Cuando las gatas comieron caviar…
Dr. Enrique Rimbaud Decano de la Facultad de Veterinaria
Managua - Nicaragua
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Una de las cosas que me ufano, es de tener muy buena memoria, recordando generalmente detalles o cosas dichas por alguna persona en particular, más, si es una mujer bonita….
Los otros días, me anuncia una amiga que iba a venir por casa, con lo que recordé que una vez me había dicho que nunca había comido caviar, ni siquiera sabía bien que era… a mí en lo que es particular, los diminutos huevos del esturión me fascinan, pero, por el costo que tienen generalmente o nunca los compro…
Pensando en esta y otras cosas estaba en el Supermercado La Unión de Carretera a Masaya, cuando paso por la sección delicatesen y cosas ricas pero generalmente caras, y me fijé que habían unas latas de caviar por C$ 100, mirarlas y comprarme una fueron uno solo, así que me fui a la sección de panes y afines, donde compré unas tostaditas para servirle a mi amiga…
Llegué a casa y comencé a armar la "misce en scene"… música suave, incienso, velas aromáticas, un queso suizo picado, aceitunas, las tostaditas, el caviar, y una botella bien "frappé" de champagne Don André, argentinazo, que es una baratija que venden en el Price Mart por C$ 120, y si bien no se compara con un Pomery, el precio bien vale llenarse de burbujas de vez en cuando…
Llega mi amiga, y todo estaba preparado, un desayunador rústico hecho de una sola pieza de genízaro que tengo en el fondo, aprovechando las tardecitas frescas que un frente ártico nos está regalando, unas luces navideñas dando un toquecito diferente, en fin, sirvo el champagne, le preparo unas tostaditas con caviar, y zás, que les cuento que no le gustó, aunque no fue gran problema, porque fue lo único que no le gustó…
La cuestión que me guardé el caviar en la refri, y me olvidé que estaba allí….
Los otros días, planifiqué dedicarme a disfrutar de mi propia compañía, un rato de soledad necesaria de vez en cuando, me compre una película, me serví un whiskey, y me acordé del caviar… lo saqué de la refri, aún tenía unas tostaditas, y me apoltroné en el sillón a ver cine y hartarme de cosas ricas…
El olor del caviar es penetrante, y al rato, mis tres gatas las tenía ronroneando entre mis patas, no interesadas en mi precisamente… los perros las miraban sin comprender, dado que ellos no son muy sibaritas que digamos, son perros, y con eso basta, se tragan lo que sea sin cuestionarse nada…
Iría por la tercer o cuarta tostadita repleta de los huevecillos negros, cuando me distraje, y cataplum, se me cae la chochada, y un desparramo de caviar y vidrios por todo el piso…
Las gatas, ni que decir, se rebuscaron de lo lindo, por lo que tuve que esperan a que se hartaran para barrer los vidrios, gatas finas, me decía, comiendo caviar, quien las ha visto y quién las ve…
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