Mil cosas han sucedido durante toda una vida de trabajo. Sucesos jocosos, de irresponsabilidadtonterías, en fin, aconteceres que palpitan sentimientos y actitudes.
En una anécdota nos toca ser héroe, y en la historia siguiente somos infractores, representamos la inocencia y al instante conformamos el personaje que ha transgredido disposiciones superiores.
El anecdotario debe ser así, no con ánimo de sobresalir, sino con ánimo de ser sincero. Las cosas sucedieron y así las contamos. Aquí van mis historias, muy sencillamente narradas, en las que me tocó intervenir en todo el espectro de actitudes.
Los personajes que en ellas intervienen son reales, a veces son nombrados pero muchas veces he preferido dejarlas en el anonimato o con nombres supuestos, totalmente seguro de que al leerlas, cada uno de ellos verá y comprobará la sinceridad de mis narraciones. |
DEBILIDAD DE CARACTER
Yo había cerrado mi caja y el compañero quedó de guardia. Estábamos en el Aeropuerto. Eran más de las nueve de la noche. Llegó el último vuelo, fueron atendidos los pocos pasajeros que llegaron, y estábamos pronto para dar por finiquitada la jornada& De pronto, el Jefe de la tripulación vino hacia nosotros...
- Cajero, por favor, antes de irte, cambiame estos 30 dólares, dámelos de a uno, que tengo que pagar el viático a los muchachos y no tengo ni un billete de un dólar&.
- No, lo lamento, pero yo tampoco tengo de a uno, contestó prestamente el cajero.-
- Dale, dale, dame por favor, si no les pago me matan...
- Es que,. De verdad, no me queda ni uno...insistió el cajero.
- No seas malo,.. mirá tengo unas botellitas... vienen bien a esta hora, se mandan un aperitivo antes de irse,... pero conseguímelos, dale.
- Bueno& esteeee, te voy a dar, concedió el Cajero, pero no me pidas más porque los billetes chicos están escasos.
Yo no podía creer el diálogo que escuchaba, pero tal cual lo cuento, así había sucedido.-
El hombre obtuvo lo que necesitaba y se había ido, claro... pero había dejado las botellitas y se había llevado los dólares de a uno como los quería.
Yo estaba asombrado. Lo había presenciado y oído. Aquello era para mí, tan espantoso, que no pude menos que enfrentarme a mi compañero para gritarle acusador:-
- !Pero, hermano, eso es una burda coima !
- !! Cómo coima ¡¡ !Cómo coima! No seas tan radical. Tu como siempre poniéndote en exquisito& dejá& Simplemente soy débil de carácter...y largó la risa como si fuera lo más natural del mundo.- Qué ganaba yo con discutir y extenderme en principios que no llegarían a cambiar su tesitura.
...Tomamos el aperitivo&
¡No había otra!...
Cosas que pasan.