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El idioma del primer mundo
* Luis Tappa |
Con el devenir de los años y la globalización hemos ido dejando por el camino nuestra personalidad y orgullo latino, el amor a lo nuestro, y hasta nuestro propio idioma.
Es así como hemos ido adquiriendo costumbres extraídas de otras culturas que nada tienen que ver con la nuestra.
Nos afiliamos a Halloween, pero ya no festejamos más la noche de San Juan, lentamente va quedando en el olvido nuestra propia identidad para ir adquiriendo las de otras culturas, que nada tiene que ver con nuestra idiosincrasia, forma de ser, vivir, y ver las cosas.
Los adoradores de falsos dioses se apresuraron a seguir las nuevas corrientes y lentamente se ha ido extranjerizando todo, hasta nuestro riquísimo español, nada más recorrer las calles céntricas para ver nombres en inglés en la mayoría de los comercios, también lo observamos en diarios, revistas, libros y hasta documentos.
No inventamos nada, copiamos todo, principalmente de los argentinos, hace ya muchos años trajimos de la vecina orilla las "Barras bravas" y el "Viste", ahora tenemos el "Dale" y de los españoles se nos pegó el "Vale", tampoco al saludar nos damos un buen apretón de manos, ahora solo nos chocamos las palmas de las manos con los brazos en alto, bien al estilo yanqui.
No somos un país, somos un papel carbónico.
Son principalmente, periodistas, escritores, comerciantes y gente de negocios, quienes recurren a palabras de otros idiomas para intentar ser más gráficos, a veces yo también, lo reconozco, es entonces que hacemos un hermoso entrevero entre español, inglés y latín, por la falsa idea de que así nos entenderán mejor, o porque nos parece que queda elegante y moderno. Complejo del tercer mundo, donde un Disco Compacto es un "ci di", un DVD es un "di vi di" y la tarjeta madre de una computadora es una Motherboard, un correo electrónico es un e-mail y si seguimos así dentro de poco vamos a hacer "Deleted" con nuestro idioma y lo vamos a mandar a la papelera de reciclaje.
Hoy un lugar reservado para personas importantes es una sala VIP (sigla de Very Important Person)
Una persona que trabaja en forma independiente, principalmente en periodismo, es un "Free Lance" y mientras que un seguidor exagerado de las nuevas modas ya no es un pituco, es un "Snob"
Los grupos que ejercen presiones políticas o comerciales hacen "Lobby" mientras que una reunión para tratar un tema determinado es una reunión "Ad Hoc" y un requisito indispensable es algo "Sine Qua Non"
Por lo tanto este "Free Lance", aunque algo "Fane", es adicto al "Charme" de "La Dolce Vita", aunque no pretendo hacer "Lobby" para que nadie me imite, tampoco frecuento lugares "Vip".
"De Facto", intentar explicar que tenemos un "Sui Generis" y por demás gráfico idioma es "Vox Clamantis In Deserto" aunque lo grite "Urbi et Orbi". Es "Sine Qua non" que retomemos la senda de nuestro idioma "De Motu Propio", de lo contrario seguiremos hablando esta inmunda jerga "Per Saecula Saeculorum".
Ya hasta tengo ganas de hacer un "Lock-out", cansado de tanto "Training" y de estar "Full Time" en el trabajo, no tengo "Manager" ni "Sponsor" para mi "Public Relations", veo disminuir mi "Stock" de pertenencias y el "Surplus" que supe tener en alguna oportunidad.
Debo ocupar un lugar muy bajo en el "Rating", porque veo mi "Status" disminuido, le debo a todo el mundo y en cualquier momento aparezco en el "Clearing". Por lo tanto, y para desenchufarme un poco, me voy a dar una vueltita por algún "Shopping Center".
Estaba trabajando en esta nota para enviar a "Informe" cuando recibí un correo de una prima que tengo en España, más exactamente en Asturias, tiene la santa paciencia de leerme en Informe Uruguay, e intercambiamos, con ella, correspondencia a diario, y además de las consiguientes noticias familiares tratamos un sin fin de temas.
Blanca Esther Pérez Fernández, que así se llama, es una persona estudiosa, Profesora de inglés, Licenciada en Filología inglesa y cursó estudios de literatura de países de habla inglesa. Es una persona informada e interesada en temas de actualidad, y aunque no con la intención de ser publicada, sino como parte de la correspondencia que intercambiamos a diario, me hizo llegar la reproducción de una carta que una señora mandó al programa de Luis del Olmo, un periodista radial en España y quien le diera difusión.
Me llamó la atención por dos motivos, uno era que coincidía con lo que yo estaba escribiendo, y lo otro es que la carta es muy buena.
Decidí entonces cortar mi nota e introducir lo que recibí, según dice ella la carta le fue enviada al periodista mencionado para que la leyera en directo; me he tomado el atrevimiento de reproducirla porque vale la pena leer lo que escribe esta señora. Dice mucho mejor que yo lo que estamos haciendo con nuestro idioma, y a pesar del tono satírico de la carta se aprecia un profundo respeto hacia nuestro riquísimo español y la impotencia ante la pérdida sistemática de nuestra forma de expresión, o la aparición de esta nueva jerga en la que se desdibuja nuestro idioma, según como se quiera ver. Aunque esto no es nada nuevo, este modo de expresarnos hace largo rato que lo venimos aplicando.
La siguiente es la nota que recogió y me envió Blanca Esther Pérez, desde Asturias, España, y en su carta también se nota inquietud por el tema.
Du llu espic inglish?
"Desde que las insignias se llaman pins, los maricones gays, las comidas frías lunchs, y los repartos de cine castings, este país no es el mismo, ahora es mucho, muchísimo más moderno. Antaño los niños leían tebeos en vez de comics, los estudiantes pegaban posters creyendo que eran carteles, los empresarios hacían negocios en vez de buzones, y los obreros, tan ordinarios ellos, sacaban la fiambrera al mediodía en vez del tupper-ware.
Yo, en el colegio, hice aerobic muchas veces, pero, tonta de mí, creía que hacía gimnasia.
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Blanca Esther Pérez Fernández
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Nadie es realmente moderno si no dice cada día cien palabras en inglés. Las cosas, en otro idioma, nos suenan mucho mejor. Evidentemente, no es lo mismo decir bacon que panceta, aunque tengan la misma grasa, ni vestíbulo que hall, ni inconveniente que handicap. Desde ese punto de vista, los españoles somos modernísimos. Ya no decimos bizcocho, sino plum-cake, ni tenemos sentimientos, sino fellings, ni por supuesto implantamos algo, ahora lo implementamos todo. Sacamos ticket, compramos compacs, comemos sandwiches, vamos al pub, practicamos el rappel y el raffting, en lugar de acampar hacemos camping y, cuando vienen los fríos, nos limpiamos los mocos con kleenex.
Esos cambios de lenguaje han influido en nuestras costumbres y han mejorado mucho nuestro aspecto. Las mujeres no usan medias, sino panties y los hombres no utilizan calzoncillos, sino slips, y después de afeitarse se echan after shave, que deja la cara mucho más fresca que el tónico.
El español moderno ya no corre, porque correr es de cobardes, pero hace footing; no estudia, pero hace masters y nunca consigue aparcar pero siempre encuentra un parking. El mercado ahora es el marketing; el autoservicio, el self-service; el escalafón, el ranking y el representante, el manager. Los importantes son vips, los auriculares walkman, los puestos de venta stands, los ejecutivos yuppies; las niñeras baby-sitters, y hasta nannies, cuando el hablante moderno es, además, un pijo irredento. En la oficina, el jefe esta siempre en meetings o brain storms, casi siempre con la public-relations, mientras la assistant envía mailings y organiza
trainings; luego se irá al gimnasio a hacer gim-jazz, y se encontrará con todas las de la jet, que vienen de hacerse liftings, y con alguna top-model amante del yogurt light y el body-fitness.
El arcaico aperitivo ha dado paso a los cocktails, donde se jartan a bitter y a roast-beef que, aunque parezca lo mismo, engorda mucho menos que la carne.
Ustedes, sin ir más lejos trabajan en un magazine, no en un programa. En la tele, cuando el presentador dice varias veces la palabra O.K. y baila como un trompo por el escenario la cosa se llama show, bien distinto, como saben ustedes, del anticuado espectáculo; si el show es heavy es que contiene carnaza y si es reality parece el difunto diario El Caso, pero en moderno. Entre medias, por supuesto, ya no ponen anuncios, sino spots que, aparte de ser mejores, te permiten hacer zapping.
Estas cosas enriquecen mucho. Para ser ricos del todo, y quitarnos el complejo tercermundista que tuvimos en otros tiempos, solo nos queda decir con acento americano la única palabra que el español ha exportado al mundo: la palabra "SIESTA". Espero que os haya gustado... yo antes de leerlo no sabía si tenía stress o es que estaba hasta los cojones"
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Lamentamos no tener el nombre de la señora que escribe esta carta, que fue enviada al programa radial de Luis del Olmo, en España.
"Intelligenti Pauca", y si en algo me equivoqué les ruego que me disculpen esta "Percata minuta".