El Tino no es un personaje de barrio, ni un amigo, El Tino, permite varias definiciones, y hace referencia a la aptitud de una persona para manejarse con moderación, prudencia, juicio o cordura en una acción. También muchas veces se confunde con el “tacto” social pero las más veces se asocia con lo “atinado” de una acción o decir cuando lo hecho o dice parece justo, en el tono y en el momento adecuado y exento de cargas emocionales. El “Desatino” por el contrario es simplemente la falta de Tino.
Este gobierno parece haber perdido el Tino (si alguna vez lo tuvo) en los últimos tiempos así como sus representantes y los candidatos del Partido de Gobierno. Declaraciones destempladas, emociones a flor de piel, atropello de formas, enojos, desplantes , irritabilidades y muchas otras cosas “desatinadas” nos bombardean diariamente desde la radio o el televisor y a veces hasta desde el computador, facebook y ducha ministerial mediante.
Al ex ministro Astori la soberbia y las encuestas le hicieron perder el tino en sus acciones, desde el enojo las más veces y rayando el ridículo en otras como cuando quiere hacer tanta carne en el gobierno para demostrar su adhesión a Tabaré y a su “fe” frenteamplista que pretende que olvidemos sus peleas de antaño, el desplazamiento que el Frente le realizó cuando ungió a Tabaré como candidato oficial hace años y a Mujica ahora, el desplante presidencial y su ira cuando le estrellaron contra el piso el TLC con Estados Unidos o cuando le hicieron enmendar la plana para cumplir con la promesa electoral del 4,5 para la educación que el negaba con razón y firmó sin convicción ni cumplimiento.
A la Ministra Daisy ya a esta altura me da hasta vergüenza mencionarla, desatinada al 100 %, con duchas cibernéticas, pasteles de dulce de leche a los presos, aventuras amazónicas, rezongos presidenciales, serruchadas de “compañeros” y la indignación general ante su actitud, su omisión o sus hechos y dichos me parece hasta de mal gusto criticarla ya que se encuentra en total estado de indefensión; igual que los ciudadanos a los que ella debía defender.
Mujica, nunca fue un poseedor de tino, al revés, con sus desatinos, desplantes y salidas fuera de lo común generó un enorme capital político que lo catapultó al Senado y hasta allí todo bien ( por lo menos para los que lo votaron ) pero cuando su desatino se mete en asuntos de soberanía nacional ( como el derecho de nuestro país de determinar su legislación tributaria en forma independiente ) o cuando piensa en transformar en moneda de cambio para “negocios nacionales” secretos bancarios, información de propietarios o cualquier otra cosa a cambio de trigo barato o puentes abiertos el tema se vuelve grave, al igual cuando ataca con adjetivos propios de un camorrero de barrio a aquellos con los que deberá gobernar un país sea como el Presidente que quiere ser o el Senador opositor que será.
Arana va al juzgado a decir que no sabia lo que pasaba en la Intendencia que gobernaba, María Julia lo acompañó en desfile judicial e ignorancia municipal, desatinadamente ninguno pidió perdón por su omisión.
El encargado de prensa de la Presidencia de la República manda por celular un mensaje a un periodista tratándolo de gusano; sigue en su puesto, su falta de tino no fue castigada, en desatinada resolución presidencial.
También el Presidente pierde el Tino, quizás su mayor virtud, cuando se sube a las tribunas y arremete contra “la oposición”, parte esencial e indispensable del país que conduce ( Mal, de a ratos, y entre consultas médicas; valga la aclaración )o cuando manda desalojar las cárceles en Consejo de Ministros sin la Ministra del Interior, a quien mantiene en el cargo y le contesta al Presidente por “facebook”, desautorizando aún más a una ministra desprestigiada y desatinada que debe custodiar las garantías en las próximas elecciones.
La exasperante falta de tino o moderación del frente amplio y sus figuras en los últimos tiempos tienen su explicación en la frustración que los acompaña al ver llegar al final “su tiempo “de Gobierno en conciencia de haber errado más de lo acertado y no haber hecho lo que pensaban que podían hacer aún con las mayorías a su favor que contaron. Están enojados consigo mismos y sabedores que perdieron la mayoría prestada recurren a la emoción de los suyos para mantener sus base históricas, es decir vuelven a ser el Frente de unos pocos y no el Gobierno de todos que pretendieron ser y nunca fueron; ya que de los todos perdieron a muchísimos por su propia incapacidad.
Al ver como comienza esta campaña electoral, no podemos más que preocuparnos de lo que vendrá, aumentaran las exposiciones histéricas de ministros y candidatos, los epítetos irán en aumento, y los enojos gubernamentales serán de todos los días.
No terminábamos de entender la causa de tal falta de tino de parte de aquellos que demostrando gran tino abrazando culebras, ocultando planes, minimizando reformas y otras moderaciones más con tal de llegar al Gobierno ; al leer un reciente análisis del historiador José Rilla días pasados, la explicación nos llegó justa, son: los olores de la derrota. Cuando se empiezan a sentir, los futuros derrotados cambian de humores, apareciendo diferencias internas y externas en forma exasperada y demostradas exasperadamente. Es decir se pierde el Tino y se abrazan al Desatino, lo peligroso es, cuando el Desatino está al Gobierno.
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