Sueño de una noche de verano por Verónica Lay
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Así se llamó el espectáculo de Katia Cardenal, un homenaje a Silvio Rodríguez en sus 60 años de vida.
Desde que se anunció el espectáculo quería ir… pero las ganas se apagaban cuando rascaba mi monedero y no encontraba casi nada. Hasta que por fin decidí cambiar la sesión de la sicóloga (que ya me dio de alta, pero que yo quiero seguir yendo para seguir progresando)… por mi ida al Teatro. Todo esto… bajo la promesa de concurrir sin falta a mis grupos de Terapia en la semana. Lo consulté con Giselle y le pareció que me lo merecía.
Fue así que ayer martes, me tomé un bus que después de pasar por el Mercado Oriental y por las ruinas del Terremoto del ´72 me dejó como a 8 cuadras del Teatro… frente a la Asamblea Nacional. En 12 minutos hice las cuadras bajo el sol de Managua y llegué con tanta suerte al Teatro… que delante de mí entraba Katia.
- Katia! –me atreví a gritarle y ella se dio vuelta al instante… me acerqué y seguí- Hola! Soy admiradora tuya, y vengo a comprar las entradas para verte esta Noche!!
- Gracias! –me contestó con esa sencillez que la caracteriza y siguió- espero no te arrepientas.
- Imposible de arrepentirme… nunca me has defraudado en todas la veces que te he ido a escuchar, gracias! – y la dejé continuar.
- Gracias a ti – y me saludó con un beso.
Katia es una mujer de unos 43 años que en la época de los ´80 formó un grupo con su hermano Salvador Cardenal que se llama Dúo Guardabarranco. Es un dúo realmente exquisito de escuchar y disfrutable. Ella tiene una voz increíblemente dulce y melodiosa… y única.
Todo me iba saliendo bien.
A la hora señalada estaba sentada en mi butaca en el Teatro… dispuesta a disfrutar a Silvio Rodríguez a cargo de Katia…
Debo reconocer que salí con un raro sabor: Me encantó el espectáculo, me trajo recuerdos increíbles de mis épocas de militancia… mis ex… mis “nunca fueron”… mi Facultad de Ingeniería… el Adeom, mi apartamento de soltera…mis compañeras de Civil Sexto…. Silvio logra eso… remontarme a esa época. Algún que otro lagrimón se deslizó más de una vez por mi cara… que yo sequé rapidito, para no quedar como una “vieja chota”. Entonces? Por qué ese raro sabor?
Extrañé a Silvio… esa es la pura verdad. Katia canta precioso… pero a Silvio… hay que escucharlo… desde Silvio... no hay caso!
A la salida del Teatro, me encontré con dos alumnos de la UCC que me saludaron con tanto afecto que casi vuelvo a lagrimear. Me invitaron a bolichear, lo que acepté con alegría… nos comimos unos ricos tacos… conversamos bastante… y me trajeron hasta casa.
Una noche preciosa. Me atreví otra vez a salir sola... y no estuve sola. Ni siquiera estuve sola cuando estaba sentada en esa butaca… porque restaba recordando tanto!!
Sé que a mi amiga Elena, esto la va a poner triste... o tal vez no… pero recordé muchísimo a Carlos Toyos… porque con él nos dimos muchas veces panzadas de Silvio… y sobretodo una canción me lo trajo… igualito... intacto… como si estuviera vivo todavía. Y eso también me emocionó muchísimo… y esto me confirmó una vez más lo que pienso de la resurrección: cada vez que recordamos a alguien que ya no está… lo estamos resucitando… porque sigue viviendo en nosotros.
Besos
Vero
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