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Al borde de la catástrofe * Luis Tappa |
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Se hace difícil hablar del Problema árabe-israelí sin entrar en ciertas consideraciones con las que se puede chocar, la opinión generalizada, muchas creencias y fábulas producto de una propaganda feroz o el silencio cómplice de la prensa.
Se han olvidado los entretelones y las verdaderas causas de un conflicto que ya lleva demasiados años sin que se encuentre una solución a tan desgraciado asunto.
Con el paso de los años se ha ido tergiversando, distorsionando y olvidando las verdaderas razones que provocaron esta situación.
Nadie opina, nadie arriesga, todos ven esta barbaridad, pero nadie hace nada para detenerla.
Se ven los hechos actuales sin analizar o recurrir a la historia como parte de un todo, el tiempo nos ha dejado la herencia maldita de maquiavélicos planes y mentiras que la propaganda y la prensa cómplice de los grandes poderes económicos nos oculta. El resultado final es una sarta de mentiras, una telaraña en la que nos han envuelto para ocultar la realidad de tratados y componendas donde se esconden la voracidad y la ambición de los poderes que se mueven en las sombras.
La libertad ha perdido su batalla a lo largo y a lo ancho, hoy no se puede hablar ni opinar, menos aún reivindicar, debemos aceptar las cosas como nos la cuentan, sin analizar, sin pensar y, sin sacar conclusiones que no sean favorables a los poderes de turno.
Los orígenes del problema
Todo esto nos lleva indefectiblemente al tratado de Versalles del 28 de junio de 1919 y muy posiblemente a la mismísima revolución bolchevique, quizás, en estos sucesos, podamos encontrar una explicación racional para intentar comprender en toda su dimensión la magnitud del problema y las razones de la actual situación. Mucho tuvo que ver el sionismo político internacional en la elaboración final del famoso documento y, también en la revolución rusa de 1917, tal vez aquí encontremos la punta de la madeja, las consecuencias se arrastran hasta nuestros días.
El agua y los asentamientos
El Problema del agua también se esconde detrás de los intereses y la política de Israel, es más, parte muy importante de la actual situación viene del uso y abuso que el gobierno israelí hace de los recursos hídricos y la proliferación de asentamientos en territorios ocupados.
“La cadena de condenas y reprobaciones de la comunidad internacional nunca ha surtido ningún efecto en el modo de actuar de Israel, que las ha ido obviando sistemáticamente. La ONU tampoco ha puesto en marcha ningún sistema que sancione su incumplimiento por parte de Israel. Éstas son las principales resoluciones incumplidas por el Estado israelí:
Los asentamientos judíos. La política de expansión territorial y de asentamientos judíos en tierras palestinas ha sido objeto de varias resoluciones de la ONU. Entre ellas, destaca la 242, de 22 de noviembre de 1967, que condena como inadmisible «la adquisición de territorio mediante la guerra y la necesidad de trabajar por una paz justa y duradera en la que cada Estado de la zona pueda vivir con seguridad». El texto exige a Tel Aviv «la retirada de las Fuerzas Armadas de Israel de los territorios ocupados en el conflicto reciente», en referencia a la guerra árabe-israelí de ese año. Salvo la retirada de las colonias de Gaza, en agosto de 2005, Israel aún no ha vuelto a las fronteras existentes antes de este conflicto. El 22 de marzo de 1979, la resolución 446 volvía a hacer hincapié sobre los asentamientos: «La política y las actuaciones de Israel de establecimiento de asentamientos en los territorios palestinos y árabes ocupados desde 1969 no tienen validez legal y constituyen un serio obstáculo para la consecución de una paz justa, global y duradera en Oriente Próximo». Israel evacuó a 8.000 colonos de Gaza el verano pasado, pero mantiene a más de 400.000 colonos en Cisjordania y Jerusalén Este.
Derechos Humanos. La Asamblea General de la ONU pedía a Israel, en la resolución 2443 de 19 diciembre de 1968, que «desista de destruir casas de la población civil árabe en las áreas ocupadas», política que continúa hasta nuestros días. El Consejo de Seguridad insistiría después en ello, con la resolución 471 de 1980, preocupado porque «Israel, potencia ocupante, no ha facilitado la protección adecuada a la población civil en los territorios ocupados». Aún no lo hace. Las condenas a matanzas y masacres de civiles han sido objeto, también, de varias resoluciones. El 7 de octubre de 2000, el Consejo de Seguridad aprobó la resolución 1322, que «condena los actos de violencia, particularmente el recurso al uso excesivo de la fuerza contra los palestinos». Acababa de estallar la segunda Intifada”
Hay muchas más, cerca de 50
http://colombia.indymedia.org/news/2006/07/46415.php
Recalco, por enésima vez, el triste papel de las Naciones Unidas, el veto de Estados Unidos es otro de los factores para que este organismo sea incapaz de arbitrar una solución, ¿Alguien se ha puesto a pensar si esto lo hubiera hecho algún país árabe contra Israel lo que estaría pasando en estos momentos?
¿Por qué razón Israel es el único país del mundo que no acata las resoluciones de la ONU y no sufre las consecuencias de sus acciones?
“La acción “desproporcionada” ha sido criticada por buena parte de la comunidad internacional, sobre todo por líderes europeos, pero bendecida por Estados Unidos”
Fuente: http://www.el-carabobeno.com/p_pag_not.aspx?art=a150706i11&id=t150706-i11
“Pero con esta actuación, y con las que viene realizando en Gaza, Israel va mucho más allá del ejercicio del derecho de legítima defensa ante una agresión terrorista”
“Como ocurre cuando los intereses de Israel están en juego, la comunidad internacional ha reaccionado con extraordinaria tibieza ante la ofensiva, que ha recibido, por otra parte, el apoyo sin matices de Estados Unidos”
“La situación en Oriente Próximo -el polvorín más inestable de la escena internacional_- no deja de complicarse ante la inoperancia de una comunidad internacional incapaz para arbitrar soluciones para que israelíes y palestinos puedan convivir en el mismo marco geográfico”
Fuente: http://www.europasur.com/europasur/articulo.asp?idart=3083193&idcat=1226
Las siguientes palabras pertenecen a Joaquín Bochaca (Historiador) en su libro “Historia de los vencidos”
Ninguno de los testimonios más arriba aludidos puede, ni aún con la mayor fantasía ni la más flagrante mala fe, ser tachado de «nazi», «fascista» o «antisemita» (palabra deliberadamente equívoca, escogida para denigrar sistemáticamente a los que exponen las actividades subversivas y revolucionarias del judaísmo político).
Personalmente me hago eco de esas mismas palabras sobre todo lo que escribo y adjunto, de historiadores, escritores, libros, o, notas aparecidas en Internet, en este artículo.
Resumiendo, lo que realmente quiero decir es que, más allá de las razones que Israel pueda tener para proceder como lo hace, está poniendo al mundo al borde de la tercera guerra mundial, se acerca peligrosamente a Siria y nadie sabe hasta donde llegan sus intenciones ni cuales son sus verdaderos objetivos. Podrán tener algunas razones, pero no todas.
El mundo asiste, consternado, al tremendo bombardeo de Beirut y la invasión del Líbano, esta escalada de violencia no presagia nada bueno y, de continuar, no sabemos en que puede terminar.
No olvidemos que China se abastece de petróleo Árabe y tiene grandes intereses en Medio Oriente, ¿Hasta cuando se mantendrán al margen de los acontecimientos si ven peligrar sus fuentes de recursos?
Lo único bueno es que, de suceder la III Guerra Mundial, sabemos que solo va a durar 5 minutos.
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