Miembro de
Proyect Sindicate apdu
       
 
separador                                          Inscripto en el Registro de Derechos de Autor en el libro 30 con el No 379
              
     
Google Buscar en la

 
Año V Nro. 359 - Uruguay, 09 de octubre del 2009   
 
separador
En esta edición
separador
 
Paula Rodríguez Almaraz
Pedro A. Lemos
separador
Helena Arce
separador
 
Carlos Emilio La Banca
separador
Nelson Maica C.
separador
Fernando Patrón
separador
W, Daniel Gorosito P.
separador
Pilar Rahola
separador
Walter Sánchez Sedez
separador
José Luis Pomi

 
 
 
historia paralela
 

Visión Marítima

 

Oro olímpico al narcisismo
por George Will

 
separador
   
mail
mail Contactos
pirnt Imprimir Artículo
 
 

         En los ríos de palabras que han corrido pronunciadas y escritas acerca del viaje de los Obama a Copenhague, muy pocas se han dedicado a las palabras que ellos pronunciaron allí. Sus discursos independientes al Comité Olímpico Internacional fueron tan terribles, y de una manera tan característica, que podrían ser un síntoma de algo que acarreará graves consecuencias al gobierno estadounidense.

         Ambos Obama pronunciaron discursos emotivos sobre... ellos mismos. Aunque el funcionamiento de los mecanismos del comité es oscuro, razonablemente pudo haber rechazado la candidatura de Chicago para los juegos de 2016 por motivos estéticos - a menos que el narcisismo se haya convertido de repente en deporte olímpico.

         Michelle Obama utilizó alguna forma de los pronombres personales "yo" o "mi" 44 veces de las 41 oraciones de su discurso. Su marido fue, comparativamente, una tímida florecilla, utilizando esos pronombres sólo 26 veces en 48 frases. Sin embargo, 70 veces en 89 oraciones bastaron para transmitir el mensaje de que de alguna manera su fascinante ser era lo que hacía, o debería haber hecho, convincente la candidatura de Chicago.

         En 2008, Obama ganó en los tres distritos electorales que se reparten Silicon Valley, al norte de California, con el 73,1, 69,6 y 68,4 por ciento de los votos. Sin duda, el Valle podría ampliar los servicios que le presta diseñando un software para los ordenadores de sus redactores de discursos capaz de eliminar todos esos pronombres personales y sustituirlos con la palabra "chucrut" para subrayar la naturaleza extravagante de sus excesivas apariciones.

         Y - esto será más complicado - el software debe eliminar los clichés más atroces repartidos alegremente entre los empleados de redacción de la Casa Blanca duros de oído. El presidente dijo al Comité Olímpico: "En este momento decisivo", un momento "en que el destino de cada nación está indisolublemente ligado a la suerte de todas las naciones" de "este mundo cada vez más pequeño", él aspira a "forjar nuevas alianzas con las naciones y los pueblos del mundo".

         Vaya por Dios. Que la memoria de un hombre tan privilegiado no permita que un momento deje de ser declarado "decisivo" - declarado como tal por alguien que pretende darse importancia a base de darle importancia. Además de eso, ya basta del mundo "cada vez más pequeño,” que ha sido descrito así por lo menos desde que Magallanes izara velas y probablemente antes. Y, por cierto, el "destino" de - elija la nación que más rabia le dé - Chile no está realmente "inextricablemente vinculado" en ningún sentido significativo al de, por ejemplo, el Chad.

         Pero el sentido brilla a menudo por su ausencia en la gaseosa retórica que causa furor entre los correctores de estilo de la Casa Blanca - ¿habrá alguno? -- y en el teleprompter del presidente. Consideremos un ejemplo reciente:

         Nueve días antes de hablar en Copenhague, el presidente, dirigiéndose a la Asamblea General de las Naciones Unidas, entonó: "Ninguna nación puede ni debe tratar de dominar a otro país". ¿En qué pensaría el redactor de discursos cuando él o ella componía esa oración? El "debe" fue melindrería; el "puede" es una sandez refutada por la historia hasta aburrir. ¿Se molestará nuestro Cicerón en mirar los discursos antes de leerlos en público?

         Poniéndose solemne en Copenhague, Obama dijo: "Nadie espera que los juegos resuelvan todos nuestros problemas colectivos". Así es, nadie lo espera. ¿Entonces por qué dices eso? Luego, zambulléndose de lleno en el nebuloso sentimentalismo de las tonterías Olímpicas de costumbre, decía que "la competencia pacífica entre las naciones representa lo mejor de nuestra humanidad" y "nos une" y "nos ayuda a entendernos unos a otros".

         En realidad, a veces los Juegos Olímpicos constituyen un retroceso neto de la armonía internacional. Pero Obama volvía enseguida a hablar de... él mismo:

         "Hace casi un año, una noche clara de noviembre, gentes de todo el mundo se congregaron en la ciudad de Chicago o delante de sus televisores para ver los resultados de las elecciones presidenciales norteamericanas. Su interés no tenía que ver conmigo como individuo. Más bien... "

         Fue estiloso por parte del presidente decir que el comité olímpico que Michelle es "un hermoso punto fuerte de la ciudad". Estiloso, pero obviamente falso. Y - aquí es donde pasamos de la mera tontería a la amenaza - suponga que el presidente no estaba siendo estiloso, sino sincero. Tal vez la premisa de otro modo inexplicable del viaje a Dinamarca es que no hay ninguna dificultad, nacional o extranjera, que no puede derretirse al calor de la personalidad de Obama. Pero en la competencia entre el mundo y el encanto de cualquier presidente, apueste por el mundo.

         Los presidentes llegan a caracterizarse a veces por adjetivos particulares: el "honesto" Abraham Lincoln”; el “bueno” Grover Cleveland"; el “enérgico” Theodore Roosevelt; el "idealista" Woodrow Wilson; el "discreto Cal" Coolidge; el "seguro" Franklin Delano Roosevelt; el "simpático" Ike Eisenhower. No tan felizmente, hubo un "Juego Sucio" Nixon y un "Escurridizo" Clinton. Descontento estará un presidente cuyo adjetivo definitorio es "pomposo".

© 2009, Washington Post Writers Group

Fuente: America's Daily

» Arriba

separador

 
21
Informe Uruguay se halla Inscripto en el Registro de Derechos de Autor en el libro 30 con el No 379
Depósito legal No. 2371 deposito Nos. 338018 ley No - 9739, dec 694/974 art. 1 inc A
20
Los artículos firmados son de exclusiva responsabilidad del autor
y no reflejan, necesariamente, la opinión de Informe Uruguay
20
Los enlaces externos son válidos en el momento de su publicación, aunque muchos suelen desaparecer.
Los enlaces internos de Informe Uruguay siempre serán válidos.
21
 
Estadisticas Gratis