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Año III - Nº 216
Uruguay, 12 de enero del 2007
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Menú para hoy: Asociación ilícita e Impunidad
porEduardo Ferreyra
Presidente de FAEC
 
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            El gobierno nacional ya no podía seguir mirando para otro lado –porque lo están mirando desde todas partes! La nueva decisión de los asambleístas de bloquear la Terminal de Buquebús configura el delito de “asociación ilícita”. ¿Llegará a su fin la impunidad?

            La asociación ilícita y la sedición han estado presentes desde el primer día que los asambleístas se reunieron e, invocando la representación de un pueblo argentino al que no representan, cometieron el delito federal de “corte de rutas”. La asociación ilícita –asociación de tres o más personas con el fin de delinquir- estuvo plenamente configurada desde el principio. El gobierno nacional fue cómplice de este delito, también desde sus primeros días.

            La inseguridad jurídica que esto representa a nivel internacional es alarmante. No sólo se refleja la inse-guridad jurídica imperante en Argentina en los cortes de rutas y puentes, sino en cientos de otras medi-das que se han estado tomando contra los ciudadanos de la Nación Argentina, especialmente con las fuerzas productivas del agro y la ganadería, o las extorsiones bajo el disfraz de “acuerdo” con comercian-tes, e industriales. Tampoco hizo nada para ayudar a despejar las dudas sobre la inseguridad jurídica el trato dado a empresas extranjeras como Aguas Argentinas, por ejemplo, o sus constantes presiones sobre las empresas petroleras para mantener deprimido el precio interno de los combustibles.

            Si a esto se le añade el despojo que constituyó la unilateral decisión de robarle el 70% del capital e inte-reses a los tenedores de bonos de la Deuda Eterna (sic) Argentina, no nos debe extrañar la renuencia y falta de entusiasmo de los inversores para invertir en nuestro país –cosa que quiso hacer hacia 1989 la misma empresa Botnia en Entre Ríos, finalmente ahuyentada –no por pruritos ambientales- sino por negociaciones que resultaban demasiado oscuras y onerosas.

            La Nación del día 3 de enero, 2007 publica las noticias relacionadas con la decisión de la Asamblea de avanzar (“vamos por más,” dicen ellos) sobre la Terminal de Buquebus, en el puerto de Buenos Aires, para impedir a ciudadanos argentinos salir del país en dirección al Uruguay. Son llamativos algunos pasajes de la noticia:

http://www.lanacion.com.ar/872225
Una lógica puesta a prueba Por Oliver Galak
De la Redacción de LA NACION

Hace tres semanas fue el primer ensayo. Contrataron varios ómnibus, prepararon un documento, trajeron una murga y por primera vez llevaron su reclamo hasta las puertas de la Casa Rosada. Todo muy organizado, todo muy colorido: la cara más simpática de la protesta ambientalista de Gualeguaychú había llegado a la Capital Federal, la vidriera nacional.

            En verdad, la murga lo simboliza todo. La Asamblea en verdad es apenas una murga que, como decía la vieja canción, “son todos profesores/ menos el director/ por eso marca el ritmo/ mirando un despertador…” Lo grave es que el despertador no ha sonado para despertar a los asambleístas a una cruda realidad: no sólo no han conseguido ni una sola de sus pretensiones originales, sino que han agravado un asunto que ni siquiera debió haberse iniciado, no hay ni la más remota posibilidad de que la planta de Botnia se traslade a otra parte, o se desvíe ni un milímetro de sus planes. Es lo que se llama popularmente, “un garrón horrible de tragar”.

Consiguieron repercusión en los medios, pero no mucho más. Los porteños los miraron, escucha-ron su protesta, pero no la vivieron en carne propia. El Gobierno no endureció su postura y hasta dejó trascender que podría flexibilizarla, como forma de preparar el terreno para una solución proveniente de Madrid que nunca -hasta ahora- se materializó. Había que redoblar la apuesta y la idea surgió del grupo más radicalizado de la asamblea: llevar no sólo el reclamo contra las papele-ras, sino también los cortes a Buenos Aires. La medida se completará con bloqueos en los otros puentes entrerrianos, una forma de llevar al terreno el deseo simbólico de romper el contacto con Uruguay.

* * *

Un bloqueo sorpresivo a la terminal de Buquebús acelerará los tiempos políticos de todos los actores como nunca hasta ahora desde que el conflicto con Uruguay comenzó hace tres años. Ni los asambleístas ni el Gobierno podrían soportar frente a la terminal de Buquebús una medida de largo aliento como la que hace 44 días ejercen en el puente a Fray Bentos.

En temporada alta, más de 5000 personas por día cruzan el Río de la Plata en esas embarcacio-nes. Programan su viaje con semanas -sino meses- de anticipación y no tienen la opción de hacer unos cientos de kilómetros más hasta los puentes alternativos de Colón o de Concordia.

Pero lo peor es el cóctel explosivo que significa una masa de turistas que podría encontrarse cara a cara, con los militantes anti-Botnia. Hasta ahora, los asambleístas cortaban la ruta en Arroyo Verde, a varios kilómetros del punto donde la Gendarmería hace el trabajo ingrato de desviar los vehículos y les evita a los manifestantes el mal trago de tener que verles las cara a las víctimas del bloqueo.

El Gobierno ya prometió, por medio del ministro Aníbal Fernández, que la Prefectura garantizará la "libre circulación". Hasta ahora, esas palabras no mellaron la voluntad de los asambleístas. Ellos argumentan que todo lo que consiguieron fue gracias a los cortes. Habrá que ver si esa misma lógica también funciona en el puerto de Buenos Aires.

            ¿Qué pasó con el "derecho constitucional a expresarse"? Si la Prefectura garantizará la libre circulación, tenemos que preguntarnos por qué Gendarmería Nacional no garantiza la libre circula-ción en la ruta que lleva al puente internacional? ¿Son del tipo de los derechos “comodines” que se usan cuando conviene y se esconden en el mazo cuando no sirven? ¿O será que senadores, diputados, ministro, funcionarios, y demás políticos nacionales usan al Buquebús para llevar sus 4x4 a las vacaciones en Punta del Este?

¿Cuántos cómplices hay?

            Los Asambleístas han tenido la enorme suerte de que el gobierno nacional se haya hecho cómplice en el delito que cometen diariamente cortando rutas y puentes. Para ello, no sólo no ordenó a los jueces fede-rales competentes que actúen tal como lo ORDENA la Constitución Nacional y muchas otras leyes que hemos adoptado para mejorar la convivencia entre los argentinos (delito por omisión, delito por mal desempeño de la función pública y vaya a saber cuáles otros), sino que ordenó a los miembros de la Gendarmería Nacional que impidiera el acceso del tránsito al puente que lleva a Fray Bentos. Una Gen-darmería Nacional, que tan brillante desempeño tuvo no sólo en sus misiones de paz con las Naciones Unidas, sino también combatiendo a las fuerzas de la subversión comunista y apátrida del ERP y Mon-toneros, sufriendo numerosas bajas en sus filas. Los héroes de ayer son hoy obligados, humillados y degradados a proteger a los delincuentes. Yo me sentiría muy, pero muy mal.

ÚLTIMO MOMENTO:

Apenas cinco minutos antes de subir este artículo al sitio web de FAEC, se escuchó por la radio la noticia de que Greenpeace comunicaba su apoyo al reclamo de los asambleístas pero que no compartía su metodología ni las acciones que han venido llevando a cabo hasta ahora. Ingresando a la página de Greenpeace se puede leer:

http://www.greenpeace.org/argentina/prensa-rss/papeleras-greenpeace-reclama Buenos Aires, Argentina — Greenpeace reclamó hoy el inicio, en forma urgente, de un diálogo bilateral entre Argentina y Uruguay, para encontrar una solución al conflicto por la construcción de la pastera Botnia en Fray Bentos y ante la escalada en la protesta derivada de la decisión de la Asamblea de Gualeguaychú de bloquear la Terminal portuaria de Buenos Aires. Asimismo, Greenpeace aclaró que si bien considera legítimo el reclamo de los asambleístas contra la instalación de la pastera, no comparte la forma de protesta decidida y no partici-pa ni participará de las acciones anunciadas por la Asamblea de Gualeguaychú.
Sólo podemos decir que la hipocresía de los directivos de Greenpeace parece alcanzar niveles record. Fueron los activistas –mercenarios importados por Greenpeace desde Europa- los que mostraron cuáles son las mejores maneras de bloquear a camiones, invadir playas, blo-quear barcos, y otras acciones de piratería que dominan a la perfección, para delicia de las siempre oportunas cámaras de la televisión. Ahora pretenden distanciarse del problema porque el Frankestein que ayudaron a crear los ha sobrepasado, ha escapado a todo control, y amenaza con extender la locura irracional a todos los niveles de la sociedad argentina. Hay veces en que ya no es posible dar marcha atrás, y seguir adelante es saltar al precipicio. Deberían de haberlo pensado mejor antes de comenzar con la creación del monstruo.

            Los gendarmes protegen a los piqueteros contra la lógica reacción que provocarían si se les permite a los automovilistas y camioneros llegar hasta los cortes de ruta. En realidad y en la práctica, los cortes de ruta están siendo practicados por la Gendarmería Nacional, siguiendo expresas órdenes de la Nación, al desviar –sin ninguna razón jurídica ni orden de juez competente- el tránsito por las rutas argentinas que conectan con el vecino país de Uruguay. Se recuerda aún cuando un solo comerciante de Concordia fue hasta los cortes del puente y destrozó las barreras ahuyentando a los piqueteros. Si la Gendarmería no lo impidiese, la gente patotearía a los piqueteros (son clase media paqueta, no muy corajudos cuando hay que poner la cara para dar o recibir sopapos), y les darían una paliza que no olvidarían. Si se retira a la Gendarmería o a la Policía, una turba de turistas enardecidos arrasaría con los piquetes. Un perfecto Fuenteovejuna.

            Las aberraciones jurídicas que rodean a todo el asunto de los cortes de rutas pasarán a la historia de la jurisprudencia –precisamente por la ausencia de la misma- cuando se tuvo que dictar medidas para impedir la continuación del delito y no se hizo. Sin embargo, se eligió el camino de la complicidad en la protección del delito y ahora no hay vuelta atrás.

            Tanto el Tribunal de La Haya y el del Mercosur conocen todo esto, y en base a ese conocimiento y en honor a la más imparcial justicia ha sido que los reclamos de los asambleístas y de la Cancillería argen-tina fueron desestimados de manera vergonzosa. Los asambleístas argumentan que "todo lo que consiguieron fue gracias a los cortes”. Nos preguntamos, ¿Qué han conseguido hasta ahora?

  1. Presentarse ante el mundo como una pandilla de locos irracionales.
  2. Hacerle propaganda a Greenpeace que sumó unos millones más a su cuenta bancaria.
  3. Conseguir que La Haya, el Mercosur, y el Banco Mundial les hayan hecho pasar vergonzosos papelones a los argentinos.
  4. Aglutinar a la abrumadora mayoría de Uruguayos en defensa de su soberanía y su legítimo derecho de desarrollarse; consiguieron que los partido políticos uruguayos formaran un frente común.
  5. Conseguir que muchos uruguayos, que nada tienen que ver con el asunto, sufran duras consecuencias como resultado de los cortes. Nada les importa a los asambleístas salvo su egoísta, irracional y mezquino reclamo.
  6. Conseguir que el gobierno argentino se haya metido en un pantano del que no puede ya salir sin llevar a proceso criminal a los miembros de la asamblea –que están bien identificados, por supuesto.
  7. Que la inseguridad jurídica argentina sea vista en el mundo como un hecho insoslayable del sistema de gobierno argentino.
  8. Que muchos turistas uruguayos que viajaban a Córdoba, y otras provincias en las vacaciones, ahora no lo puedan hacer. También los argentinos nos vemos perjudicados por la porfía y la mezquindad de los paquetes ciudadanos de Gualeguaychú.
  9. Que cuando vayan a cortar el paso del Buquebús la Prefectura Naval siga las órdenes del presidente y tenga que “reprimirlos”. Finalmente podrán mostrarse ante el mundo como inocentes “víctimas” de un gobierno “aliado con las fuerzas del dinero internacional.”

            ¿Lograron las protestas afectar a Botnia? Quizás incomodaron a algunos directivos finlandeses que no están acostumbrados a malones de este tipo en su país o en Europa. Algunas empresas de transporte chilenas sufrieron pérdidas al hacer retornar sus camiones con el material que se enviaba a la planta de Fray Bentos. La construcción quizás se haya demorado un par de semanas. También se ha resentido el comercio y la actividad de ciudadanos entrerrianos que vivían del intercambio de pasajeros y tráfico entre ambas orillas del río.

            Pero lo que ha quedado muy claro es que:
  1. La continuación de los cortes y las protestas se debe a la absoluta IMPUNIDAD con que se ha venido manejando la Asamblea Ciudadana Ambiental de Gualeguaychú, que viendo que no había ningún obstáculo, pena o castigo para la concreción de delitos contemplados en el código penal y la Constitución, ahora “van por más

  2. Quien realiza los cortes de rutas y puentes no son los asambleístas piqueteros sino el gobierno nacional ordenando a la Gendarmería Nacional que impida el paso de los vehículos hasta donde se encuentran festejando sus “victorias” los piqueteros. Esto lo sabe muy bien el Tribunal de La Haya. Pero al gobierno no le interesa nada de lo que los jueces de La Haya puedan decir.

            Ahora el “vamos por más” promete interesantes escenas de intercambio de cachetazos y empujones, insultos y huevos podridos, balas de goma y palos por el coco entre los piqueteros y la Prefectura Naval Argentina. Hoy, el gobierno se ha internado tanto en el pantano creado por él mismo que prácticamente ha desaparecido de la vista. Creyó el gobierno poder controlar y usar al movimiento piquetero para sus fines políticos, pero no lo ha conseguido. En el 2003 el gobierno creó un monstruo que hoy tiene vida propia, un verdadero Frankestein que amenaza con echar por tierra sus sueños de eternizarse en el poder.

            Hace mucho que los Asambleístas y los piqueteros le han perdido el respeto, porque están convencidos de que el gobierno no tiene ni el coraje ni la decisión de “reprimirlos”. Creo que tendrán un duro desper-tar a la realidad. No creo que sus socios de Greenpeace (a quien reclamarán ayuda logística por su muy amplia experiencia para bloquear barcos y cortar el paso a quienes deseen), quieran colaborar con sus gomones para impedir la navegación de los ferrys de Buquebús. Saben que Prefectura tiene órdenes de fiscales y jueces, emanadas del mismo Presidente de la Nación, para actuar con firmeza ante el declama-do “ahora vamos por más”. Hay veces en que el bocado que se muerde es más grande de lo que se puede tragar. Y como, a diferencia de los “desembarcos en Normandía” realizados en Enero del año pasado, esta vez el bloqueo de Buquebús no cuenta con la bendición presidencial y lo más sensato parece ser abstenerse de provocar las iras gubernamentales.

            Y entonces la escena será para alquilar balcones. Esto no da para más; el ridículo ha alcanzado ya di-mensiones descomunales y es necesario que las autoridades nacionales, en especial el presidente Néstor Kirchner, finalmente se decida a ponerle fin a que la Asamblea lo siga manipulando a su antojo. Nada tiene ya para ganar y demasiado para perder.

            Es hora de comenzar a recoger los pedazos rotos por la Asamblea, Greenpeace, el CEDHA, y la Cancillería, y ver si podemos componer la tradicional relación de amistad con nuestros hermanos uruguayos.

Eduardo Ferreyra es Presidente de la Fundación Argentina de Ecología Científica
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