Año III - Nº 156 - Uruguay, 11 de noviembre del 2005

 
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Robin Hood y el PT
* Javier Garcia
 
No se puede afirmar que está bien el financiamiento espurio de partidos y campañas electorales con dineros mal habidos.


Aunque sea un poco extenso, me resisto a privar a los lectores de la crónica que salió en la revista "Búsqueda" sobre los dichos del secretario general del Partido Socialista del Uruguay en el congreso de su colectividad el sábado pasado. Es un poco extenso, pero vale la pena, ya verán que lo vale.

Refiriéndose a Brasil y a la situación del PT de Lula, y delante del secretario de Relaciones Internacionales de esa fuerza que vino expresamente a esta reunión, el diputado Conde, secretario General del Partido Socialista, manifestó: "el esquema de poder político en Brasil es un esquema heredado de los grandes caciquismos de la alta burguesía, un poder construido en base a dominio por el dinero y a una gigantesca presión de la riqueza sobre las instituciones. El PT", dijo "construyó la más maravillosa acumulación social de pueblo que se haya construido jamás en la historia de Brasil". Siguió, "en esa lucha tremenda por construir y mantenerse en el poder, una fuerza política que tenía que sostenerse, financió campañas electorales de candidatos y partidos aliados y trató de valerse también del dinero".

El alegato continúa: "Cínicamente, hipócritamente, la burguesía que construyó ese modelo ahora acusa a militantes del PT de haber cometido ilegalidades por haber manejado esos fondos ilegales no declarados para dar esa pelea por el poder", sigue Conde con esta notable explicación "nosotros decimos que el PT trató de sobrevivir y sobrevive y lucha habiendo cometido esas ilegalidades propias del sistema de Brasil que el propio PT intenta transformar".

El clímax de la explicación llega ahora, cuando el secretario general del Partido Socialista uruguayo afirma, "Y digo, ante todo este congreso, que en el PT los compañeros no robaron para enriquecerse, no robaron para nada, no traicionaron, no pusieron precio a su lucha, ninguno se embolsó dinero para seguir luchando y tratar de enriquecerse con su lucha, ninguno se corrompió, ninguno entró en el juego de la burguesía". Finalizó afirmando que sus compañeros del PT "siguen siendo la única garantía de que el pueblo de Brasil pueda encontrar el camino hacia la construcción de la justicia social".

Cuando uno ve los ideales caer puede reaccionar de muchas maneras, pero nunca justificando lo injustificable.

La afirmación increíble de que robaron, de que cometieron ilegalidades, de que la utilización de esos fondos ilegales y no declarados fue para dar la lucha por el poder, y que hecho por los "compañeros" está bien, es una monstruosidad.

Es absurdo, realmente absurdo, decir que se cometen ilegalidades para transformar un mundo de delitos. La corrupción no se combate con corrupción, parece mentira tener que escribir esto. Me hace acordar lo que un ex senador afirmó hace ya unos años luego de un sonado caso, cuando alguien le recordó que por mucho discurso de izquierda que hiciera había sido jerarca del Banco Transatlántico, y para licuar las responsabilidades que le tocaban el ex legislador afirmó que lo había sido para conocer el imperialismo y combatirlo desde adentro.

No se puede afirmar que el financiamiento espurio de partidos y campañas electorales con dineros mal habidos está bien porque se hacía para cambiar la realidad. La realidad es esa, la de un partido, el PT, que llegó con un discurso de cambio, y terminó recurriendo a prácticas nunca vistas, de coimas a legisladores, de pagos de votos y también de llenarse el bolsillo de dinero, Haciendo discursos de izquierda y agarrándose el bolsillo derecho.

La dignidad no la dan las ideas que se abrazan, es algo mucho más profundo y hace a la forma honorable con que uno defiende sus convicciones. Si para imponerlas uno debe robar, debe utilizar plata ilegal o comprar votos, eso se llama delincuencia, de izquierda, de derecha y de canto, pero delincuencia.