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Angel María Luna
por Helena Arce
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Copio del aviso sobre su fallecimiento lo publicado oportunamente en “El País”:
“Luna, quien también se desempeñó como profesor de Biología, desarrolló su actividad periodística durante 26 años en Canal 10, donde dirigió la edición de última hora de Subrayado, fue comentarista de la emisión central de dicho noticiero, y años atrás condujo el programa semanal Fin de Siglo, que enfocaba acontecimientos relevantes de la historia de Uruguay.
Entre sus trabajos periodísticos se recuerda una entrevista que le realizó a Fidel Castro, en La Habana, al restablecerse la democracia en Uruguay. Asimismo, hizo debates con la participación de notorias figuras de la política en el programa Prioridad”
Hoy se me ocurrió recordarlo con ustedes. No lo conocí personalmente, ni conocí a su familia. Hace unos años hablé con él por teléfono, pues a uno de los integrantes de nuestro Consejo de Redacción, Pedro Lemos, se le había ocurrido la brillante idea de acercar a los uruguayos de la diáspora, mediante nuestras páginas, los famosos videos de sus inolvidables programas “Fin de Siglo”, sobre todo el dedicado a Montevideo. Busqué su teléfono en la guía, lo contacté y me atendió muy amablemente explicándome que le encantaba la idea, pero los derechos eran de Canal 10. El resto no hace al tema, salvo el comentario que no se pudo lograr pues al canal no le interesó la idea.
Lo que si es para mí hermoso recordar hoy, con respecto al Sr. Luna, era la excelencia con que realizaba su trabajo. ¿Quiénes no esperábamos ansiosos, aquellas opiniones que vertía en un momento de Subrayado? Creo recordar que ello se producía los jueves.
Siempre fue claro en sus conceptos, jugado, imparcial y objetivo. Cuando uno lo escuchaba no era fácil notar cuales eran sus preferencias electorales, si quedaba claro sin duda cuan identificados nos sentíamos en su forma, de verter opiniones. No creo mentir si manifiesto que representó un Uruguay que parece haberse ido perdiendo. Un Uruguay culto, educado, tolerante pero claro en sus apreciaciones.
Los programas como “Fin de Siglo” o “El Reloj”, los que más recuerdo, eran sin lugar a dudas un deleite, donde uno sentía que luego de verlos salía un poco menos ignorante, un poco más culto. Sin embargo se había pasado un momento ameno, agradable por cierto y por sobre todo no chabacano.
Hoy por hoy los programas de información, la mayoría de ellos son aburridos o chocantes.
Recuerdo al inolvidable periodista cuando realizaba alguna entrevista, ¿Quién no recuerda su entrevista en exclusivo a Fidel Castro? Pero fuese quien fuese el entrevistado, la misma se daba de forma natural, una conversación entre dos personas, uno que deseaba saber y otro que le contestaba, de esa forma uno conocía casi de primera mano, aquello que el entrevistado tenía para decir o dar de sí. Salta a mi memoria un programa sobre la juventud, donde concurrieron personas que incluso yo no conocía, no eran líderes políticos, ni altos funcionarios de ningún gobierno, al entrevistarlos su consideración hacia ellos era la misma que si lo fuese, les daba la oportunidad de expresar lo que tenían para decir. El lograba un ambiente ameno, atractivo, interesante. En contraposición a las entrevistas que vemos hoy, donde salvo honrosas excepciones, solemos encontrar periodistas que parecen derretirse ante el entrevistado, no se si en tren de hacerlo sentir cómodo, parece más que un programa realizado para que los espectadores conozcamos al personaje, un rato para que el periodista convenza al mismo de cuan desmesuradamente lo “idolatra”. O por el contrario nos ponen a personas monótonas hablando largamente sobre diferentes hechos, y se vuelve terriblemente tedioso, haciendo que perdamos la atención. O los menos, ni se involucran en la entrevista, resultando la misma totalmente anodina.
Cuando Luna realizaba sus comentarios, o daba opiniones, uno sentía como espectador se cultivaba, más allá de que compartiera lo que el expresaba o no, sentía como la opinión era dicha con respeto y tolerancia. Y además desparramaba cultura, uno incluso sin ser conciente de ello, cada vez que lo escuchaba aprendía.
Comparto con ustedes algunas opiniones vertidas por Luna en ocasión de una entrevista que se le hizo en Radio Centenario (http://www.radio36.com.uy/entrevistas/2003/abril/030403_luna.htm):
Chury: Una de las dificultades que se presentan a veces para la objetividad, la imparcialidad, es que todos nos conocemos acá y los que estamos en el periodismo conocemos y tenemos buena relación con los protagonistas de la acción en cada lugar.
A veces el ser tan pocos dificulta...
Luna: Salvo que uno tenga la convicción de que hay que tomar distancia, es decir, al periodista, le pasa a todo el mundo, lo tarjetean permanentemente con invitaciones, con recepciones, entonces copa de por medio empiezan las negociaciones y las concesiones.
Yo personalmente no voy a ningún acto donde pueda existir la posibilidad de que te manoseen, una vez que perdiste, perdiste.
Hay una convicción personal, no quiere decir que sea un mérito, es como yo considero el profesionalismo, yo voy a comer y a tomar a mi casa, pero no acepto una copa de nadie que pueda pedirme algo.
Hay periodistas y periodistas, están los comunicadores, los que participan del jet set, que viven de eso y es su manera de encarar las cosas, pero uno también tiene barreras frente al poder, te haces un ermitaño, un solitario.
Trabajar en solitario a veces es una buena condición para poder eludir las presiones del poder.
Angeles: Hay que optar, el periodista tiene que elegir cuál es el camino...
Luna: Creo que el Ser Humano tiene que optar, después no importa que sea médico o que sea periodista porque también el médico, el arquitecto o el albañil pueden tener mayor o menor cercanía con el poder tratando de sacar réditos o dividendos que a veces son buena cosa, creo que esa es una postura del Ser Humano, después haga lo que haga no importa.
Mantener la libertad individual, o demos vuelta la cosa, cómo podemos informar libremente si hipotecamos nuestra libertad individual, entonces hay que hacer opciones en la vida, o me socializo a puertas abiertas o me encierro en un sótano y desde allí mantengo una visión independiente.
Angeles: Eso no importa en el área que se desarrolle, es verdad, ahora como que se han redescubierto las sociales en el Uruguay, hay como una concesión distinta porque aparecen los periodistas en las sociales, los artistas, antes no se veía la gente del Teatro, los cantantes...
Luna: Esta es la globalización del cholulismo que a nosotros nos llega de cuarta mano. Angeles: en qué estás trabajando, qué es lo que estás haciendo en estos tiempos porque hablamos solo de la guerra...
Luna: Estoy en nuestra guerra de todos los días, sigo con mi columna en Subrayado, antes de ayer hizo 22 años que ingreso al canal, es un tiempo suficiente como para cambiar, a esta altura de la vida renovar un poco, ando con ganas de volver a la docencia, de aplicar allí lo que aprendí en el periodismo, parecen dos mundos tan separados pero están muy interconectados. Ando en eso, procurando algún cambio en mi vida.
Chury: Proyectos de televisión no tienes nada más que lo que estás realizando...
Luna: No, proyectos de televisión todavía no, no se si se me agoto la imaginación en estos años pero la verdad que en televisión me he sacado las ganas de hacer todo lo que tenía ganas.
Programas documentales, didácticos, con jóvenes, con políticos, interactivo, con gente de a pie, ya hice todo lo que se podía hacer, lo único que no puedo hacer es humorismo porque no se.
Angeles: Hablando del periodismo y la docencia el otro día llamó una madre diciendo que al hijo de ella no le hablaban nada del tema de la guerra, que el hijo estaba lleno de preguntas pero que en el liceo no había ámbitos para hablar del tema.
Deben hablar los docentes de este tema, de qué manera deben hacerlo...
Luna: Para hablar hay que saber, el hecho de ser docente y de estar en un liceo, ni siquiera el hecho de ser periodista y estar en los medios, creo que en este momento gente que sepa, creo que a los chicos hay que darles valores a propósito de la guerra, a propósito del divorcio, a propósitos de la crisis económica.
Con los valores si hay que ponerse la camiseta, además la educación formal para mí es un pretexto para lo informativo que cambia de un día a otro.
Yo no se cuánto saben como para poder darle respuestas a un chico, creo que pocos saben darle respuesta a los grandes.
Hay que buscar hábilmente el mecanismo de esto que está impactando a los chiquilines a través de la televisión, de internet y todo lo demás para tratar de restituir su equilibrio emocional y de vez en cuanto mecharles algún valor para que ellos disciernan.
Angeles: Cuáles son esos valores que se podrían estar trabajando...
Luna: Yo creo que mala cosa sería hablarles de la paz y ver como se rompen vidrieras o se apedrean personas a favor de la paz.
Creo que hay que hablar de valores causales, no de consecuencias, creo que hay que hablar de solidaridad, de fraternidad, de libertad.
Creo que hay que revalorizar al ser humano, lo mismo que pasa en la guerra pasa en una cancha de fútbol, cuando se apalean, se golpean a mansalva, creo que hay que hablar de los caminos simbólicos sustitutos como la droga o el alcohol que muchas veces se consideran causa de cuando en realidad son consecuencias.
Y creo que a partir de la guerra se puede hablar de la vida y de cómo la vida tiene pequeños cuantos de guerra cotidianos que hay que resolverlos con valores, porque no hay otra forma. |
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Se fue muy joven, según los reportes de esos días, por un problema cardíaco, hacía poco se había jubilado, posiblemente de vivir más tiempo hubiésemos podido aprender más de él, y hubiese podido dar a nuevas generaciones de comunicadores algo de esa luz que tanto irradió a quienes tuvimos la suerte de disfrutarlo, como espectadores. Hablaba en la entrevista, de la cual compartimos algunos trozos que nos han ilustrados sobre su forma de ver su profesión, de dedicarse a la docencia.
Hemos tenido a lo largo de los años, personas como él que representaban desde su lugar en la vida, aquello que los uruguayos sentíamos más nos identificaba, ya fuese porque éramos así, soñábamos o anhelábamos ser. Lamentablemente al haberlo perdido, cada vez quedan menos exponentes del Uruguay que alguna vez fue, y que no estaría mal intentar recuperar.
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