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Año V Nro. 346 - Uruguay, 10 de julio del 2009
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La crisis en Honduras ha convulsionado a la región. Hugo Chávez y sus aliados han tomado la delantera y acaparan el protagonismo en defensa de Manuel Zelaya. México no ha dado señales de vida en este conflicto y Lula da Silva ha optado por ocupar un discreto segundo plano. Cristina Kirchner y Fernando Lugo parecen buscar en el tema hondureño una vía de escape que compense sus fracasos en política interna. La OEA revivida por sus enterradores Hace un mes Hugo Chávez y sus aliados regionales condenaban a la OEA por considerarlo un organismo caduco y sin futuro que debía ser sustituido por una nueva OEA sin Estados Unidos. En el mes de abril de este mismo año Chávez manifestó que "el imperio se quedó sin colonias y la funesta OEA ha pasado ha ser un cadáver insepulto". Sin embargo, ha sido precisamente la OEA la que ha liderado la ofensiva diplomática contra Honduras, y la que, apoyada por todos los países de la región, ha expulsado al gobierno deRoberto Micheletti de este organismo. Chávez ha pasado de calificar a Insulza de "pendejo" a alabar la actitud de la OEA por sus decisiones en el caso del golpe en Honduras. ¿Dónde está México? América Latina vive una nueva crisis regional y una vez más México brilla por su ausencia. Para más inri es una crisis en la teórica área de influencia mexicana, Centroamérica. Han sido Hugo Chávez y los presidentes de Argentina, Paraguay y Ecuador los que han ocupado el centro del escenario. La crisis económica que padece México, unida a las elecciones legislativas, parecen haber paralizado a la segunda mayor potencia latinoamericana. Felipe Calderón condenó el golpe contra Manuel Zelaya y retiró el embajador, pero su papel en el conflicto por el momento es nulo. Centroamérica: "cuando las barbas de tu vecino..." Los países centroamericanos inmersos en una espiral de inestabilidad e inseguridad ven en los sucesos de Honduras un peligroso ejemplo que puede ser imitado. El nicaragüense Daniel Ortega es el principal aliado de Manuel Zelaya en esta región. Además, busca un objetivo parecido al que buscaba el destituido presidente hondureño, conseguir una reforma constitucional que le permita la reelección. La crisis llega en un mal momento para el gobierno de El Salvador que encabeza Mauricio Funes, quien no ha hecho nada más que arrancar y que necesita de una alta dosis de tranquilidad regional para afrontar las consecuencias de la crisis. Se trata de un gobierno de inestables equilibrios debido a la difícil convivencia entre los sectores más duros del FMLN y los partidarios de Funes. Por el momento, El Salvador es el país que ha acogido a Manuel Zelaya tras su intento frustrado de regreso. Una nueva oportunidad para Chávez La crisis en Honduras supone una nueva oportunidad para Hugo Chávez quien aspira a reafirmar su liderazgo regional. Si no sobre toda la región, sí sobre sus aliados más cercanos, entre los que está Manuel Zelaya. La influencicia de Chávez sobre Zelaya crece por momentos como él mismo se encarga de confirmar: "hace dos horas y un poco más despegó desde Washington un avión venezolano, con dos capitanes venezolanos (...) llevando una comitiva presidida por el legítimo y único presidente de Honduras, Manuel Zelaya". La importancia que concede Chávez al caso hondureño se ve claramente al observar como su discurso sobre la independencia venezolana del pasado domingo se centró en lo que estaba ocurriendo en Tegucigalpa. En ese acto, Chávez contó que acababa de hablar con Zelaya. "Le dijimos suerte en su misión que Dios lo proteja (...) Está haciendo lo que tiene que hacer. Antes de montarse en el avión me dijo comandante y amigo si ésta es la última vez que hablamos siga usted adelante", ¿Y Lula? Lula da Silva ha sido muy crítico con los sucesos en Honduras: "no aceptamos el regreso de los golpes en América Latina...tuvimos la experiencia durante la década de 1960 de enfrentar golpes militares". Lula da Silva añadió que "¿la democracia significa que se puede sacar a un presidente por la noche e instalar a otro?...Este es un precedente peligroso para toda la comunidad internacional...Hemos dejado de aceptar toda forma de cooperación con Honduras porque ellos tienen que respetar el proceso democrático". Entre los países sudamericanos ha habido claramente dos posturas. La de aquellos que han apoyado sin estridencias al secretario general de la OEA, José Miguel Insulza, y la de quienes han tratado de posicionarse en la crisis regional y sacar réditos internos. Lula, Álvaro Uribe y Tabaré Vázquez pertenecen claramente a la primera postura. De hecho, más allá de esas fuertes declaraciones, Lula da Silva ha preferido estar en un discreto segundo plano. El primer plano ha sido ocupado en el ámbito sudamericano porCristina Kirchner, Fernando Lugo y Rafael Correa. Sin lugar a dudas, Cristina Kirchner y Fernando Lugo persiguen compensar la crisis interna por la que atraviesan sus respectivas presidencias con un mayor protagonismo regional. El canciller brasileño, Celso Amorim, dejó claro que Brasil considera que la solución al conflicto está en manos de Estados Unidos y de la OEA: "el gobierno de facto hondureño podrá resistir las apelaciones de las potencias regionales. Pero no aguantará un embargo económico de Estados Unidos, el Banco Mundial y el BID". Cristina Kirchner viene de ser derrotada en los comicios legislativos en Argentina y Fernando Lugo no ha logrado aún estabilizar su gobierno e incluso el PLRA ha roto la coalción que mantenía con los partidarios de Lugo. Fuente: Infolatam
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