y que por el contrario los hunde tratando de mezclarlos en un nivel inferior. Esos son los inversionistas, negociantes e industriales, que en vez de tratar de llevar progreso a su país, pueden decidir en trasladar ese progreso a países que les ofrecen mejor oportunidad de crecimiento y bienestar. Lo mismo seguirá pasando con los jóvenes egresados de las universidades y los profesionales, que al no encontrar oportunidades seguirán emigrando a países que se las ofrecen.
Creo que Uruguay merece un gobierno PROGRESISTA pero progresista de verdad. Un gobierno que se enfoque en un futuro mejor para todos, que cree las oportunidades de trabajo, que sepa negociar con países que puedan aportar tecnologías e inversiones, y que pueda ver la clara realidad en vez de trabajar solamente en arreglar problemas inmediatos.
Los problemas de los pueblos no se solucionan con limosnas, sino con oportunidades de trabajo que puedan llevar al país a un nivel de vida digno y honesto.
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