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Año V Nro. 346 - Uruguay, 10 de julio del 2009
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Los encuestadores y politólogos, como las ecografías, han destruido el encanto del misterio y la expectativa. Cuando aciertan, nos privan del placer de la sorpresa, y cuando no aciertan, con sus pronósticos a los que llaman “fotografías”, han influido en gran forma en la resolución final de los votantes. Esto ha ocurrido en las elecciones internas del pasado 28 de junio. En primer lugar, le erraron por lejos en la estimación del número de votantes. Acertaron sí en quienes fueron finalmente los candidatos de cada partido, pero hubo errores que exceden ampliamente el margen aceptable.
Los suspicaces observan que los errores generalmente son favorables al Frente, pues las expectativas creadas por los encuestadores no son correspondidas por las cifras que dan las urnas. Lo contrario ocurre con otros partidos, en algunos casos notoriamente con diferencias abismales. ¿Qué hacer? ¿Prohibir las encuestas? Esto iría contra el espíritu liberal, de libertad, que inspira al sistema democrático uruguayo. ¿Establecerles un plazo de veda previo como se hace con la propaganda electoral? Difícil de instrumentar, más aún con la existencia de Internet, donde esos datos pueden ser registrados. Por otro lado es bueno preguntarse ¿son objetivos los encuestadores? Algunos han sido notoriamente frentistas, y no se sabe si aún lo son.
Más claro es el caso de los politólogos, a los que por debajo de sus aparentemente objetivos análisis se les ve la “camiseta” frentista. El caso quizá más transparente es el de Costanza Moreira, que durante años nos ilustró sobre las “razones” para la preponderancia frentista desde la “cátedra” del Instituto de Ciencia Política y otros aparentemente muy serios sectores universitarios. Cualquiera puede ver que en las elecciones del 28 ocupó el lugar número 6 de la lista 609, la del “núcleo duro” de apoyo a Mujica. Sin embargo a la semana siguiente ya estaba pontificando desde las alturas de su supuesta “objetividad” en el programa televisivo de Sonia Breccia, ex – directora del canal estatal bajo gobierno frentista. Entonces quizá la mejor medida sea hacer oídos sordos, como hicimos muchos el 28, a estos pseudo-sabihondos, y votar lo que el corazón y la razón nos dicen, sin hacer caso alguno a sus comentarios. © Raúl Seoane para Informe Uruguay
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