Un aplauso para el Taba... por Carlos Caggiani

             Ya lo había dicho en muchos de mis escritos, que hoy por hoy, no se pueden catalogar los gobiernos como de derecha o de izquierda, si no como, "atrapa capitales" o "espanta capitales".

             Al mirar lo que está pasando en el mundo, y sobre todo en nuestra Latinoamérica, vemos claramente a estos dos tipos de gobiernos y los resultados que logran con las acciones de atrapar o espantar capitales.

             Sabemos, que la izquierda "de antes" era una izquierda fanática e ideológica, que no planificaba las acciones por los resultados a obtener, si no que no le daban importancia ni los resultados, ni al pueblo. Hoy, los gobiernos que se hacen llamar de izquierda, pero que son pensantes e inteligentes, tratan de adoptar la política que ayude al pueblo y eso es lo que estuvo demostrando Tabaré Vázquez con la visita realizada a Chile hace unos días atrás y con la visita de Bush a Montevideo de hace un mes.

             Creo, que finalmente, han optado por unirse al que está haciendo bien, adquiriendo o tratando de adquirir un sistema pro-capitalista que es lo que está sacando adelante a los países que lo han adoptado.

             Chile ha dejado claro que todos los tratados que ha firmado con diferentes países, la industrialización lograda al dejar entrar industrias extranjeras y la tecnología de punta llevada a su territorio por esas empresas, les ha dado la oportunidad de exportar, ser competitivos y encontrar nichos en un mercado mundial que lo requiere.

             La asociación con industriales uruguayos, le permitirá a Chile el seguir creciendo y le dará a Uruguay la ventaja, de aprender del que supo hacerlo para lograr un crecimiento propio. La misma asociación, traerá más trabajo a nuestro país y podrá levantar la economía a un mejor nivel, lo que sin duda ayudará al pueblo uruguayo.

             La entrada multimillonaria de Bosnia con la instalación de la planta de celulosa y los acuerdos firmados con el gobierno chileno, bien pueden ser el trampolín de impulso para la nueva economía uruguaya. Muchos piensan que no habrá suficientes puestos de trabajo en la planta de celulosa, pero no piensan que se abre un enorme campo de acción que cubre a empresas de transportes, forestación, vías marítimas, exportación, hotelería etc.

             Cuando la bola de nieve se comience a mover, la nieve del camino se va pegando a ella y capa a capa, se notará el crecimiento de la misma.

             Ojalá el gobierno siga usando una visión amplia y mire hacia el futuro.

             Que estos primeros pasos le den la sabiduría de negociación que necesita un buen gobierno para dar bienestar a su pueblo.

             Viva Uruguay y vivan los tratados y las negociaciones futuras.