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Año IV - Nº 255
Uruguay,   12 de octubre del 2007
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Fernando Pintos

Algunas dolencias
del paraíso tropical

por Fernando Pintos
 
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            Por estos mismos días ha caído en mis inquietas manos el «Anuario 2007 de Enfermedades Tropicales», editado  en formato de lujo por la editora PP&A (Patronato del Psicópata & Asociados), y debido a lo interesante de tal obra, ahora quisiera compartir algo de esta valiosa información con ustedes. Compartamos, pues.

            Lujuria Guayabal. Es una terrible enfermedad que se manifiesta en las zonas menos nobles del intelecto. Provoca un vivísimo rubor que es uno de los efectos del intensísimo prurito inicial que, en muy breve tiempo, podría devenir horquitis desenfrenada, la cual se hará cada vez más intensa y dolorosa conforme pasen los días (o años) y se vayan acumulando los asaltos fallidos contra el obsesivo objeto del deseo: la Guayaba. La pestilencia provocada por tal dolencia resulta, a todas luces, insoportable. Tratamiento: como los ataques más fuertes y endémicos suelen arreciar cada cuatro años (en Guatemala ello acontece en 1999, 2003, 2007 y siguiendo con esa misma progresión), se recomienda aislar a esos enfermos que han manifestado, anteriormente, los síntomas más violentos. Una terapia bien dosificada de encuestas y resultados a boca de urna podría cuando menos aplacar algunos de los síntomas.

            Delirium Postgranaderis. Esta horrorosa dolencia suele atacar tan sólo a contados individuos en el curso de un siglo, pero compensa el escaso número de las víctimas con la espantosa virulencia de sus principales síntomas. Tan abominable pandemia resulta cíclica, al igual que la anterior, y reaparece cada pocos años (en Guatemala la tenemos, por ejemplo, en los años 2000, 2004, 2008 y siguiendo así). Tal azote se manifiesta por lo general con una intensa erupción de discurso populista, alarmante aumento en los grados de demagogia e infinidad de actos (o flatos) ruidosamente autoritarios. Las evacuaciones verbales, que resultan en exceso frecuentes y, para peor, casi siempre públicas, abundan en actos fallidos, estupideces, falsedades, mentiras, contradicciones y una colitis acuosa que actúa (al igual que el sida) desgastando sin pausas el Erario de la Nación. El sólo acto de exponerse siquiera brevemente a la fuente de tal contagio —que siempre es musical— agrava la dolencia. Pero dada la magnitud de este mal, los síntomas serán, como cualquier necio puede entender, siempre confidenciales. Tratamiento: no existe una terapia capaz de contener esta espantosa dolencia. En la actualidad, un equipo de científicos está trabajando en una droga milagrosa, denominada «Constitucionallia Frenólica», pero muchos observadores manifiestan serias dudas sobre su eficacia. El remedio que fuera utilizado en época no tan lejana, el «Decentitia Forte», fue  abandonado debido a que las poderosas cepas de la enfermedad manifestaron total resistencia contra el mismo, cuando menos desde 1986.

            Bronco-Demagogitis. Suele azotar estas tierras como epidemia. A diferencia de las dos anteriores, tiene poderosa incidencia a lo largo de los 365 días de cada año. Muchas veces suele combinarse con Lujuria Guayabal y entonces, casi invariablemente arrastra al desdichado paciente hacia una muerte política segura. Aunque es endémica e imposible de erradicar, recrudece cada cuatro años, con especial morbosidad en zonas preelectorales. Los primeros síntomas, inequívocos, son tartufismo irreversible y verbicolitis espasmódica, que suelen ser acompañados por un intenso mimetismo oral. Una vez que ha caído en la etapa del delirio, la víctima puede llegar a creerse Jesucristo, Fujimori, el Llanero Solitario, Calígula o incluso Evita Perón. También podría creerse una reencarnación de Al Capone, John Dilliger o Vito Corleone… Mas, una vez que se ha llegado a tal punto, nada podrá evitar el fatal desenlace. Tratamiento: desgraciadamente, no se dispone de medicación eficaz… Ni siquiera para aliviar los más leves síntomas.

            Incontinencia Dialéctica. Es una espantosa dolencia, donde muy rápidamente se llega a una condición desesperada, lo cual acontece con exactitud muy poco después de perder, fatalmente e irremisiblemente, el control de los esfínteres mentales. Las consecuencias, cada vez que el enfermo abre la boca, siquiera para decir «Agua va», son espesas, pegajosas y malolientes. Y tanto apestan, que las más de las veces, al tufo permanece durante interminables años. Por desgracia, los peores accesos siempre se producen en lugares públicos o ante cámaras y micrófonos. ¿Tratamiento?: en vista de la excesiva pestilencia provocada, se recomienda que los afectados usen todo el tiempo bozal, babero y bombachitas de goma. Los laboratorios Stinking & Company han anunciado que, en muy breve plazo, estarán lanzando al mercado un modelo súper seguro de pañal desechable, diseñado exclusivamente para estos enfermos.

            Satiriasis Política. Otra infernal afección, muy común entre señores (e incluso señoras y señoritas) que se dedican a faena política o función pública, aunque también suele afectar —muchas veces con terrible violencia— a los más pudibundos tecnócratas. Por regla general, y tras violar con lujo de alevosía a las señoritas Moral y Buenas Costumbres, el infeliz infectado se exhibe en cueros ante las primas Decencia y Prudencia, que tienen la costumbre de pasear por ahí, tan felices como descuidadas. A continuación, y en tanto exhala unas diabólicas carcajadas, que combina con abominables canzonetas de burdel, el paciente pretenderá violar a las venerables señoras Democracia y República. Finalmente, esos tres enfermeros –Votación, Depuración y Plebiscito- lo arrinconan y, sin hacer caso de sus aullidos histéricos, le colocan una camisa de fuerza y lo llevan, con las patitas agitándose frenéticamente en el aire, con rumbo al manicomio. Tratamiento: el paciente deberá ser aislado completamente de la sociedad, porque no existe una droga conocida que sea capaz de refrenar sus instintos aberrados y lujuriosos. Cualquiera que se le pusiera cerca (en especial parientes, amigos y entenados) podría caer víctima de un contagio fulminante. Para aquellos médicos, enfermeros y técnicos de hospital que deban tratar con tales enfermos, se recomienda como profilaxis preventiva el calzoncillo de lata.


TÉRMINOS GUATEMALTECOS:

Guayaba: poder público de cualquier índole, principalmente en el Ejecutivo.

Granadera: es una marcha que suele entonarse en casi todas las apariciones públicas del Presidente de la República.
 
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