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Año III - Nº 211
Uruguay, 08 de diciembre del 2006
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Luis Tappa ¿El Uruguay que queremos?
por Luis Tappa
 
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Había prometido no tratar más el tema “papeleras”, o “pasteras”, da lo mismo, todos sabemos a lo que nos referimos, porque realmente me repudrió, pero visto el giro que está tomando el asunto quisiera agregar algunas consideraciones.

Cuando me he ocupado de este asunto, más que a la contaminación, o no, que puedan causar estas plantas en las aguas de nuestro río frontera, me he referido al daño que, en nuestro propio territorio, va a causar el monocultivo de eucaliptos, consideraba y, lo sigo considerando, un tema muy grave y del que poco se habla.

Quienes están en contra de este proyecto que, más que proyecto es una realidad, descargan sus baterías en torno a la posible contaminación química de las aguas del Río Uruguay, a mi me preocupan más otras cosas.
 
Pero tengamos muy presente que no solo en Argentina, más específicamente en la provincia de Entre Ríos, hay gente que no esta de acuerdo y rechaza totalmente la instalación de las fábricas de celulosa, aunque por otras razones, en nuestro país son muchos también los que ven en las plantas un atentado a la naturaleza y un enorme perjuicio a futuro cercano para nuestro propio país.

Equivocados o no, con razón o sin ella, el enfoque de la controversia se centra en la posible contaminación de las aguas. Lo que yo digo es otra cosa, son puntos de vista diferentes, considero que el mayor de los daños no esta en el agua sino en la tierra.

He dicho en anteriores oportunidades, cuando me he referido al tema, que el exceso de eucaliptos, o sea, el monocultivo intensivo, extensivo e incontrolado, al que se va a llegar si o si, va a terminar destrozando este pequeño país.

¿A que nos conduce? Sencillo; a plantar y cortar árboles para que varias fábricas extranjeras de pasta de celulosa que, operarán en nuestro país con innumerables ventajas y, utilizarán muy poco personal para su funcionamiento, se lleven el producto,  embarcado en su propio puerto y para ser elaborado y convertido en papel en otros lugares.

¡O sea!, seguimos vendiendo materia prima sin ningún valor agregado, lo mismo de siempre

Hoy son dos plantas que producirán millones de toneladas de pasta al año, pero ya se sabe que vendrán más, hay por lo menos otros dos proyectos en el tapete.

¿Alguien puede creer, honestamente, que esto es la solución? ¿O parte de ella, para los menguados recursos que tenemos?

Luego ¿Adonde irán a parar los obreros que hoy trabajan en la construcción de las plantas cuando finalicen los trabajos?

Está el ejemplo, bien gráfico, de Finlandia, lo mencioné en alguna nota anterior, ellos han ido abandonando el sistema agrícola forestal en el que estaban inmersos porque se estaban quedando rezagados dentro de la propia comunidad económica europea; es entonces que trasladan esas industrias a terceros países, ¿Para hacerles un favor? No, simplemente para destrabar su propio estancamiento.
Pues a eso apuntamos nosotros, a estancarnos, a lo que otros desechan, nos prendemos de un cable pelado para mantenernos a flote.

En algún momento escuché o, leí, de que estarían destinadas para forestación casi 4 millones de hectáreas, esto significa cerca de la tercera parte del territorio nacional y, si siguen llegando más papeleras, no se sabe en donde puede terminar.
¿Se dan cuanta de lo que significa? Pues yo se los digo, una catástrofe ambiental y ecológica.

Si bien, generalmente, he estado de acuerdo con muchas de las cosas que hace nuestro gobierno y también con algunas actitudes de nuestro Presidente, me da la impresión de que se nos está empezando a llover el rancho.

En esta oportunidad no puedo menos que discrepar con la actitud, bastante grosera, con que se esta encarando el diferendo, todos incluidos.

Siempre he sostenido que la prensa (de ambos países) tiene gran parte de culpa por el nivel de enfrentamiento al que se ha llegado, estamos en el medio de lo que por el momento se puede llamar, guerra fría, pero las provocaciones van y vienen; el diablo duerme a la vuelta de la esquina, ¡cuidado si se despierta!

La exageración mediática con que se ha tratado el tema, las ofensas gratuitas, los nombretes despectivos, las intransigencias de unos y otros y el constante machacar, no ayudan a descomprimir una situación que, por el contrario, ha dado pié a que el enfrentamiento siga creciendo en intensidad.
 
Pienso que si se hubiera actuado con un poco más de moderación, con racionalidad, si hubiéramos dejado la tuba en el ropero y las ofensas en ese rinconcito oscuro que muchas veces llevamos en el alma, esto quizás, ya estaría solucionado; pero no, se sigue y se sigue machaconamente como si fuera el único tema, o problema, que afecta la situación de un país que, definitivamente, no encuentra el rumbo para buscar una solución a la pobreza y la difícil situación económica por la que atraviesan cientos de miles de uruguayos.

Entonces estamos inmersos en este meollo, como si de ello dependiera nuestro futuro como nación y las papeleras fueran la panacea para nuestra economía.
 
Ridícula situación generada entre dos países hermanos y, hermanados por la historia, las costumbres y la sangre, dos países que alguna vez fueron uno solo; un enfrentamiento producido en los rincones perdidos de cerebros trancados, inflamados de un patrioterismo, vacío, inconducente, irracional.
 
Aunque le quieran restar importancia, esto de mandar tropas para custodiar la frontera frente a la planta de Botnia, como si se esperara un ataque armado o una declaración de guerra, es una provocación, lisa y llana, no caben dos interpretaciones; intencionalmente, o no, deja la sensación de que quisiéramos “meterles el gaucho”.

No es con medidas de esta naturaleza que hallaremos la solución, el presidente acaba de decir que estamos en nuestro derecho de proteger nuestro territorio, pero acaso… ¿Argentina piensa utilizar su ejército para invadirnos?
Es ridículo pensarlo.
¿Estamos diciendo que algunos entrerrianos, cargados sus cuerpos de explosivos crucen el río en canoa para venir a inmolarse “A lo árabe” frente a la planta de Botnia?
No son tan estúpidos.

¿Entonces, que estamos haciendo?

Se sigue inflando el globo sin darnos cuenta que para todo hay un límite.

La paranoia es una enfermedad peligrosa e incurable y, en algunos casos hasta puede ser contagiosa.

Una parte importante de la prensa, algunos integrantes de los gobiernos y otros que defienden intereses propios, necesitan urgentemente visitar al psicólogo; nos están metiendo en un lío gordo, del cual va a llegar un momento en que no sabremos como salir.

No quiero decir con esto que se le deba dar la razón a los argentinos y decirle a Botnia que se vaya, ni que los argentinos nos den la razón a nosotros y nos aplaudan desde la otra orilla; quiero decir que hay que tener la cabeza en los hombros y los pies en la tierra.

Cuanto más “manija” más se endurece la situación y se hace más difícil dar marcha atrás o, buscar una salida decorosa que no lastime orgullos, porque de eso se trata, de usar la inteligencia para salir de esta situación sin lastimarnos y sin lastimar; con el honor a salvo, el de ellos y el nuestro. No hay peor enemigo que un orgullo ofendido, y es nuestro deber cuidar que esto no suceda, y también es el deber de los argentinos, nuestros hermanos.

Hablando en términos náuticos, cuando el viento arrecia un par de manos de rizos no vienen mal, o sea, hablando en criollo, hay que bajar un poco las velas para que no embolsen tanto viento y no correr el riesgo de tumbar o perder la arboladura. Esto no significa cobardía, más bien es prudencia y sabiduría para guiar el barco a buen puerto.

Se le está haciendo el caldo gordo a los Estados Unidos, por aquello de “Divide y gobernarás”, estamos cada vez más lejos del MERCOSUR, y más cerca del FMI, a eso apuntan la política del norte y la de algunos cráneos locales, a romperlo todo y a arrojarnos atados de pies y manos en los brazos del Mesías.

Si queremos salir adelante, hoy más que nunca, deberíamos ponernos la misma camiseta, el futuro está en América del Sur, lo tenemos todo, pero en una América del sur unida, fuerte, mentalizada y agrupada bajo una sola bandera; la de un continente majestuoso y único que ha sido bendecido por la naturaleza y, que solo espera que nos demos cuenta de ello y asumamos el deber histórico, de una vez por todas, de ser nosotros por nosotros mismos.

Sin embargo y, lamentablemente, solo somos un conglomerado de países divididos por estúpidos diferendos, una especie de conventillo, producto de los intereses que, con complicidades internas, manejan desde afuera los dueños del mundo… ¡Pero somos tan imbéciles que no nos damos cuenta o, no queremos darnos cuenta!  

No puedo dejar de pensar en aquel paraguay libre, independiente, soberano, industrial y floreciente, que no precisó de préstamos ni se hizo de deudas para autoabastecerse y crecer. Estos intereses de hoy son los mismos que sacrificaron al valiente pueblo paraguayo del enorme y heroico Francisco Solano López.
Allí terminó la doma final para ponernos el recado que hoy lucimos orgullosos.

No podemos conformarnos a ser los eternos exportadores de materia prima para que otros trabajen, ganen y vivan bien. Es hora de despertar, hagámoslo por nuestros hijos, dejémosles una “patria grande” y próspera en vez de un pasaporte en el mostrador de nuestra historia, 500 años durmiendo la siesta es demasiado tiempo.

¡Nosotros!, ¿Solo queremos ser uruguayos y alejarnos del resto de América? ¿Seguir tocando el tamboril y soñando con Maracaná?
Pienso que es muy poquita cosa para el pensamiento de aquel que monta un pingo en el medio de la Plaza Independencia. 

¿Preferimos seguir siendo “sudacas”? ¿O queremos ser SURAMERICANOS?...
¡Así, con mayúscula!, es hora de la segunda revolución industrial, pero aquí, en esta querida, sufrida y postergada América el Sur.
 
El pensamiento del historiador uruguayo Alberto Methol Ferré es por demás esclarecedor, pensador brillante, conferencista y autor de importante bibliografía, nos deja estupendos razonamientos que podemos analizar y, sacar nuestras propias conclusiones: por lo menos para mí, concluyentes y definidoras de una realidad incontrastable sobre el camino a seguir, de lo contrario, continuaremos en este “enanismo”, como el lo define, por los siglos de los siglos.

Sería interminable citar tantos pasajes interesantes, solo dejo alguno de sus pensamientos a modo de ejemplo, y la dirección de algunas publicaciones donde se transcribe lo dicho en algunas de sus conferencias. Vale la pena leerlo.

Alberto Methol Ferré

“…En ese mismo instante del novecientos aparece la primera generación en América Latina que empieza a repensar la unidad continental. Es la generación de José Enrique Rodó, de Manuel Ugarte, de Rufino Blanco Fombona, de Francisco García Calderón, de la que luego derivarán Perón y otros. Estos del 1900, sin la percepción orgánica y sistemática de Ratzel, vieron lo mismo. O sea, advirtieron la emergencia del poder de los Estados Unidos, que se hace visible en la guerra de Cuba de 1898, y dijeron: Estados Unidos es el nuevo paradigma del poder; o los enanitos que nos hemos repartido en la crisis del Imperio Español hacemos la Patria Grande unificada, o estamos fritos. Es decir, no con la nitidez de Ratzel, con el armazón intelectual de Ratzel, pero los latinoamericanos del 900 sienten y perciben lo mismo: que las patrias chicas y enanas del sur no iban a ser nada si no se unían. Y entonces afirman que tenemos que pasar de los "Estados Desunidos del Sur" a los "Estados Unidos del Sur". Y ésa es la tarea que propone esa generación, en que por primera vez se repone -contemporáneamente a Ratzel- una política continental latinoamericana, para superar lo que para ellos era el enanismo de Argentina, Bolivia, Colombia, Chile, Ecuador, Paraguay, Perú, Uruguay, Venezuela, todos países enanos…”

La explicación de Methol Ferré es de una claridad abrumadora, o nos unimos y tiramos todos para el mismo arco o vamos a perder por goleada, si cada cual quiere jugar su propio partido, a solas, somos candidatos a la B.

Hoy leo, hasta con asombro, como desde muchos lados se empuja al gobierno a alejarnos del Mercosur, creen, estúpidamente, que solos vamos a ir muy lejos.
El complejo del petizo, ¡que le dicen! Falso orgullo, producto de un uruguayismo patético que nada tiene que ver con una realidad que rompe los ojos.

“Ahora bien, ¿en qué terminó todo eso? Cuando yo tenía pantalones cortos, en un festejo de la Independencia del Uruguay, el 25 de Agosto, yo había leído la Declaración de la Florida, y le digo a mi papá: "¿Cómo se festeja la Independencia si en realidad se declara la anexión a la Argentina?" Y mi papá, muy sorprendido me dice "¿Cómo, estás loco?" y yo le contesto, "¡Pero si es así! La Declaración dice: Artículo 1: Declara irritos, nulos,... y de ningún valor para siempre, todos los actos de incorporación, etc. Artículo 2: en consecuencia... se declara de hecho y de derecho libre e independiente del rey de Portugal, del Emperador del Brasil y de cualquier otro del Universo, etc. Y a continuación de esta declaración, el primer decreto que produce el Congreso, afirma: Queda la Provincia Oriental del Río de la Plata unida a las demás de este nombre en el Territorio de Sudamérica, por ser la libre y espontánea voluntad de los pueblos que la componen...". Entonces, concluía yo, no es la "Independencia" del Uruguay lo que declaró el Congreso de la Florida, ¡es la unidad con las Provincias Unidas! Mi padre se enojó y concluyó: "Sos muy chico, no entendés nada". Yo quedé tan perplejo que creo que ahí decidí hacerme historiador... Porque me decía, ¡aquí hay un gato encerrado bárbaro! ¡Esto es un sancocho que no se sabe lo que es! Y así era. Cuando se emplazó en 1880 el monumento a Artigas que está en la Plaza Independencia de Montevideo, en el Senado del Uruguay hubo una discusión tremenda acerca de cuál era el papel que había jugado Artigas en nuestra historia, y no hubo acuerdo ¿Era el Precursor? ¿Era el fundador de la nacionalidad? Unos decían que sí, otros decían que no. Bueno, allí está el resultado, en todos los monumentos se pone una placa que alude al carácter y a la razón del homenaje: fundador de tal cosa, descubridor de tal otra, triunfador en tal batalla. Pero el monumento en la Plaza Independencia dice: "Artigas". ¡Que cada cual interprete lo que quiera! Porque cuando el Gobierno de la República Oriental del Uruguay envía una delegación al Paraguay para solicitarle que regrese, Artigas responde: "Yo ya no tengo Patria". Porque su Patria eran las Provincias Unidas del Río de la Plata, ésa era su lucha, él había fundado el Partido Federal de las Provincias Unidas del Río de la Plata. El no quería una provincita sola que dijera "soy una República sola".

Dentro de todo y, a pesar de que se recurrió a Artigas como medio de dirimir disputas partidarias en busca de un prócer, porque no era ni blanco ni colorado y les servía a los dos: pienso, sin dudarlo, que era el único Oriental con la suficiente capacidad moral e intelectual que podía encontrase para representarnos: aunque el estado que se formó no era su patria, ni su bandera, ni su ideas.
Como bien dice Methol Ferré, solo se puso “Artigas” en su monumento; más de algún turista despistado y, hasta niños de escuela, al verlo, se irán pensando quien fue o que hizo el hombre que representa esa figura “de a caballo”.

“… No teníamos vínculos económicos serios entre nosotros. Recién los empezamos a tener a fondo hace quince años. A fondo, hace quince años. Antes no. Todos nos habíamos afirmado haciéndonos extraños del vecino; lo que no debíamos conocer era al vecino; más bien debíamos diferenciarnos del vecino. El vecino era el malo, el idiota, y yo era el bueno. Y como éramos tan iguales, tuvimos que inventarnos un conjunto de enemistades vecinales, como las peores aldeas. Aldeanos insoportables” 

“… ¿acaso no sabemos qué poderes dirigen al Fondo? ¿Y por qué hay intereses que empujan y aprovechan esta situación? Porque quieren cortar esta alianza nueva y potencial que emerge desde 1991, que es la alianza argentino-brasileña. ¿Por qué? ¡Porque es el "cortocircuito" fundamental de la unidad de la América del Sur! Si eso se interrumpe, ¡adiós Unión Sudamericana! Porque sería como haber interrumpido el "cortocircuito" franco-alemán en Europa: adiós Unión Europea. Porque ¡con quién se puede aliar Brasil! Aliarse con Argentina es virtualmente aliarse con el resto”

Conferencia: FORO SAN MARTÍN PARA LA INTEGRACIÓN DE NUESTRA AMÉRICA, Buenos Aires, Julio 12 de 2002.
Fuentes:  http://www.globalizacion.org/integracion/MetholFerreAmericaSurEstadoNacion.htm
http://archives.econ.utah.edu/archives/reconquista-popular/2002w31/msg00028.htm

Por estos lados, eso, no hemos logrado entenderlo.
 
Nuestra gente, harta ya, luchó para alejar a los partidos tradicionales, principalmente a los colorados, definitivamente del poder; pues estamos siguiendo la misma política dependentista que ellos siempre mantuvieron, también el mismo estilo económico que tanto criticamos.
No hemos aprendido a mirar para adentro, vivimos con los ojos puestos en el norte y pensamos que con ellos nos salvamos, pobres ingenuos, parece que la historia no nos ha dejado ninguna enseñanza.

Si se llegara a un TLC con los Estado Unidos vamos a venderles, ¿Mucho más de lo que le vendemos ahora?, lo dudo, pero sí, es seguro, de que les vamos a comprar muchísimo más y, por lo tanto, aumentará proporcionalmente el saldo desfavorable de la balanza comercial que siempre tuvimos. ¿Y esto para que? Para ir alejándonos cada vez más de la unión de pueblos Suramericanos y quedarnos más solos y dependientes que nunca.

La deuda externa, nunca, ¡Pero nunca jamás terminaremos de pagarla!, es la rienda que nos pusieron para hacernos de andar y con la que nos hacen doblar y caminar para el lado que ellos quieren.

La gente de nuestro país, nosotros, nuestros hijos, nuestros nietos y los nietos de nuestros nietos, están condenados a pagar de por vida la deuda en que nos metieron los genios de la política: en forma de impuestos, mano de obra barata y dependencia,

Es la esclavitud moderna llevada a la quintaesencia de la exquisitez, resultado de la estupidez crónica de quienes creyeron en pájaros preñados o, aprovecharon la bolada para beneficiarse con la desgracia ajena.

Mientras tanto, frente al capitalismo fundamentalista, un socialismo anochecido, ni gaucho ni cajetilla,  es la estampa viva de esta especie de agnosticismo empírico que practican muchos políticos y políticas de izquierda en varias partes del mundo. La izquierdecha, como dije una vez, que algunos definen como “pragmatismo”.

Este es el Uruguay y la América del Sur que nos dejaron, el Uruguay y la América del Sur que tenemos, ¡Ahora pregunto!...

… ¿Es el Uruguay y la América del Sur que queremos?

Los hermanos sean unidos
Que esa es la ley primera
Si entre ellos se pelean
Los devoran los de afuera.

Lo dijo José Hernández en su “Martín Fierro”, hace ya muchísimos años.

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