Nos estamos relajando
Nos estamos relajando, en el buen sentido de la palabra, o por tomar un vocablo de otro lenguaje, entramos en relax, para que se entienda bien. Me refiero al clima político e institucional, que ronda en nuestras mesas de trabajo a la hora de hacer un comentario. Los últimos tiempos fue a pura Política y algunos hechos sumamente desgraciados, como el ataque terrorista en España o la situación que continúa en Irak.
Comenzamos con unas elecciones ganadas en España por Zapatero, devolviendo a la izquierda el gobierno, después de una alternancia de los conservadores con Aznar a la cabeza. Intimo de George y de cara hacia estadosunidos, con la espalda hacia Europa.
Posteriormente en Australia se reeligió al Primer Ministro Jhon Howard por tercera vez y continúan los Laboristas con supremacía en las Cámaras debido a una alianza con Demócratas y otros Partidos menores.
Aliado de primer momento y firme defensor de la política exterior de EE UU, no lo afectó la guerra en Irak o que sus tropas participen en primera línea de una guerra sin fin a la vista.
También en el País del Norte de América se reeligió a George Bus, se tenía la impresión fuera de fronteras de que el pueblo americano no revalidaría su gestión e internacionalmente se deseaba un cambio en la política exterior, por ello se prefería la opción de los Demócratas, el candidato Kerry.
Por último sorteamos las elecciones en Uruguay, donde el FA-EP-NM ganó por más del 50 % de los votos, sin tener que llegar a una segunda vuelta o sea el famoso Ballotage.
Ya estamos distendidos mirando los primeros movimientos, encuentros, declaraciones y gestiones que derivarán en un traspaso del Bastón de Mando, el día 1° de marzo.
Como siempre sucedió, todo se enmarcó dentro de la normalidad y la Constitución, con euforia y alegría. Uruguay saboreará en los próximos años un gobierno diferente al que estaba acostumbrado.
Las promesas quedan atrás y es el momento de consustanciarse con la problemática del País, comenzando a aprontar un Baul de nuevas medidas, que seguramente se destapará en los primeros días del futuro Gobierno del Dr. Tabaré Vázquez, donde en muchos casos podrá ser legitimado en las Cámaras de Diputados y Senadores al contar con mayoría.
Los uruguayos comunes vuelven a insertarse de lleno en sus problemáticas, poniendo más energías en el cotidiano quehacer y esperanzados en los cambios, sedientos de mejoras y hambrientos de un país con trabajo. Superando el acalorado debate de ideas o de candidatos, dejando atrás las campañas publicitarias y reencontrándose con quienes pensaban distinto. El tema político se ha superado y volveremos a la rutina de las discusiones de Fútbol, para distraernos y darle el tiempo necesario a los electos a implementar sus políticas, que seguramente irán a favor de todo un País.
Es que Así Somos los uruguayos, politizados y encarnizados luchadores por nuestras ideas, hasta avasallante nos sentimos cuando el de enfrente no piensa igual. Discutimos con vehemencia el pasado y la debacle del País en su conjunto, siendo futuristas de un magnífico nuevo porvenir. Le damos a la problemática un toque personal o de ideas, para remar a nuestros molinos. Intentando capitalizar toda la leña que podamos obtener del árbol caído.
En conjunto no somos serios analistas de él porqué se calló el árbol, sino individualmente etiquetamos culpables asociándolos a nuestra situación.
Que ciudadano asociaría su mala situación, su falta de trabajo o su mal pago salario, a las caídas de monedas de los países vecinos, a las debacles constitucionales, a la corrupción y a la inseguridad generalizada.
Cuantos damos la cara a las trabas de las importaciones o los cierres de frontera cuando tenemos saldos exportables. Se piensan que los problemas deben ser solucionados por el Gobierno, o en sus gestiones diplomáticas, sin incidir en la mesa del trabajador o desempleado. Es más fácil responsabilizar a otros por la falta de soluciones, que movilizarse procurando abrir y agilizar las fronteras, o movilizarse como lo hacían productores brasileños, cuando ingresaban transportes con arroz uruguayo, porque ello les repercutía internamente en los valores de comercialización. Esta no es una actitud uruguaya, es que somos así, pasivos y dejamos que el gobierno nos solucione la problemática, bajando los brazos en éste terreno, hasta la nueva campaña, ahí sí traeremos a la memoria nuestro sufrido estancamiento, responsabilizando a quienes nos gobiernan.