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Me duele el Líbano
y me duele Israel
por Helena Arce
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Hoy escuché la loca manifestación de un mínimo sector de la población uruguaya, pero la suficiente cantidad como para hacer barullo, que fue a realizar una manifestación frente a la Embajada de Israel, donde le exigen a nuestro gobierno una posición más firme, que llegue incluso a retirar a su embajador de Israel, como aducen hizo el gobierno de Venezuela.
Y se lo exigen en nombre de que el actual Poder Ejecutivo llegó al gobierno por los votos de la izquierda, la cual según ellos, ha sido tradicionalmente antiimperialista, pro palestina y anti-sionista, tildando de esta forma al Estado de Israel.
Antes que nada quiero hacer unas precisiones, el actual gobierno uruguayo llegó en elecciones libres y democráticas, a ser responsable de los destinos de todos los uruguayos, por el 50.6 % de los votos. Y al convertirse en Gobierno, representa al 100% de los uruguayos, o sea incluso a todos aquellos que no lo votaron.
La segunda precisión, es que este grupo de exaltados olvida que aun dentro de ese porcentaje que sí votó al gobierno, hay un alto porcentaje de votos prestados que ni siquiera son izquierdistas, en el sentido que esta gente en particular, le da a esa palabra.
La tercera precisión, y creo la más importante, es que dentro de los que sí han sido frentistas de toda la vida, yo me atrevería a decir, su inmensa mayoría, hay gente que persigue un ideal de igualdad, solidaridad y justicia, y no fanáticos que no razonan.
Por lo tanto confío, como nunca en la sensatez de mi Presidente, Presidente de TODOS los uruguayos, quien es un hombre libre, democrático y de buenas costumbres, que ha surgido de la inmensa mayoría de los frentistas, a los que aludo en mi precisión número 3. Y quien además sabe por sobre todo, que representa a todos, al 100% de los uruguayos.
Si el gobierno de un país, el que sea, decide alinearse a un país, cuando está enfrentado a otro, es problema de ese país, QUE NADA TIENE QUE VER CON NOSOTROS.
La República Oriental del Uruguay, ha sido históricamente neutral, y así como defiende a ultranza su soberanía, sabe que debe defender a ultranza la soberanía de los demás países. Y que cuando existe una guerra, lo que debe hacerse es abogar por LA PAZ, solicitar a las partes, a ambas, que depongan las armas y busquen una salida negociada a sus diferendos, PERO NUNCA TOMAR PARTIDO POR UNA DE ELLAS, en situaciones en las que no tenemos ni arte ni parte.
Yo tengo amigos descendientes de judíos, y tengo amigos descendientes de libaneses, que tienen la increíble suerte de vivir en nuestro país, donde pueden sentarse en la misma mesa y compartir como hermanos, el pan y el vino.
Por lo tanto, a estos exaltados irracionales, que le exigen a mi gobierno, “laico, gratuito y obligatorio”, como gusta decir mi amigo Fernando, que tome actitudes reñidas con la natural idiosincrasia del 99% de los uruguayos, les solicito que se callen la boca, no nos avergüencen y se vayan de una buena vez para sus casas.
Bastantes problemas internos, debe afrontar nuestro gobierno, y externos con nuestros primos lejanos, otrora hermanos, como para fijar posiciones que no le corresponden.
Me gustaría saber que opinarían estos “marcianos”, con perdón de los marcianos, si el gobierno de cualquier país decidiera romper relaciones con nosotros, porque no nos resignamos a que Argentina quiera arrebatarnos las inversiones que tantos años de sacrificio, y de buena voluntad de todos nuestros políticos representantes de todos los Partidos que existen en este país, trabajadores y empresarios nos costó lograr.
Si tienen un poquito de sentido lógico, pidan a los terroristas islámicos que se dejen de asolar al mundo en el combate de los infieles, que para ellos somos todos quienes no compartimos el fanatismo islámico, incluidos los mismos musulmanes, y también herejes son para el terrorismo islámico, quienes marcharon en esa loca manifestación contra la Embajada de Israel. Y pidan a Israel que luche por la paz, que intente negociar una salida pacífica con los pueblos vecinos que quieren la paz, así como la quiere el pueblo israelita.
Eso me dice le sentido común, el menos común de los sentidos, pidamos, roguemos, oremos, supliquemos por la paz, porque ambos pueblos puedan vivir en paz, y que de una vez por todas los fanatismos desaparezcan de este planeta, pues el fanatismo cualquiera este sea, es el que nos destroza.
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