Miembro de
Proyect Sindicate apdu
       
 
separador                                          Inscripto en el Registro de Derechos de Autor en el libro 30 con el No 379
              
Google Buscar en la

 
Año V Nro. 320 - Uruguay, 09 de enero del 2009   
 

 
historia paralela
 

Visión Marítima

 
 
 
separador
La Intendencia Municipal de Maldonado clausura un local del Partido Nacional
Helena Arce
separador
1111111
Nelson Maica C.
separador
El País de los Pasos Perdidos
Raúl Seoane.
separador
El Teflón
Rodrigo Blás
separador
1111111
Darío Acevedo C.
separador
Proponen construir un hombre nuevo
Dr. Alberto Scavarelli
separador
La Barra: Ocupación total durante enero
Julio Dornel
separador
Fin de Año
Pedro A. Lemos
 

 

Brasil: la esclavitud y el trabajo infantil
por Marcelo Andrés Ostria Ch.

 
separador
   
mail
mail Contactos
pirnt Imprimir Artículo
 
 

          El 13 de mayo de 1888 se abolió en el Brasil la esclavitud, que tuvo, durante cuatro siglos, importantes connotaciones políticas y económicas. Fue el tiempo en que los ricos hacendados dependían de sus esclavos para su producción y que, a su vez, era un componente importante de la producción agrícola brasileña. Las corrientes abolicionistas que se impusieron en todo el continente americano hicieron posible que, por lo menos legalmente, sea abolida esta práctica, que fue –y aún es– una lacra para la humanidad.

          El triunfo del abolicionismo sobre esta inmoral dominación de seres humanos sobre sus semejantes, que ya tiene en América más un siglo, no ha terminado con la injusticia de la explotación que, en efecto, persiste y que, con caracteres similares a los de antaño sufren muchos seres humanos, entre ellos, los niños obligados a trabajar en condiciones de esclavitud.

          Nadie podría en la actualidad justificar la esclavitud, pero son pocos los que reparan en estas abominables formas modernas de explotación que afectan a niños y adolescentes,  a los que se les sustrae, no solamente su salario justo, sino la alegría de la niñez y la juventud, en lugar de gozar de la educación y de la protección de su salud. 

          Sin embargo, el grave problema de la esclavitud de niños y adolescentes persiste. Louis Coirradini, periodista del Correo de la UNESCO, al mencionar que la esclavitud de los niños es todavía un “drama planetario”, afirma que en el Brasil “se venden 40.000 niños por año para trabajar en tareas rurales o domésticas”. Por lo visto, las leyes internas y los tratados internacionales, como sucede en Bolivia en las minas y en Nicaragua en las plantaciones de café, no son suficientes para combatir esta vergüenza moderna.

          Por desgracia, el trabajo infantil esclavo, es visto aún como algo imposible de terminar por sus connotaciones económicas. En efecto, una parte considerable de la sociedad brasileña piensa que este infortunio  no se puede de erradicar, aun sabiendo que, de acuerdo con cifras del Instituto Brasileño de Geografía y Estadística (IBGE), más del medio millón de niños brasileños trabajan y más de cuatro millones no asisten a un centro educativo. Parecería que crece la aceptación colectiva de que la explotación infantil es una incambiable y “triste realidad”.

          En un momento se llegó a pensar que el crecimiento económico y la modernización conducirían por lo menos a una disminución de la explotación infantil en el Brasil. Conociendo ahora los datos alarmantes de que cientos de miles de niños y adolescentes trabajan y son explotados, resulta obvio que ese mejoramiento económico no ha cambiado esta situación. Más aun, es importante anotar que, junto al crecimiento de la economía brasileña, creció también el trabajo infantil esclavo en ese país.

          Como en toda América Latina, ni las mencionadas mejorías económicas, ni el crecimiento, ni las medidas paliativas que toma un gobierno, pueden, por sí solos, eliminar el trabajo infantil. Debe ser el resultado del esfuerzo compartido de activistas nacionales comprometidos con la justicia y de campañas internacionales solidarias.

          Se espera que la sociedad brasileña en su conjunto vea al trabajo infantil como lo que realmente es: una vergüenza inaceptable, de la misma naturaleza que la esclavitud que fue abolida en su país en 1888. Con esto en mente, la erradicación del trabajo infantil en el Brasil, si predomina la convicción y la decisión, no será una imposibilidad.

» Arriba


© Marcelo Andrés Ostria Ch. para Informe Uruguay
 
21
Informe Uruguay se halla Inscripto en el Registro de Derechos de Autor en el libro 30 con el No 379
Depósito legal No. 2371 deposito Nos. 338018 ley No - 9739, dec 694/974 art. 1 inc A
20
Los artículos firmados son de exclusiva responsabilidad del autor y no reflejan, necesariamente, la opinión de Informe Uruguay
20
Los enlaces externos son válidos en el momento de su publicación, aunque muchos suelen desaparecer.
Los enlaces internos de Informe Uruguay siempre serán válidos.
21
 
Estadisticas Gratis