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Año V Nro. 294 - Uruguay,  11 de julio del 2008   
 

 
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Nuestra riqueza amenazada
por Lic. Giancarlo Geymonat

 
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         En nuestro país  existen cinco especies de palmeras, Pindó (Arecastrum romanzoffianum), Yatay (Butia yatay), Yatay Poñi (Butia paraguayensis), Caranday (Trithrinax campestris) y Butiá (Butia capitata)
Todas ellas sufren algún grado de deterioro, estando algunas  en serio riesgo.

         La Palma Butiá (Butia capitata) ocupa unas 70.000 hectáreas, restringidas a ciertas áreas de los departamentos de Rocha y Treinta y Tres, en nuestro país  y al estado de Rio Grande del Sur en Brasil. Su densidad es sumamente variable y hoy en día son muy pocas las áreas que presentan más de 80 palmas por hectárea.

         Es una especie que vive en suelos bajos y húmedos , aunque también se la puede observar en zonas serranas en forma mas aislada.

         Se estima que los ejemplares que se observan actualmente, poseen unos 300 años de edad. Esta datación coincide aproximada mente con la introducción de la ganadería en nuestro país

         Escasas imágenes de principios del siglo pasado y que han sido conservadas a lo largo de los años por algún cajón polvoriento y rescatadas afortunadamente, trasmiten fielmente la sensación de eternidad y permanencia del palmar. Aquellos patriarcas se ven exactamente igual que hoy...

         Sin embargo, esos colosales magníficos poco a poco van desapareciendo.

         Luego de cada tormenta o sudestada son numerosas las palmas que se ven tendidas en el suelo, quebradas o decapitadas.

         Su nombre: Butiá, proviene de la voz guaraní: mbo tia que significa diente curvo. Esto hace referencia a la característica singular de los dientes en forma de espinas gruesas y curvas que posee en la base de las hojas.

         Si bien su anatomía y fenología se conocen relativamente bien, no ocurre lo mismo con los aspectos ecológicos de las comunidades naturales donde ella vive.

         La Palma Butiá viene sufriendo un acelerado proceso de disminución en sus poblaciones, en toda su área de distribución. Desde hace mas de un siglo los renuevos e individuos inmaduros de esta especie no sobreviven, o lo hacen solamente en sitios muy inaccesibles. La causa mas probable que se ha vinculado a este fenómeno es la acción de la ganadería que ingeriría las plántulas mezcladas con pasturas naturales o en algunos casos, especialmente en la etapa previa al desarrollo del cogollo, lo haría selectivamente, encontrando en las hojas tiernas de las palmas jóvenes un buen follaje, particularmente en el verano.         

         Otra causa importante que ha llevado a este ecosistema al borde de la extinción es el laboreo de la tierra, que si bien no destruye las palmas adultas, hace imposible el desarrollo de las plántulas, cuyo crecimiento es relativamente lento.

         Si bien estas hipótesis sobre la destrucción del palmar parecen bastante claras, existen muy pocos estudios realizados al respecto y menos aún, experiencias de manejo prolongadas en el tiempo que  apunten a su conservación. Las escasas investigaciones realizadas en los palmares de Butiá indicarían que pueden estar actuando otros factores además de los dos anteriores:
1) El pisoteo que realiza el ganado compactando el suelo, especialmente en estos ambientes de alta humedad, significarían grandes dificultades para la germinación y el normal desarrollo de las plántulas
2) La competencia por luz y particularmente por nutrientes con las pasturas naturales, otrora controladas por herbívoros autóctonos mucho mas abundantes que hoy, como el Venado de Campo (Ozotoceros bezoarticus), el Ñandú (Rhea americana), el Carpincho (Hydrchaeris hydrochaeris), y hasta el mismo Chajá (Chauna torquata) y la Nutria (Myocastor coipus).
3) La acción de parásitos y consumidores especializados de la Palma (Coleópteros Curculiónidos y Brúchidos, Cricétidos, etc) ejercerían sobre los escasos individuos jóvenes una mayor presión que en el pasado, pues no encontrarían en el ambiente las características de un palmar sano.
4) La disminución de las poblaciones de especies animales que resultarían beneficiosas a la Palma escarificando y dispersando sus semillas ha provocado también una disminución en el porcentaje de renuevos.

         Desde hace varios años, los humedales del este vienen siendo estudiados por organizaciones gubernamentales y no gubernamentales, principalmente en lo relativo a su biodiversidad y su vinculación con la producción, en este sentido los relictos de palmar según los primeros resultados serían altamente diversos, pero también se percibe que estos relictos son excesivamente escasos y la mayoría de la extensión ocupada por la especie se encuentra con un alto grado de degradación.

         Palmar ralo  en praderas bajas, Palmar asociado al bosque autóctono, a altos pajonales, dispersos en serranías, etc.

         Se estima que estas asociaciones vegetales eran muchos mas frecuentes que hoy en día, y que ciertos manejos agropecuarios habrían destruido,  por ejemplo quema de campos, laboreo, pastoreo, entre otros.

         En zonas donde el palmar se hace más denso, suele asociarse a especies de árboles y arbustos como el Coronilla, la envira o la espina de la cruz, y a un tapiz mas bajo conformado principalmente por gramíneas de varias especies y caraguatáes y carquejas. Diversos líquenes crecen sobre los troncos añosos, repartiéndose según las especies, a diferentes alturas y en sitios con diferentes grados de insolación.

         Si bien la mayoría de las especies asociadas al palmar no son endémicas o exclusivas de este ecosistema, existen algunas especies raras y escasamente conocidas que viven en absoluta asociación a la palma butiá.

         Éste es sin duda el caso de Cladonia palmícola, un liquen que sólo crece sobre el tronco de la palma butiá y que recientemente ha sido redescubierto en las investigaciones de campo realizadas por Casa Ambiental y que fuera identificado y citado por el Dr. Héctor Osorio del Museo Nacional de Historia Natural.

         Muchas especies vegetales crecen sobre las partes más altas del estípite o tallo de la palma. Es el caso de Polipodium, de gran tamaño, que se ha adaptado a la semisombra y humedad generadas por las enormes hojas de la palma Butiá.

         La Vittariaes otro helecho que vive en estas condiciones.

         La materia orgánica abundante que se acumula entre los restos de la base de las hojas secas, brinda un sustrato fértil para la germinación de semillas de algunas especies arbóreas de mayor tamaño.

         Pero talvez la especie que se vincula más estrechamente a la palma Butiá sea  el Higuerón.

         Es un árbol que puede adquirir notable tamaño, alcanzando fácilmente  mas de 15 m de altura.

         Posee un tronco grisáceo y una copa globosa que se extiende a modo de gran sombrilla.  Da frutos comestibles, especialmente para las aves.

         Es indígena de América subtropical, encontrándose en Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay.

         En algunos manuales se lo propone como árbol ornamental, aunque haciendo algunas advertencias sobre el gran tamaño que puede adquirir.

         En general, en la bibliografía existente no se lo cita como una especie parásita, aunque es bien  conocido el destino final que tienen las palmas sobre las que crece.

         Inicialmente se presenta como una pequeña planta epífita (o sea un vegetal que crece sobre otro  sin alimentarse a expensas de éste), que lentamente estira sus raíces hacia  abajo y luego que tocan el suelo, obtienen recursos en mayor  abundancia y comienza a crecer a gran velocidad, utilizando al estípite de la palma como tutor natural.

         Lo que era una pequeña epífita se transforma en uno  de los gigantes de nuestra flora, de varias decenas de metros de altura, y que literalmente envuelve a la palma.

         Con los años, las enormes ramas del Higuerón podrán dar abrigo y sustento a otras epífitas, como Helechos, Peperomias, Cactus o incluso a otros Higuerones.

PALMAS DE VARIAS CABEZAS

         Formando parte del enorme número de palmas Butiá que integran el palmar, existen rarísimos seres, extraños y fascinantes, que parecen haber salido de la literatura fantástica.

         Han despertado el asombro y la curiosidad desde que fueron descubiertos.

         Son las Palmas de varias cabezas, cuyos escasísimos ejemplares permanecen escondidos al ojo humano y en gran medida desconocidos por la ciencia.

         Ya  a principios del siglo veinte, algunos exploradores habían descubierto este raro fenómeno y lo dejaron documentado con escasas fotografías.

         Fue así que Horacio Arredondo publicó  en una de sus obras  mas importantes esta imagen única.

         Se trata de una palma de siete cabezas que aún hoy es localizable, aunque ya muy deteriorada.

         Se desconoce exactamente cuál es la causa de éstas formaciones naturales, pero las hipótesis más frecuentes que se manejan hacen referencia a probables heridas en el meristema apical de la planta, es decir una división natural en el tejido de crecimiento, producido por un agente meteorológico como una piedra de granizo o por algún agente biológico como un hongo o un animal.

         Otras explicaciones que han sido propuestas para éste raro fenómeno es la de un ingerto natural  ocurrido hace mucho  tiempo, por la germinación de una semilla en la axila de las hojas de una palma.

         Esta hipótesis está sustentada por la observación de pequeñas plántulas y numerosos coquitos que quedan semienterrados en el tronco de las palmas.

         Si bien estos magníficos ejemplares, verdaderas reliquias naturales, son conocidos y respetados por la población local, no se han tomado medidas de ningún tipo a nivel departamental o nacional para su estudio y conservación.

         Es probable que en pocos años más, los vientos y temporales, terminen volteando totalmente  a estos viejos ejemplares, perdiéndose así todos los misterios que encierran.

         La legislación actual de nuestro país contempla la protección de las palmas tal cual se encuentran hoy, reparando mas en individuos que en el ecosistema. Éste se halla formado también por ejemplares de todas las edades y una importante carga de fauna y flora asociadas.

         Tal vez estos verdaderos monumentos vivos, patriarcas que resisten y mantienen un patrimonio histórico de todos, difícilmente puedan conservarse eternamente, pero del rescate, valoración y registro de la historia que contienen podremos profundizar nuestras raíces, afirmar nuestra identidad y construir nuestro futuro. 

         Todo un ecosistema, único en el mundo, corre severo riesgo de desaparecer . Toda su carga de diversidad biológica, con todo su potencial farmacéutico, económico, cultural y científico se perderá para siempre si no tomamos las medidas necesarias ya. De  nuestra conciencia respecto al tema y de la acción responsable de las autoridades, depende la salvación del palmar.


El Lic. Giancarlo Geymonat pertenece
al grupo Casa Ambiental
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