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No preguntes lo que tu país te puede dar, sino lo que tú puedes darle a él.
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Año V Nro. 377 - Uruguay, 12 de febrero del 2010 |
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Señalaba un destacado jurista que para sacar ventajas en distintas actividades el uruguayo está perdiendo la ética y culpa además a las desigualdades sociales como el principal responsable de esta situación. Las reiteradas acusaciones que vienen enfrentando algunos actores de la política nacional, con motivo del tráfico de influencias en algunos órganos de gobierno y las investigaciones que han recaído sobre algunos organismos anteriores están demostrando que se “presumen” irregularidades cometidas. Dentro de este panorama resulta muy difícil que la ética pueda mantenerse por encima del comportamiento de un sector bastante representativo de la política nacional. Es evidente que desde los más altos escalones de la administración pública hasta los más humildes, se vive con el sentimiento de sacar ventaja, con ejemplos nada edificantes para la población. Por otro lado es justo reconocer que las investigaciones en curso pueden llegar hasta las últimas consecuencias, lo que en buen romance puede catalogarse como un acto de purificación política. Desde algunos sectores se nota la voluntad de avanzar con las investigaciones, teniendo en cuenta que la gran mayoría de las denuncias tienen su asidero, y no son “meras fantasías” de algunos alucinados como se viene sosteniendo desde otros sectores. Si bien, el tema no se puede generalizar, en esta ciudad se pueden observar síntomas de una degradación preocupante que poco beneficio le hace a la sociedad fronteriza. En reciente reportaje el escritor Milton Fornaro señalaba que el Chuy es “un pueblo que se nombra igual y se escribe distinto. Dependiendo de la ubicación de los carteles. Pueblo de intercambio permanente. Soy un habitual visitante de Chuy. Me fascina el mundo de la frontera. Está el lado uruguayo, el brasileño y un tercer lugar innominado y casi mágico, donde casi todo se permite. Donde la diferencia entre el bien y el mal es una línea muy tenue entre la ley y fuera de ella. Tenía una gran necesidad de escribir una novela donde ocurren cosas que en situaciones normales no hubieran ocurrido. Lugar geográfico la frontera donde casi todo está permitido. Donde a veces no vale el dinero solo, sino el poder que no necesariamente va unido al dinero. No los poderosos económicos son siempre los poderosos, sino aquellos que tienen mejores relaciones. Aquellos que saben que puntos apretar, que puntos tocar. Me intereso el momento histórico de Uruguay que permitía ciertos desbordes. Alguien comete un delito del lado uruguayo y cruza para Brasil y se pierde. Es simplemente un paso”. © Julio Dornel para Informe Uruguay
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