Bolivia: ¿porque Evo Morales se arriesga a militarizar la media luna? por Willmar Pimentel

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         Mientras los grupos violentos autonomistas continuaban una tercera jornada de tomas de edificios, saqueos y destrucción de entidades del Gobierno Central bajo la bandera de la autonomía y la recuperación del IDH.

         El gobierno estuvo organizando su estrategia de recuperación del control de las entidades estatales tomadas y los campos petroleros bajo control de los cívicos, ordeno el acuartelamiento de los efectivos militares, quienes han estado esperando en sus unidades las ordenes de desplazamiento que comenzaron a ejecutarse desde las primeras horas de la noche, sin conocimiento previo de hora de partida o destino.

         Se tiene reportes que están comenzando a presionar los puntos de bloqueos en el chaco tarijeño y los bloqueos más externos de Santa Cruz, y que esta operación puede durar varios días.

         Para garantizar el éxito de esta operación primero ha trabajado adecuadamente en destruir los nexos de comunicación de los cívicos (aislándolos nacional e internacionalmente), provocando que cada uno empiece a ver la mejor forma de solucionar su propio lío, ha degradado mediáticamente las luchas cívicas a simples movimientos golpistas (de vándalos a terroristas y finalmente calificados como asesinos) que ha tenido una fuerte repercusión internacional, los que provocaron sendos comunicados de las Cancillerías de los países aliados y amigos de Bolivia, además, como una forma de mostrar que ha descabezado la conspiración en su contra, en una movida temeraria expulsó al Embajador norteamericano Philip Goldberg denominándolo como el "cerebro" de la operación.

         Con todas las cartas a su favor, el gobierno pone en ejecución la parte final de su plan, la ejecución de la fuerza coercitiva con el antecedente que esta será denominada como de recuperación de la institucionalidad y el orden de la nación, quitándole así el único argumento que tenia a su favor el movimiento cívico, clasificar de represión el uso de la fuerza por parte del gobierno, incluso si este proceso se torna violento y acarrea victimas fatales.

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