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No preguntes lo que tu país te puede dar, sino lo que tú puedes darle a él.
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Año V Nro. 377 - Uruguay, 12 de febrero del 2010 |
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En el artículo anterior me referí a la “herencia” que dejará la Administración Vázquez a la Administración Mujica a partir del 1ro. de marzo y señalé algunos de los problemas que enfrentará como la Inseguridad, Superpoblación Carcelaria, INAU, Asentamientos, Viviendas, Mercado de Capitales, Empresas Públicas, Salud, Educación, Fuerzas Armadas, Pago de Salarios a quien no trabaja , Plan Ceibal más el entuerto Cardales entre otros legados. Ahora es el turno de la herencia económica. En este artículo y por razones de espacio me será imposible abarcar todos los tópicos económicos que heredará el próximo gobierno y que tendrá que ir corrigiendo para alcanzar “el país de primera” que prometió a todos los uruguayos en su campaña de alegría electoral. El 26/12/2005 el FA, creó el CONSEJO NACIONAL DE ECONOMÍA (CNE) para que los representantes de los intereses económicos, profesionales, sociales y culturales del país tuvieran un ámbito democrático de discusión y de propuesta nacional. La creación del CNE fue una consigna programática del FA y hasta hoy, en el 2010 no se ha reunido una sola vez, no conocemos su integración y no ha tenido ninguna injerencia en la crisis global que aún persiste en el planeta. Los mercados temen una recuperación en "W", es decir con una segunda caída, ya que los fundamentos de la oferta y la demanda siguen siendo bajos y la incertidumbre de los mercados de materias primas sigue siendo alta. Sus consecuencias tarde o temprano nos afectarán, sea, a través del pésimo manejo (“ilusorio”) de la fortaleza del “peso uruguayo” -atraso cambiario-, sea por la suba eminente de los tipos de interés de la explosiva deuda pública de esta administración, sea por las restricciones futuras de los mercados de financiamiento internacional, sea por el aumento desproporcionado del gasto público en el año electoral que alcanzó a un déficit de más de us$ 700 millones. Sea por las oscilaciones de precios de exportación, sea por el divorcio entre la política económica y la monetaria. La política económica apuntó llegar a Octubre, luego al balotaje y ahora al recambio sin demasiados tropiezos, implementando medidas “diet”. Contener el IPC y no la inflación. La inflación es importante (0,93% Enero 2010) pero el verdadero riesgo será el paulatino aumento del desempleo a partir de la despedida del último crucero de la temporada de verano. La Herencia Vázquez-Astori-García, obligará al nuevo gobierno a elaborar un verdadero plan de contención del gasto público (no la inversión), combatir las altísimas tasas de interés de las tarjetas de crédito y de los préstamos al consumo que afectan a todas las familias, y mantener un tipo de cambio que defienda la competitividad de los exportadores. Indudablemente la bonanza global no se repetirá en los próximos años y si bien la inercia del crecimiento -aunque sea modesto- pasará por evitar un mayor déficit público al heredado en 2009 buscando el equilibrio natural entre ingresos y egresos públicos, deberemos anticiparnos a futuras devaluaciones y barreras no arancelarias de Brasil y Argentina como en 1999 y 2001 que muy negativamente perforaron nuestra economía. Este escenario nos lleva a que será “irreal” creer que hemos superado económicamente nuestra cuota parte en la crisis global y por ende no descarto una mayor presión fiscal a través de nuevos impuestos. Los compromisos políticos de la coalición de gobierno con sus votantes y su brazo sindical harán imposible una adecuación del gasto acorde a los nuevos tiempos. Se terminó la bonanza, la malgastaron sus antecesores y el país de primera que todos deseamos no tiene la capacidad productiva para atender adecuadamente las políticas gubernamentales distributivas con la pesada mochila que recibe. © Cr. Ricardo Puglia para Informe Uruguay
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