Fascismo galopante por Lonjazo

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         El Digesto municipal dispone en su Artículo D.43.16 "(Prohibición de uso indebido de bienes públicos); los funcionarios deben utilizar los bienes pertenecientes a la Intendencia Municipal o asignados a su uso o consumo, exclusivamente para el funcionamiento de los servicios a su cargo. (Fuente: Origen Decreto Nro. 30429 de 06/10/2003)".

         Contra el terrorismo de estado, o algo por el estilo, reza un gigantesco cartel, firmado por ADEOM, instalado en la balconada del segundo piso del palacio municipal, frente a 18 de Julio, el día del desfile de carnaval.

         Si está firmado por ADEOM, fue puesto por miembros de ADEOM, que por fuerza tienen que ser funcionarios municipales, lo que configura una violación del artículo mencionado supra.

         Todo parece indicar que ADEOM, se quiere manifestar en contra de un flagelo que azota a la humanidad toda y lo hace, quedando fuera de la ley.

         No está entre sus cometidos fundacionales, por cierto, hacer declaraciones políticas o ideológicas de ningún tipo. ADEOM es un organismo sindical cuyo fin y objetivo es la defensa de los empleados y obreros municipales. Velar por sus derechos laborales, es todo cuanto debería preocupar a dicha organización sindical.

         Pero estamos en Uruguay. Y en Uruguay, para desgracia de su sociedad toda, los sindicatos han sido infiltrados y usados a gusto y placer por los comunistas, para sus fines políticos e ideológicos, convirtiéndolos virtualmente en partidos políticos a su servicio.

         Entonces, aprovechando una reunión social multitudinaria, como lo es el carnaval, utilizan ilegalmente y ante la vista y paciencia de sus autoridades, el edificio de los montevideanos, y el dinero de los empleados y obreros afiliados, que también sale de los bolsillos de TODOS los montevideanos, para instalar un cartel de profundo contenido político ideológico.

         Una total, absoluta y descarada tergiversación de los fines naturales que debería observar.

         En otras palabras, un acto de corrupción profunda, tanto de quien lo instala, como de quien lo tolera, por cuanto está estrictamente prohibido por la constitución y la ley.

         Esto en cuanto a la forma, pasemos ahora al contenido, del citado cartel.
Contra el terrorismo de estado, dice.

         Tal parece ser que el sindicato ADEOM, al discriminar "de estado", está diciendo que no está en contra del terrorismo en general, sino solamente, contra el terrorismo de estado.

         Por omisión está informando urbi et orbi, que no está en contra de otras formas de terrorismo, léase terrorismo religioso, terrorismo político, terrorismo narcotraficante, etc., cosa fácil de observar, ya que jamás se lo vio manifestándose en contra de la ETA o las FARC, o Hamas, por ejemplo. Solo parece estar en contra del terrorismo de estado.

         El único terrorismo que le preocupa, es aquel que un estado, en manos de un gobierno profundamente corrupto, usando todo el poder de que dispone, desata sobre una población desarmada, desprotegida e indefensa, ignorando los más elementales derechos humanos, persiguiendo, encarcelando, torturando, asesinando, educando o deseducando a sus fines e intereses, y manipulando la información que recibe.

         Parecería que es un cartel que va directamente contra la dictadura cubana, que justamente aplica terrorismo de estado contra la población cubana.

         Deberían pensar en sacarlo antes de que llegue de visita el dictador, porque es de suponerse que no hay en este gobierno, ni municipal ni nacional, el menor afán de ofender tan distinguida y esperada visita.

         Y por último, aprovechan la presencia gigantesca del cartel, para a su sombra, instalar una mesa de recolección de firmas, con el objetivo de "anular" la Ley de Caducidad.

         Un disparate jurídico, por cuanto el instituto de la anulación no existe en nuestro derecho, y de forzarlo, no hará más que inaugurar una nueva época de inseguridad jurídica, que estará amenazando a futuro a toda la población. Ellos incluidos.

         En resumen, un bello ejemplo de sindicato fascista, dedicado a la lucha política ideológica de espaldas a sus verdaderos y legítimos cometidos.

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