Año III - Nº 130 - Uruguay, 13 de mayo del 2005

 

 

 

 

 

EL MUNDO PARECE
QUE ANDA PATAS ARRIBA

Escribe: Ernesto Martínez Battaglino


odo parece que estuviera al revés. En los países del "primer mundo", llenos de dinero y de poder, igualmente se muestran recelosos, entre ellos y con los demás. No sea cosa que algunos saquen alguna ventaja en algo que moleste a otros, o algún otro, chiquito y pobre incluso, se vuelque más hacia otra nación "amiga". Mantener la primacía o por lo menos el equilibrio, se convierte en lo primordial. El lograrlo, igualmente eso no los hace felices del todo, ya que continuamente deben de estar alerta y demostrando que los que mandan son ellos, y eso también lleva consigo esfuerzos, inversiones, gastos en equipamientos industriales, pero también bélicos, para también así dar un "aviso" al resto, que ellos pueden confiados tomar determinadas decisiones o estar bien pertrechados para protegerse de las posibles decisiones que puedan ser tomadas por los demás.

El ser los "dueños" de la economía y del poder, además de las generalidades anteriores, también cuenta el que deban vivir en un estado de miedo colectivo permanente, tanto a represalias externas como a asaltos internos, al punto que no hay un edificio público que se precie sin que cuente con un "bunker" y ni siquiera casas particulares que no estén previstas de refugios especiales, equipados con vituallas y con enceres de uso personal y diario, capaces de durar varios días, bien determinados por un manual editado por alguna organización gubernamental que también para eso se debió crear. Y así surgieron los sofisticados sistemas de alarma, los equipamientos contra incendios, el como sustituir los cortes de energía eléctrica, etc., etc. Y ahí también, empezaron a surgir los automóviles blindados, los vidrios irrompibles y polarizados, que ningún medianamente poderoso, que se precie, podrá dejar de tener, so pena de correr el riesgo de ser asaltado, robado y hasta secuestrado. Así se han puesto de moda los barrios cercados y vigilados con personal especializado y acompañado con perros adiestrados y toda una red de alarmas, que al sonar quedan conectadas con la policía que inmediatamente acude. Nadie sale confiadamente a caminar por su barrio, ya que generalmente lo hacen saliendo desde sus garajes, que los abren y cierran electrónicamente desde el automóvil, pieza mecánica esta última, convertida casi que en parte humana insustituible.

Y allá vayan, entonces, los rubios del norte, paradojando una especial y conceptual frase dicha por Luis A. de Herrera, que la dijera en un determinado momento histórico de la década del 40, si mal no recuerdo.

Pero si más o menos -entre otras cosas- así se presenta el "primer mundo", ¿qué podremos decir del "tercer mundo"?

En primer lugar, si el "primero" lo tenemos bien delimitado en parte del hemisferio norte, y nosotros, que nos consideran y determinan como integrantes del "tercer mundo", que en mayoría estamos en el hemisferio sur, yo pregunto: ¿Cuál entonces es el "segundo mundo" y en qué lugar tiene asiento? ¿O es que se lo comieron o se lo saltearon, para largarnos a nosotros allá, más lejos, al "tercero"?

Disgregaciones semánticas a un lado, vamos a abocarnos a ver qué somos nosotros y a que jugamos en este mundo al revés.

Nosotros, el Uruguay, porque no nos gusta meternos con los vecinos y amigos de puerta, también andamos patas arriba, ya que es hasta difícil entendernos. Durante 175 años fuimos orgullosamente gobernados por Blancos y Colorados, manteniendo ideas propias y teniendo como ejemplos a seguir, solo a caudillos nuestros, que hasta en las discrepancias, nos enorgullecían y a muchos, hasta hoy nos siguen enorgulleciendo. En todo ese tiempo y con los vaivenes propios de las épocas, de las distintas concepciones, de las economías, de los adelantos técnicos, y fundamentalmente de los hombres que tuvieron la responsabilidad de interpretar en la mejor forma posible el momento histórico que les tocó vivir y gobernar, es que habíamos concebido, dentro de nuestra pequeñez territorial, económica y demográfica, el de ser un ejemplo para nuestra América, por nuestra cultura, por el adelanto de nuestras leyes, por el cuidado de nuestra salubridad, y en general, por nuestro mayoritario y aceptable vivir, últimamente empañado por una feroz crisis que duró mucho más de la cuenta y que desmoronó fuentes de producción y trabajo, en consecuencia, empleos, agrandando el natural e inevitable cinturón de pobreza que todos los países, incluso los poderosos económicamente considerados tienen, y que son los inevitables por su conformación endémica, cultural y social, aunque siempre esté puesta la meta en su disminución, hasta llevarla a su mínima expresión posible.

Y ahí, con el ansia y deslumbramiento de un cambio que bien vino ayudado por la tan mentada crisis y de ciertos y determinados errores de nuestros políticos, que también colaboraron, es que apareció una fuerza avasallante, llevada en andas por una multitud, que deslumbrada y esperanzada, vieron en nuestro actual presidente a un Mesías salvador, a las que todas sus hermosas promesas preelectorales cumpliría, a rajatabla y sin demora, haciendo pasar, a todos, de los problemas a las soluciones, de las miserias al bienestar y del lastimoso desempleo al pleno empleo, con ingresos que no exigieran extender el horario de trabajo para que fuera más rendidora la mesada.

¡Qué así sea! Yo también esperanzado lo espero y deseo, por el bien de todos.

Y así fuimos sustituyendo a nuestros referentes nacionales por extranjeros internacionalmente promocionados, y el Che, Fidel, Salvador, Mao, ... (para nombrarlos solo por el nombre como así se los conoce y panfletea), son los que, con sus efigies, engalanan la prensa oficialista y hasta la propaganda política de determinados sectores gubernistas, donde en pasacalles y hasta en la Bandera Nacional (que es uruguaya y de todos), cuántas veces la vimos flagelada con esos rostros ajenos y hasta con leyendas desdibujantes, como también, habitualmente vemos en distintos campos de juegos, que las banderas de heroicos y legendarios equipos que han hecho honrosa historia a nivel nacional e internacional, se encuentren en cada espectáculo exhibidas con la figura del Che Guevara. Ofensivo, sin duda para el hincha y para el que siente el nacionalismo profundamente, con la tristeza de comprobar que tan fácilmente se deshonran símbolos patrios y deportivos, con un desparpajo increíblemente no contenido por otros, como sin duda parece correspondiera.

Así apareció primero la crítica y el desconsuelo por la suba del dólar, que trajo endeudamientos impagables, pérdidas de comercios y propiedades, desazón y angustias por doquier, mientras exportadores disfrutaban de ese período para ellos de bonanzas. Ahora, que el dólar ha perdido valor bajando cinco o seis pesos, todos los productores, los industriales, los exportadores en general, lloran y critican el atraso cambiario, por perder competitividad, porque ganan menos.... El gobierno de hoy, ayer oposición, reclamaba y protestaba para que el dólar bajara en bien de los endeudados. Hoy, convertidos en gobierno y con el dólar en baja, piden a gritos que el dólar suba, defendiendo a productores e industriales. ¡Qué lío!

Las expendedoras de combustibles de ANCAP en la Argentina (Sol Petróleo), que nuestro gobierno se queja que pierde millonadas, entre otras cosas, por tener que vender a precios por debajo del costo a consecuencia de imposición del gobierno argentino, cuando otras compañías se revelaron e igualmente lo subieron, nuestro gobierno no lo hizo, aduciendo solidaridad con lo que había pedido el presidente amigo, mientras, acá, ese mismo gobierno, el nuestro, no tuvo el mismo miramiento para los uruguayos, y aumentó los combustibles. ¿Sería para colaborar con la competitividad... de ellos?

Ayer se levantaban campañas irreductibles contra inversores extranjeros, porque solo venían a robarnos nuestras riquezas. Hoy los vamos a buscar, por buenos y convenientes, generadores de empleo y conquista de tecnología. ¿Cómo es la cosa?

Antes, nuestros gobernantes eran unos vendepatria por pretender asociar empresas de gran prestigio, de poder económico y de desarrollo técnico, con empresas estatales como ANCAP, o la ANP, o AFE o ANTEL, etc. pretendiendo darles un mayor vuelo y ganancias para bien del país. Hoy están buscando quien lo quiera hacer. ¿No es que eran vendepatria los que eso buscaban?

El FMI, el BID, el BM eran indeseables. "Yanquis go home" por décadas lucían las paredes y muros de nuestras ciudades. Hoy, rápidamente y hasta antes de asumir, las nuevas autoridades ya se contactaron con los denostados organismos internacionales de crédito que bien nos han servido y nos siguen sirviendo y con los yanquis que tanto echaron. ¡Cómo cambian las cosas y tan rápidamente!

Con esto, lo que queda demostrado es que es muy distinto estar de un lado o del otro del mostrador. Las responsabilidades varían, pero los principios no deberían de hacerlo. Un buen gobernante lo debe demostrar en todo momento. Si bien cuando se es gobierno se asumen responsabilidades directas en los actos de gobierno, no hay que olvidarse que también cuando se es oposición se tienen, dado que se pasa a ser un co-gobernante y un controlador, pero sin perder plataformas, conceptos, planes, ideologías...

Por suerte vemos, que si bien se había dicho "vamos a remover hasta las raíces de los árboles", por lo que se entendía debiera haber un cambio político-económico diametralmente opuesto al que el país estaba acostumbrado, vemos, con satisfacción, que en lo que importa, las cosas se siguen y se seguirán haciendo igual, ya que es lo sensato y lo que mejor le sirve al Uruguay.

Esperemos entonces confiados el futuro. Recién va la mitad del tradicional plazo de 100 días que todos le dan a los gobiernos que inician, para demostrar su línea de acción y sus proyectos.

¡Qué todo sea para bien!