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Un perfecto cambalache
por Fernando Pintos
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«El País» Digital, viernes 4 de julio de 2008. El título es: «Italia. Ese parece ser su destino». El subtítulo: «Pablo Caballero aún espera una llamada». El texto explica: «…"Conmigo nadie se comunicó. Sigo esperando que me llamen para decirme si tengo que viajar o no. Lo único que me dijeron por ahora es que no puedo jugar por una cuestión reglamentaria". Pablo Caballero ya sabe que la Liguilla "ya fue", pues el empresario Pablo Bentancur le anunció que está a punto de hacerse su pase para Europa y por tanto no puede actuar a nivel local. Sin embargo ni siquiera le confirmaron cuál será el país que lo acogerá. "Creo que es Italia, pero no me lo confirmaron", dice. Según el diario italiano Gazzetta dello Sport el club de Serie A que lo tiene en sus planes es Sampdoria, pero en virtud de que su ficha será adquirida a Nacional junto con la de Bruno Fornaroli, bien puede suponerse que Caballero será parte de la operación que depositará al delantero en el calcio. "Fornaroli va a jugar en Italia la próxima temporada", reiteró ayer Vincenzo D`Ippolito. Palermo parece ser su destino…».
«El País» Digital, viernes 4 de julio de 2008. Bajo el título de «El plantel cobra hoy junio y va a concentrar». Subtitulado como: «La dirigencia quiere cumplir porque la aparición de conflictos, justo en el período de pases, afecta la cotización de los jugadores». Se desarrolla el interesante texto que transcribo renglón seguido:
«…Las aguas van retomando sus cauces en Nacional. El plantel cobrará hoy el sueldo correspondiente a junio, por lo cual quedarán pendientes los haberes de abril y mayo. Sin embargo, la situación permitirá destrabar la medida adoptada por los futbolistas de no concentrar previo a los encuentros de la Liguilla. La solución apareció ayer de tarde, pero no por la vía que se había anunciado. El empresario Pablo Bentancur aún no depositó los US$ 400.000 que había prometido como parte de los US$ 500.000 de seña por las fichas de Bruno Fornaroli y Pablo Caballero, por quienes Nacional tiene un acuerdo verbal con el contratista a cambio de US$ 4.000.000 libres. Al parecer, alguien vinculado a los tricolores aporta el dinero, pero no se trata de un dirigente. Consultado uno de ellos por Ovación, señaló: "Nacional es muy grande". Sin embargo, aseguró que nadie de la comisión directiva, incluido el presidente, pone el dinero.
MAL MOMENTO. Alarcón reconoce que el atraso en los sueldos significa una falta de la institución con gente que vive de su salario y que no se trata solamente de futbolistas, sino también de funcionarios del club, por lo cual pretende resolver el tema de una buena vez. Su preocupación, como la de todos los dirigentes, no pasa tanto por un aspecto deportivo sino político. ¿Cómo es esto? El presidente tricolor, y también varios de sus compañeros de comisión directiva como el secretario general Daniel Barreiro y el capitán Eduardo Giovaninni, han dicho que confían en la profesionalidad de los futbolistas y por tanto no les preocupa tanto que no concentren. "En los países más desarrollados de Europa no existe la concentración. El otro día estuve hablando con Luis Suárez y me dijo que él no concentra", expresó Alarcón. Lo que sí preocupa es que trasciendan estos inconvenientes precisamente en este momento. Se abren los mercados internacionales y los empresarios hacen ofertas. La aparición de medidas por falta de pago significa problemas financieros y ello hace que los contratistas jueguen con la necesidad de obtener fondos frescos, lo cual redunda en ofertas bajas por los jugadores, que en definitiva es el capital del club. Eso es lo que se quiere evitar y por eso el dinero apareció como por arte de magia. Futbolistas y funcionarios obviamente están felices…».
«El País» Digital, viernes 4 de julio de 2008. El título dice: «El despertar de Nacional llegó en la Liguilla». El subtítulo complementa así el texto de Daniel Rosa: «Luego de un mal final en el Clausura, la ofensiva de Nacional volvió a funcionar contra River Plate y con sus cinco goles salvó tres puntos ineludibles La defensa debe mejorar, pues recibió cuatro goles en dos partidos». Es un análisis bastante extenso sobre la situación y posibilidades de Nacional en esta Liguilla, pero quisiera señalar especialmente el párrafo siguiente:
«…Ahora bien, la pregunta que surge es si está en condiciones de aguantar ese primer lugar, sobre todo porque Gerardo Pelusso ha hecho malabares para acomodar el equipo titular con todas las bajas que ha sufrido. Ya no tiene a Diego Perrone, Juan Pablo Pereyra y Nicolás Bertolo, seguramente no contará con Bruno Fornaroli -quien sigue tramitando su pasaporte comunitario en Italia- y al parecer tampoco con Pablo Caballero. Aun así, Nacional mostró ante River una mejoría en su juego, fundamentalmente porque Martín Ligüera retomó su nivel, anotó y puso varias veces de cara al gol a Diego Vera, quien recuperó su poder goleador y anotó tres en una tarde. Igualmente, Pelusso sabe que hay cosas a mejorar. Y una de las principales preocupaciones del técnico debe ser el mediocampo, que sin Bertolo se ha transformado en un sector estático, lento, con mucha marca, pero escasa proyección ofensiva y manejo del balón…».
La opinión de Lalo Fernández. Se publicó en la edición digital de «El País», el sábado 5 de este mes, bajo el título de «Hoy juega, mañana quién sabe». Para mejor, tiene un subtítulo que prácticamente lo explica todo: «El fútbol se ha transformado en una empresa de Préstamos Amortizables». Y el texto no tiene desperdicio, porque retrata ese funambulesco cambalache en que han transformado al fútbol uruguayo. Veamos:
«…Fulano viene en préstamo hasta el 30 de junio, el sueldo se lo paga el club que lo presta, el representante, o arreglamos "miti - miti". Mengano es del club y tiene contrato hasta diciembre pero se lo quieren llevar, arreglamos la cifra con el contratista de turno y la continuidad hasta que el dueño del jugador diga me lo llevo. Como si fuera poco Zutano y compañeros no cobran en tiempo y forma y para que todo siga la AUF presta fondos a los deudores, fondos que son propiedad tanto de los mismos que deben como de los que pagan. Y para terminar con la Compañía de Préstamos Amortizables y hasta en algunos casos Pignoraticios no se ocurre mejor idea que intentar denunciar el Convenio con la Mutual de Jugadores el que asegura entre otras cosas que el pobre Perengano cobre. Y mientras todo esto ocurre en pleno campeonato Caballero llega con su bolso para jugar y le dicen que no lo hará porque está vendido, Bertolo se despide de sus compañeros y al otro día aparece, juega un partido pero se va para Boca porque no le prorrogaron la estadía. Olivera también se despide, no juega dos partidos pero ahora si lo hará en tres, Estoyanoff vuelve a sonreír porque le alargaron su estancia hasta final de la Liguilla. Todo un sainete…».
Ahora, mi turno. Quería que ustedes leyeran, muy cuidadosamente, los cuatro textos anteriores, que no tienen desperdicio, y que después ataran sacaran sus propias conclusiones al respecto. En Uruguay se juega el fútbol profesional con un calendario estúpido y ridículo, de medios años trocados —se comienza el año con un «Clausura», se termina con un «Apertura» y se disputa la Liguilla entre junio y julio—, no porque, al igual que los monos de Villa Dolores y otros zoológicos del mundo, se pretenda imitar a los europeos y sus calendarios, sino porque, de en algún momento esa aberración habrá favorecido los sacrosantos intereses de Casal & Cía. También se permite que los malditos contratistas se salten las leyes de la República a la torera y que, de paso, las usen y vuelvan a usar como papel higiénico toda vez que les convenga, porque tal inmundicia conviene a Casal & Cía. Además, se promueve que los clubes pongan todas sus infraestructuras, sus caudales sociales y sus capacidades para formar talentos juveniles, al exclusivo servicio de Casal & Cía. Y todo ello funciona de manera tal que, una vez terminado el cretino Campeonato «Clausura» (que debió ser la Primera Rueda del Uruguayo 2008, o cuando menos el «Apertura» de este año), y en el justo momento en que los clubes se disponen a disputar, entre finales de junio y principios de julio una Liguilla que deberían jugar en diciembre, irrumpen de improviso los sempiternos, turbios, espurios e inconfesables intereses de Casal & Cía., para desarmar a los principales equipos y dejarlos prácticamente como el proverbial gallo de Morón: cacareando y sin plumas… ¡Qué bonito! ¡Qué edificante! ¡Qué inteligente! El fútbol uruguayo, ¡que reviente! Los clubes uruguayos —no estoy refiriéndome en exclusiva a Nacional—, ¡que se vayan por el caño! Porque, total, lo que verdaderamente importa e interesa es que Casal & Cía. prosigan con sus putrefactas actividades, cebándose en los restos del fútbol uruguayo con esa tenaz perseverancia que caracteriza a hienas, buitres y demás alimañas carroñeras. Y, mientras tanto, la Asociación Uruguaya de Fútbol haciéndose la desentendida. Y las directivas de los clubes, por lo mismo.
Interrogantes finales. ¿Cuántos serán los infames coimeros que, hoy día, están recibiendo cheques o sobres de parte de Casal & Cía.? ¿Es que a nadie le interesa ese «pequeño detalle» en Uruguay? ¿Será que el detalle, de tan pequeño, podría dejar el Palacio Salvo a la altura de un enano de circo? Pero, todavía más interesante que conocer el «cuántos» sería, a todas luces, enterarse de «quiénes» o «cuáles»… ¿No les parece? (Por casualidad, ¿podrían caber, todos juntos, en el reducido espacio de una guía telefónica?)…
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