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Año IV - Nº 233
Uruguay, 11 de mayo del 2007
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Trenes Internacionales
Montevideo - Santiago de Chile

por Jorge Ruiz Garateguy

 
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            Hace pocos días atrás podíamos observar que el sistema de trenes de Rusia estaría construyendo un subterráneo hasta Alaska...

            En contrapartida, durante un viaje a la Virgen del Verdún, un pasajero señaló en otro medio que el tren partió una hora después, sin que nadie se responsabilizara por ello, y que el viaje de retorno hasta Montevideo se realizó durante la noche, a sabiendas de que el tren carecía de luces, desde hace algún tiempo, tal parece.

            Consideramos es momento de tratar el tema, estableciendo dos líneas paralelas al respecto y llevando adelante una política de estado, más allá de quienes puedan obtener los gobiernos a futuro. Como en otras áreas, cuando en el mundo entero son utilizados como nunca los trenes, es inaudito que en el Uruguay ocurra prácticamente la destrucción final de AFE.

            Comencemos por el principio.

            Mientras en Uruguay los trenes, ya exiguos y escasos transitan las olvidadas vías del país, dejando a pie a la mitad de la población y no solo a una velocidad casi inimaginable, sino con serios riesgos de accidentes, en Japón en cambio transitan a velocidades supersónicas... Estamos hablando de velocidades por encima de los 500 km/hora. y se prevé que hacia el 2026 estarán haciéndolo mediante un sistema de flotación magnética que permitiría alcanzar velocidades aun superiores.

            Nos preguntamos: "Por qué en Japón si y en Uruguay no?"

            Nos allegamos hasta la Embajada de Japón en Uruguay y durante algunos meses trabajamos con el entonces embajador, un equipo de ingenieros y sociólogos de Tokio y Massachussets, persiguiendo un propósito compartido: hacer que AFE finalmente fuera tan eficiente y desarrollada como su similar japonesa.

            Obviamente debemos señalar que Japón es un país constituido por un archipiélago, y el tren como tal es una solución para unificar lo que hoy son 80 millones de potenciales consumidores. Al terminar la Segunda Guerra Mundial en 1945, esa realidad democrática no existía, era totalmente distinta.

            Pero había grandes paridades con relación al ente ferrocarrilero de Uruguay:

            Ambos estaban carentes de tecnología y sin dinero para hacer una puesta a punto. A su vez, compartían el hecho de que fueran empresas estatales, sin asociaciones con privados y sin la disposición de la herramienta de la privatizarción a menos que se llegara a un consenso general que garantizara la inexistencia de monopolios u oligopolios, también privativos del Estado.

            Al igual que en AFE, era necesario hacer algo urgente y el gobierno de entonces debía ser capaz de crear el ámbito necesario para desarrollar los cambios inherentes a su reestructura.

            Naturalmente tuvieron un sinnúmero de obstáculos, palos en la rueda de empresas transportistas que sobrevivían gracias a que las enormes carencias del ente no hacían posible una fuerte competición.

            Tras consensuar lograron una justa distribución y participación en el ente de todos los sectores vinculados o perjudicados...

            Todos quienes anhelarían con la fuerza de los dioses la muerte del organismo se convirtieron en socios y hasta los trabajadores se integraron como tales, obteniendo una cuota parte en la rentabilidad, que era directa y variable: todos comenzaron a defenderla como jamás se hubiera podido imaginar que lo harían.

            Se estableció un proyecto de inversiones de empresas extranjeras contra planes específicos de negocios, inversiones y reinversiones, los que fueron cumplidos al pie de la letra.

            La corrupción, claro que no tenia espacio, pues ningún sector vinculado al organismo podía ejercer la corrupción sin que fuera directamente perjudicado. Cometieron errores una y otra vez, pero se enmendaron de manera urgente. Todos cuidaban la salud de su propia empresa, porque era de todos los que la integraban, desde el presidente de la compañía hasta el que recién ingresara a reparar durmientes en las vías.

            Nada de lo ocurrido fue casualidad pura, sino inteligencia y compromiso, individual y colectivo.

            Por cierto... estamos en Uruguay y no en Japón. Pero ayer Japón también estaba en Japón, que no distaba en demasía de la realidad del Uruguay que hoy tenemos.

            Durante algunas semanas estuvimos trabajando con el embajador de entonces, su secretario y una delegación que viajó desde la oficina central en Buenos Aires del Banco para la Cooperación Internacional de Japón.

            Luego de esto se integró a dicha comisión la entonces embajadora de Chile y el secretario de comercio de Argentina.

            La Embajadora nos habia planteado la necesidad de hacer una ruta ligera desde Santiago hasta Montevideo, como apoyo a la hidrovía y determinando como puerto-meca al de Montevideo, en virtud de su características y situación estratégicas.

            Se buscaría la manera de hacer que desde toda Sudamérica llegaran mercaderías en tránsito hasta ambas capitales señaladas, para desde allí, según hacia dónde fuera su destino final serían enviadas en transporte de bandera de ambas naciones.

            De esa manera lográbamos dinamizar la capacidad de exportación de la región mejorando sustancialmente el factor tiempo en las entregas. Un detalle que hace a la competitividad.

            Las mercaderías serian bonificadas en el tránsito aéreo para todo el MERCOSUR.

            Entendíamos que había una manera de mejorar ese proyecto primario en la medida que en vez de establecer una vía rápida de transito vehicular, con  el incremento de accidentes y efectos indeseables en la contaminación por petróleo, lo conveniente era establecer una vía rápida pero transito de ferrocarriles inteligentes. Lo cual además reduciría los gastos de ejecución de obras, mantenimiento y en el gasto del petróleo tan oneroso, utilizando recursos de energía eléctrica, lo cual no seria un problema para la región.

            Lo que veníamos conversando con el Japón adquirió una mayor dimensión tratándose ya de un megaproyecto internacional.

            Importaríamos la inteligencia japonesa pero la ejecución de obras y trenes serían nacionales a cada país.

            Por su parte, en Uruguay se tenderían cuatro o cinco redes lineales directas con estaciones al margen de las ciudades en situación geográfica estratégica a fin que mantenerse equidistante de la mayor cantidad de poblaciones, lo que demandaría a su vez un importante complemento que deberían realizar las empresas de transporte colectivo.

            La primer razón que se nos vino a la mente entonces fue que no era necesario que los pueblos perdieran su población por emigrar a la capital tras un posible espacio laboral mejor... Porque aun viviendo en Artigas, desde la estación le demandaría llegar a su trabajo lo mismo que llegar desde Villa García o Santiago Vázquez en ómnibus: poco más de una hora.

            Y además de la rapidez, el tránsito entre los diferentes departamentos, ahora bastante traumático y costoso, seria más asequible.

            ¿Lo permitirían las empresas de transporte Interdepartamental? Evidentemente, si se materializara podrían correr un riesgo, pero, como en el caso de Japón, las mismas serían integradas a la corporación, y deberían operar para trasladar desde y hasta las terminales.

            Luego que todo el proyecto estuvo finiquitado le presentamos al gobierno del Dr. Batlle y también hicimos lo propio con el presunto ganador del Frente Amplio.

            No fuimos escuchados... porque según el hoy Ministro de Educación y Cultura, el presidente del frente amplio Ing. Brovetto, eso era posible en Japón pero en Uruguay "nos arrancan los ojos".

            Obviamos estar seguros que si en Uruguay se hacen las cosas bien, no solo sí es posible Ing. Brovetto, sino que nos consta nadie les sacará los ojos... Por lo que están haciendo con AFE y los Casinos Municipales y otras yerbas, si que merecen se les arranquen los ojos... y las orejas también: así hay lugar para ponerles orejas de BURROS.

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