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DE BUENAS INTENCIONES
ESTA PLAGADO EL CAMINO
DEL INFIERNO
Por Roberto Bogorja
El discurso de asunción del Presidente Vázquez, o como algunos ridículamente les gusta llamar "El Presidente Compañero Dr. Tabaré Vázquez", es eso un discurso con altos ideales, lleno de buenas intenciones, y sobre todo conciliador. Perfectamente entendible en un hombre de su condición, y en esto no me refiero a su condición política, pues si bien los partidos y movimientos socialistas siempre han sido bisagras, por ser de centro izquierda y no de extrema, por tanto en cierta forma articuladores entre la derecha y la izquierda, entre el capitalismo y el comunismo. Por tanto cuando me refiero a su condición, lo digo por su condición de hombre de ser humano, formado dentro de un ideal de igualdad y fraternidad o solidaridad como él se refirió.
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Así mismo permítaseme aclara el porque me parece ridículo esa forma de llamar al Presidente con el mote de compañero, antes de compenetrarnos en el tema de su discurso. Es que el título de compañero no existe, ni como título, ni como cargo en nuestra organización social. Sí el de Presidente (la ciudadanía así lo quiso y los Poderes del Estado, así lo ungieron), sí el de Doctor (pues así se lo confirió la Universidad de la República, al recibirse), pero el de compañero no. Su significación es de alguien que acompaña, y yo me pregunto a quien acompaña. Claro no se me tome por tonto, se que quienes así le dicen son sus compañeros políticos, pero a ellos quiero hacerles la aclaración, el Dr. Tabaré Vázquez es el Presidente de todos los uruguayos, ocupa un cargo en el cual ya no representa a un partido o sector político sino a todos los uruguayos, lo hayamos votado o no, por eso es que se le está vedado realizar política partidaria. Y es así como el mismo lo entendió y manifestó que asumiría el cargo, no como Presidente de un partido político, sino de todos los uruguayos (tal fueron sus dichos al renunciar a la presidencia del Frente Amplio).
Entonces ya no es el compañero de un sector político, sino el Presidente de una nación, la nuestra, y es por ello que se refiere a los uruguayos en todos sus discurso, incluyendo este a que nos referimos hoy, y no a los compañeros.
"Queridas uruguayas y queridos uruguayos, como no puede ser de otra
manera, el gobierno que hoy se inicia será el gobierno de todos los
uruguayos, y el Presidente que hoy asume será no solamente el
Presidente de todos los uruguayos, sino también la garantía de que el
gobierno será el gobierno de todos y para todos los uruguayos", así lo dijo.
Volviendo a lo que nos convoca, inició su discurso realizo un agradecimiento a aquellos que le llevaron a la presidencia a quienes simbolizo en el extinto General Liber Sergni.
Más tarde se refirió a un tema candente, como es el de la pobreza, y donde asumió una posición justa, pues prometió no ser neutral sino de asumir una lucha frontal contra ella, prometiendo "Cambios posibles, trabajaremos con la mirada en la utopía y los pies en la realidad", lo cual implica una visión altamente positiva, siempre y cuando ni la utopía sea tan grande ni la realidad se convierta en virtual por un manejo de palabras, plasmadas en discursos de buena voluntad. Ud. señor Presidente bien conoce que la utopía es el ideal que perseguimos como forma de perfeccionarnos como seres humanos y como seres sociales, pero también sabe que muchas veces el exceso de luz no nubla la visión y no nos permite ver la realidad, al igual que los cantos de sirena y no nos dejan ver que la realidad puede ser más dura de lo que creíamos y también menos maleable.
Por eso Presidente, así como se refirió a un país productivo, pleno de la dignificación del trabajo, a la cual todos tenemos derecho y obligación, Ud. sabe que en esto tenemos que lograr un trabajo colectivo, construido uno a uno (al igual que esos astros o granos de arena que se refirió, al igual que una obra se construye ladrillo a ladrillo) sin exclusiones, pero con la conducción de un arquitecto que dirija esa obra, una obra para el bien de todos y teniendo en cuenta las ideas de todos, pero fundamentalmente un arquitecto que va a tener que trabajar más que todos en lograr la perfecta armonía.
Por eso no nos quedemos solamente en los planos de la obra, y creamos que esa es la realidad; no nos quedemos en los cimientos y pensemos que el trabajo ya está; tampoco hagamos la obra diferente a los planos ni impongamos un estilo porque eso tampoco será la gran obra; y tampoco pensemos que la obra porque es tan compleja y pidamos más tiempo para realizarla y no la terminemos nunca.
Por último Sr. Presidente, recuerde sus palabras: "Y esta noche les pido, uruguayas y uruguayos, en esta tarea, ¡por favor, no nos dejen solos!" y no se traicione ni nos traicione y se quede solo excluyendo a todos los que no piensan como Ud. o como sus compañeros políticos. Uruguayos somos todos y Ud. es el Presidente de todos los uruguayos, sea cual sea su ideología política, religiosa, raza, simpatía futbolística, etc., etc.. Ud. nos representa a todos, y tal como bien lo dijo Artigas, su autoridad cesa ante nuestra presencia soberana.
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