Año III - Nº 130 - Uruguay, 13 de mayo del 2005

 

 

 

 

 

La tragedia de San Ramón
(segunda parte)
por Luis Tappa

 

 

es prometí una segunda nota con respecto a lo sucedido en San Ramón y por lo menos en parte estoy cumpliendo, pero aun no he podido dar con la o las personas que busco. Dediqué estos días a continuar "revolviendo" material en busca de informaciones que puedan aclarar algo más este desgraciado y complicado tema. Complicado por las versiones encontradas con que la prensa recogió algunos hechos puntuales. Cuando digo "prensa" me refiero a diarios de la época, la mayoría de los cuales ya no existen.

A la luz de nuevo material encontrando... ¡no terminamos de sorprendernos!

Se dijeron muchas cosas, algunas de las cuales pasaron a ser una especie de mito popular que quedaron prendidos de la memoria hasta convertirse en realidad. Conseguimos información aportada por gente memoriosa y de conocidos que trabajaron en la empresa. Hemos tenido que seguir buscando en diferentes fuentes y hasta recurrir al sentido común para llegar a una conclusión de cómo debieron suceder las cosas.

Los distintos medios informaron cada cual a su modo y no todos dicen lo mismo o de la misma forma en cuanto a hechos puntuales, aunque la historia y el resultado no varían, los conceptos son distintos y las apreciaciones o responsabilidades se llegan a ver de diferentes maneras, o simplemente no se ven.

Pero no fue un accidente común, hubo culpas.

Esto que pensaba hacer como nota final, y teniendo como objetivo central contar la historia de dos de los fallecidos terminó siendo, para mí, un análisis más profundo de las cosas que pasaron, y el por qué.

Entonces, la primera nota la podemos catalogar como la del recuerdo, en la que narramos lo sucedido en forma bastante superficial, la de los mitos, porque contamos algunas cosas de la manera como la recuerda la fantasía popular, la de la bronca, y en algunas otras cosas la de la nostalgia, por los recuerdos de la vieja y querida ONDA.

La hice más con el corazón que con la mente fría, investigadora y calculadora de cómo y porqué sucedió lo que sucedió. No pretendíamos buscar motivos ni culpas y tratamos el tema como lo que fue... casi una novela, un drama demasiado sofisticado para ser real, una historia que parecía salida más de la máquina de escribir de un novelista y puesta en escena por Alfred Hitchcock, que de una crónica policial. Una obra maestra de suspenso y terror.

Hoy, 50 años después, desempolvamos esta historia para traerla al presente, pero luego no pudimos evitar que la realidad nos golpeara fuertemente en el rostro y nos sentimos estremecidos. Casi sin querer despertamos un monstruo que nos engulló, solo pretendíamos recordar aquellos tristes sucesos, pero quedamos envueltos en la telaraña de las dudas y los deseos casi obsesivos de saber la verdad.

Esto se trata, en parte, de una recopilación más detallada de lo que informó la prensa entonces. Seguiré buscando e iré hasta San Ramón, debe haber alguien que haya visto y recuerde el suceso, de encontrar algo nuevo y poder confirmarlo, volveré.

Esta nota la dividiremos en dos partes; la primera, en que les cuento la historia prometida del fotógrafo checoeslovaco; la segunda, donde aportamos nuevos datos y analizaremos más profundamente esta locura.

El Fotógrafo, El dibujante
José Garazzia era checoeslovaco, había llegado con su familia al Uruguay hacía unos cuantos años, decidieron salir de su país en previsión de la guerra que ya se vislumbraba en Europa.

Se instaló aquí y al poco tiempo estaba trabajando en lo que sabía, era gran dibujante y fotógrafo, la publicidad era su fuerte. Entre un montón de empresas para las que trabajó es digno de mencionar Manzanares. Esta empresa vendía un aceite de nombre "Maricarmen" que llevaba en su etiqueta la figura de una hermosa mujer, esta no era otra que el dibujo que Garazzia había echo de su propia esposa.

Hombre de visión había comprado en Pirlápolis un terreno cuando se loteó el balneario, allí construyó cerca del cerro San Antonio una modesta casita, enamorado del lugar pasaba con su esposa e hijo todo el tiempo que su trabajo le permitía, por entonces poseía un Borward, que era un automóvil checoeslovaco muy popular en la época. Aquí en Montevideo vivían en la calle Cagancha entre Martín C. Martínez (ex Municipio) y Joaquín Requena. No tenían más familiares en Uruguay y habían hecho gran amistad con unos vecinos, prácticamente estos se convirtieron en la familia que aquí les faltaba.

Cuando Garazzia y su hijo murieron en el accidente de San Ramón, la esposa, Doña María, quedó sola. Es entonces que los amigos que mencioné se encargaron de ayudarla.

ONDA, que debió pagar indemnizaciones, arregló a su manera con cada uno de los deudos. A Doña María le ofrecieron un suma relativamente importante en la mano o una pensión de por vida, la señora, indudablemente mal asesorada o sin darse cuenta de la situación del país, aceptó la pensión, pero lo grave fue que la misma no era ajustable, (en aquella época prácticamente no se hablaba de dólares) por lo que iba a cobrar siempre la misma cantidad. Luego que comenzaron a hacerse efectivos los pagos la señora se fue definitivamente para Piriápolis a vivir sola allá. El resultado de todo esto fue que pocos años después estaba cobrando unos míseros pesos y debía dejar pasar varios meses para cobrar algo que más o menos valiera la pena.

Al final ya ni fue más porque le salía más caro el pasaje que lo que cobraba, vivía de un alquiler y la ayuda de la familia amiga que mencioné, finalmente, en 1982 muere, muy pobre, en Piriápolis. A sus amigos les dejó todas sus pertenencias, la casita del balneario, y otra casa que tenía en la calle Cagancha, que era la que alquilaba y junto con sus amigos lo que la ayudaba a sobrevivir.

Quería hablar de este tema porque pienso que esto mismo pudo sucederle a mucha gente.

Por razones que no vienen al caso, y debido que yo tenía amistad con los amigos de la señora, y estando en Piriápolis en la casa de los Garazzia, allá por los años 85, me comentan que iban a quemar todas las fotografías y películas que había, ya que no se encontraba la finalidad de guardar semejante cantidad de cosas, eran montones interminables de cajas con miles de fotos. Pedí, ya que las iban a tirar, que me las regalaran, no todo por supuesto, sino que elegí lo que me pareció más interesante. Así fue como me junté, y aun tengo en mi poder, con un montón de películas tomadas por José Garazzia, alguna de ellas en el balneario y en la época en que aún no había nada, también tengo los negativos originales en vidrio de un montón de propagandas y etiquetas de artículos que se vendían entonces, todos muy conocidos, por lo menos para los que tenemos algunos añitos. Lo que contienen las películas, varios rollos de unos 30 o 35 cm. de diámetro y otros un poco más chicos, nunca los vi, las películas son de 16 m/m y ahí las tengo guardadas. Algún día conseguiré un proyector de 16 para verlas.

Esta es la historia de don José Garazzia, un checoeslovaco que se salvó de la guerra para morir junto a su hijo en el río Santa Lucía a los 47 años de edad, cosas de la vida.

A veces me pregunto, ¿Cuántas situaciones como esta habrán dejado la Tragedia de San Ramón?

RECORRIENDO EL LABERINTO
Más de la mitad de los viajeros contaban entre 40 y 65 años, solo cuatro menores de 20, dos murieron, y el resto entre 20 y 40. Como se darán cuenta, 50 años después no es fácil conseguir información de primera mano y reconstruir los acontecimientos, pero uniendo los diferentes informes y acomodando cada una en su lugar las distintas piezas aportadas por las diferentes crónicas y fuentes, de a poco vamos armando el rompecabezas. Pero que se tenga presente que hay cosas sobre las que nunca llegaremos a saber la verdad, y tal vez queden prendidas para siempre como una hoja más en el árbol de los misterios y las fantasías.

Ahora vamos a ver una parte más oscura del asunto, una parte más "de este mundo".
Si hablamos de responsabilidades, debo nombrar en primer término la terrible y fatal imprudencia de los conductores, que se metieron en el lugar de noche y con el agua en los ejes recorriendo una zona inundada antes de llegar al puente. ¡Y aquí viene la pregunta del millón! ¿De no largarse Fernández con el 172, Martínez lo hubiera hecho con el 216, en caso de venir adelante? ¿O se largó porque su compañero lo hizo?

Las autoridades de Florida también tienen su gran cuota parte, se debió señalizar y cortar la carretera en Chamizo, impidiendo el paso mucho antes.
En mi opinión nunca debieron intentar el cruce en esas condiciones, tuvieron que pensar en la carga humana que traían. Apenas llegaron al lugar y comenzaron a transitar en el agua debieron detenerse y regresar.

Las autoridades de Chamizo y ambos conductores, por igual, fueron responsables absolutos de la tragedia.

Todo esto si analizamos el "porqué" se llegó a esta situación, lo que pasó después, el salvamento, es otro tema, y veremos como la indecisión de gente sin capacidad para enfrentar esa emergencia jugó durante 9 horas con la vida de 40 personas. Solo con buena voluntad no alcanzaba, también se precisa conocimiento, y por sobre todo decisión, precisión y rapidez. La falta de elementos solo es una excusa que el ingenio y la necesidad pueden superar ampliamente.

Aquí intervinieron diferentes factores que podemos catalogar como: competencias, caprichos y burocracia, también negligencia si pensamos que tardaron más de una hora en darse cuenta que el ómnibus estaba en peligro y no podría salir por sus propios medios, mientras tanto el río y las horas cumplían su implacable misión. Toda esta ensalada no podía conducir a otra cosa que a lo que pasó. Hubo impresionantes y heroicos gestos de gente que se jugó la vida, y estuvo a punto de perderla, gente que los mandaron a la guerra con un tenedor, y a pesar de ello estos valientes cumplieron, lograron salvar a muchos, pero fue una acción personal y desesperada que no derivaba de algo planificado y ejecutado a la perfección.

Sigo pensando que no debió morir nadie si se hubieran hecho las cosas bien y en el momento preciso.

Estaban: la Policía, los Bomberos, la Marina, la Prefectura Marítima y Militares del 4º de Artillería, cada uno obedeciendo a sus mandos naturales, y aunque se dice que el operativo estaba a cargo de Prefectura ¿Y quien los mandaba a todos? ¿Quién organizaba los diferentes grupos? ¿Quién coordinaba las acciones?

De todos ellos los únicos que hicieron algo positivo fueron tres Bomberos, y me refiero a los heroicos Germán López, Nilo Baz y Julio Ferres, también dos particulares, Héctor Ferrer y Pedro Fierro, estos dos últimos sin salvavidas y en un pequeño bote de 2 remos lograron sacar a dos personas desde la costa de Florida.

A todo esto se redujo el auxilio, lo demás solo fueron estériles intentos, buena voluntad pero escasa visión y demasiada desorganización y demoras.

Hasta ahora no pude hallar la confirmación periodística sobre la gente que salió a pie del ómnibus apenas el coche quedó atrapado, de todas maneras los informes que tengo fueron aportados a Berruti por su vecina, que luego del accidente le contó como ella y alguna otra persona salieron caminando, lo que no me permite dudar al respecto, pero aunque hay algo de cierto, pienso que sucedido de otra manera.

Algunos datos que ahora aporto fueron recogidos del diario El Plata, nos da algunas versiones muy interesantes que no comentaron otros medios, y al igual que El Día, otra de las fuentes consultadas, aporta una dramática narración de los momentos finales obtenida en una entrevista que le hicieron a un sobreviviente, Domingo Marcenaro 32 años entonces; entre las dos declaraciones se nota alguna casi imperceptible, pero a mi criterio, importante diferencia. Este hombre, junto con el checoeslovaco Wenceslao Papes fueron los últimos que pudieron salir del ómnibus luego que cayó del puente, lograron salvarse a nado tras una dramática odisea.

Aunque era muy joven entonces, aun mantengo fresco en mi memoria algunos datos que pasaban los informativos radiales, no olvidemos que aquello fue muy fuerte y pegó duro en la población.

Hablé con Ariel Elichiry, último jefe de personal de ONDA, y aunque está enterado de lo que pasó, no sabe nada, entró en la empresa 10 años después del accidente, y en esa época ya no se mencionaba más este asunto.
Nos vemos obligados a dividir esta nota en varias hechos puntuales, de lo contrario no van a entender nada, ni yo tampoco.

SOBRE LOS OMNIBUS DE LA EXURSIÓN
Tenemos coincidencias en que salieron el sábado 16 entre las 12 y las 13 horas, por entonces eran comunes este tipo de viajes a Rivera. "El Diario" de la noche habla de 7 ómnibus, 4 cruceros y tres coches viejos, "El Plata" no dice nada y "El Día comenta que eran solamente cuatro. Las radios de entonces daban cuenta de un ómnibus atrapado en el puente y varios que se fueron juntando en el lugar, pero que no intentaron cruzar. Cuando le comenté a Berruti lo que había oído y leído me dice que nunca escuchó tal cosa, y para el, en el lugar, había solo dos ómnibus, uno que pasó, el 172, y el 216 que quedó en el puente. En "El Día" se muestra la foto de otro ómnibus, un "Galpón", o sea un GMC de cuatro ventanillas que aparentemente habría quedado estacionado en las cercanías. La versión microfilmada es tan mala que resulta imposible leer lo que dice debajo de la foto para saber donde realmente estaba este coche y si pertenecía a la excursión. Entonces me encuentro con la posibilidad de que hubiera más coches, como dijeron las radios, el número oscila entre 7 y 5 unidades. Tampoco olvidemos que los de la excursión eran "Expresos" y también pudo coincidir en el horario algún coche de "línea" Rivera-Montevideo.

EL RETORNO
Gran sorpresa se llevaron los pasajeros de los ómnibus en el retorno, en Rivera habían gozado de dos días hermosos y hasta calurosos, pero a medida que bajaban hacia el sur se vieron de golpe en el medio de un temporal impresionante que azotaba esta parte del país.

Los coches volvían separados, solo los dos de San Ramón venían juntos y adelante.
Al pasar por Tacuarembó se les hablo a todos de la conveniencia de llegar a Montevideo por ruta 6. El Río Yí lo cruzaron con el agua casi en el puente y luego comienzan las dificultades. Al llegar a Florida cada cual decide por su lado el rumbo que les parece mejor y se separan. Uno se decidió por salir a El Tala, esto le alargaría tremendamente el viaje, ya que debió cruzar la ruta 6 y seguir hasta Reboledo, desde allí por la 7 hacia el sur y cruzar el Santa Lucía en Fray Marcos. El 172 y el 216 siguieron hasta la ruta 6 y por esta a San Ramón. Otro habría cruzado por Paso Pache en ruta 5, pero hay un 5º ómnibus, habría seguido también para San Ramón y podría ser el de la foto que vimos en "El Día".

SOBRE EL COCHE QUE CRUZÓ
Aquí nos encontramos también con varias versiones, Berruti habla del 172, El Plata del 173 y El Día del 175, sabemos que fue una "Ola marina" y el 175 era un Brill, por lo tanto este no podía ser. Berruti, como ya dije, amigo de Fernández y chofer de la grúa GMC debió saber bien de que coche se trataba. Me inclino por la versión de Berruti.

Eran las 20:50 horas cuando el 172 entro al puente; según Berruti, y como dijimos en la nota anterior, Fernández contó que ya en el medio del puente y cuando la corriente era más fuerte notó como que el coche se le movía y sentía la dirección muy liviana, es entonces que abrió la puerta para embarcar agua y darle peso al ómnibus para afirmarlo y poder seguir. Esto también me deja muchas dudas, ya que entonces el agua tendría que cubrir totalmente las ruedas para que esto sucediera. Debido a la altura del ómnibus difícilmente hubiera podido hacerlo con el agua a media rueda o un poco más, como se dijo que entraron al puente, y menos aun cuando la puerta estaba del lado contrario al que venía la corriente, o sea a sotaagua. Esto bien pudo ser un alarde de Fernández, la altura de una rueda de esas características es de 1 metro 10 centímetros, el eje está a 55 cm. y suponiendo que hubiera 80 cm. de agua solo cubriría la llanta y no es suficiente. De cualquier forma y a pesar de la dificultad Anatolio Fernández pudo seguir, cruzó el puente y salió a San Ramón.

EL INTENTO DEL 216
En la ruta el 172 venía detrás del 216, pero como estos se detuvieron en un parador aquellos quedaron adelante (Marcenaro). Cuando el 172 entro en el puente el 216 venía unos 50 mts detrás, o sea que lo hicieron casi juntos y llegaron a estar simultáneamente sobre el puente, ya que este tiene 95 metros entre las dos cabeceras.

Cuenta Marcenaro que cuando llegaron al puente ya habían recorrido unos 300 metros de carretera anegada, cada vez más profundo, lo hicieron muy despacio y llegaron con el agua a media rueda o más. En un momento dado vio que el 172 se detenía, (el dice 173) piensa que fue cuando se llevó las cadenas por delante, pero siguió y logró pasar. Cabe hacer notar que no eran cadenas sino una maroma o cable de acero, este no estaba roto, se había desenganchado al no aguantar el tirón el gancho del pilar del puente que lo sostenía.

Marcenaro afirma que a los pocos metros de entrar, un golpe de corriente levanto la parte delantera del ómnibus y lo derivo 1 metro y medio más o menos sobre la derecha dejándolo asentado sobre lo que el pensaba que sería un cordón, aunque en realidad eran las barandas bajas y el borde del puente, (a "El Plata" le dice que un golpe de corriente lo desvió hacia la derecha y a "El Día" que la corriente lo levantó de adelante) esto cuestiona seriamente las versiones que dicen de que el chofer le erró al puente y se fue solo para afuera, pero una cosa es "desviarlo" y otra es "levantarlo". Teniendo en cuenta el ancho del puente y el del ómnibus, quisiera saber si es posible que el agua lo levante y lo desplace 1 metro y medio a un costado sin sacarlo totalmente del puente. También me pregunto, de noche y con el agua corriendo, con que referencia calculó esta distancia.

EN EL MOMENTO DE ENTRAR AL PUENTE
SE PRODUCE UN HECHO CURIOSO Y CONFUSO.

Según el mismo testimonio, en el momento de entrar al puente les hacían señas con linternas y luces rojas desde el otro lado, cosa que interpretaron como que trataban de guiarlos, en realidad era lo contrario, les avisaban que se detuvieran. A mi criterio cosa impensable a esa altura, no quedaba otra que seguir, si paraban se arriesgaba que se apagara el motor y dar marcha atrás, con el ómnibus posiblemente de costado, era demasiado riesgoso. Gente que observaba desde el lado de San Ramón dijo que por la posición de las luces el ómnibus parecía no entrar derecho en el puente, o lo hacía medio de costado. Esto no es un dato menor, porque habría que saber donde estaban ubicadas esas señales de luces, y si ellos lo interpretaron como una guía puede ser un factor importante para que el ómnibus no entrara derecho. No olvidemos que era de noche y la lluvia dificultaba la visibilidad. De todas maneras me parece medio difícil que con el agua en la mitad de la rueda, en un lugar lejos del cause principal y en el que la corriente no era muy fuerte todavía, esta hubiera podido levantar el ómnibus y tirarlo a un costado. Tampoco me parece que hubiera 300 metros de agua fuera de la cabecera del puente, ya que de ser así este debería de estar mucho más sumergido de lo que se dijo que estaba.

En el momento de quedar atrapado, Américo Martínez, el conductor del 216, trató inútilmente de salir de aquella posición, según Marcenaro, en ningún momento se le apagó el motor como se comentó, desesperadamente lo intentó todo durante un largo rato, hasta que comprendió que era inútil y finalmente lo apagó.

AMÉRICO MARTÍNEZ, CONDUCTOR DEL 216
Américo Martínez, tenía 50 años y vivía en la calle Marco Bruto, en esa época conductor ocasional en la empresa, suplente, Berruti no lo conoció. El diario "El Día" lo alaba muchísimo y lo presenta como socio fundador y accionista de ONDA, destaca sus dotes de conductor, persona muy intelectual y músico, (tocaba el violín) era hermano de un hombre de la casa (de "El Día"), el coronel Alcides Martínez.

ANTOLIO FERNÁNDEZ DA CUENTA DE LA SITUACIÓN.
Anatolio Fernández desde el 172 y al salir, alcanzó a ver que el 216 se había quedado, luego de cruzar bajó el pasaje en un club de San Ramón y volvió al lugar, fue quien logró comunicarse por teléfono con la empresa para avisar lo que sucedía y pedir que mandaran ayuda, al comprender que ya nada podía hacer, retornó al club, subió de nuevo los pasajeros y continuó para Montevideo. Esta versión fue confirmada entonces por el Sub Gerente de ONDA Sr. Heriberto Haunchaín. Las comunicaciones estaban prácticamente cortadas debido al temporal y eran contados los teléfonos que funcionaban.

LA DEMORA EN TOMAR CONCIENCIA
DEL PELIGRO Y EN PRESTAR AUXILIO

Pasó más de una hora hasta que se percataron de que el coche estaba en peligro y demasiado tiempo hasta que intentaron operaciones de rescate.

Desde el ómnibus se comenzó a hacer señas con las luces y movían el faro piloto de un lado al otro a modo de señales de auxilio para que entendieran lo complicado de la situación. Sobre las 22 horas, dos particulares que concurrieron voluntariamente con la intención de ayudar, sacaron a dos mujeres en un pequeño bote de 2 remos.

Comienzan las comunicaciones y las idas y venidas, el Comisario de San Ramón se comunica con el Jefe de Policía de Canelones y este vaya a saber con quien. Mientras tanto pasaban las horas y nadie hacía nada. Luego fueron llegando al lugar, en distinto orden, un camión de bomberos, otro del ejército con un enorme reflector, también de la marina y la Prefectura, traían algunos botes a remos y otro a motor, que no funcionó. El bote a remos intentó una salida pero se lo llevó la corriente, los tiró hacia la costa y se salvaron todos.

LAS QUE SALIERON A PIE
Cuenta Héctor Ferrer que cuando llegaron con su compañero, Pedro Fierro, en su pequeño bote hasta el costado del ómnibus, y atención, remando contra la corriente, Martínez estaba ocupado en sacar agua con una latita, o sea, que recién entonces, una hora después, el agua estaba llegando a la altura del piso, supongo que en la parte delantera derecha, ya que el ómnibus estaba inclinado y aseguran que esta rueda estaba fuera del puente. Como no se podía abrir la puerta tuvieron que volcar una ventanilla desencajando el marco para sacar a dos mujeres jóvenes que decidieron aprovechar la oportunidad para irse. Una de ellas era Alba Carvero, la vecina de Berruti. Aunque Ferrer no dice donde las dejaron suponemos que las deben de haber llevado hasta la carretera, que estaba anegada, ya que ellos intentaron volver al ómnibus, y de ahí ellas deben de haber seguido caminando con el agua en las rodillas hasta encontrar un lugar seco; entonces aquí puede estar la confusión de las personas que salieron caminando. En ningún lado se dice que se hubiera abierto la puerta de emergencia ni cadena humana para ayudarlas a salir, Marcenaro no lo nombra, pero tampoco habla de estas dos mujeres que sabemos que se fueron en el bote que llegó primero. Dijo Ferrer que los demás no querían salir porque creían en lo que se les avisaba desde la costa por altoparlantes, "que se quedaran tranquilos que pronto venía ayuda".

Si tomamos en cuenta que Alba Carvero contó que salieron caminando con el agua en las rodillas y que el bote llegó hasta el ómnibus remando una sola persona y contra la corriente, deberemos coincidir en que esta era insuficiente como para levantar el coche, y también que entraron al puente con el agua en los ejes y Fernández no pudo haber embarcado agua, como le dijo a Berruti

NO PERMITEN TRABAJAR AL REMOLQUE
DE ONDA NI A UN CAMIÓN CARGADO

Desde las 23 horas que estaba la grúa de ONDA, a la que no dejaron entrar, el agua todavía no había subido demasiado y aun había tiempo, tampoco dejaron hacer al camión cargado con 32.000 kilos. Los dos conductores insistieron y afirmaron estar seguros de no tener problemas y poderlos sacar, pero no hubo forma, no se les permitió intentarlo. Esto es así y no admite discusión.

Juan L. Rodríguez, conductor del camión trabajaba para un molino cercano, brindó declaraciones para "El Diario" y aseguro que hubiera llegado hasta el ómnibus sin problemas. El "Gringo Bequio", conductor de la grúa aseguraba lo mismo.
En el peor de los casos ¿Qué era una vida comparada con 40 que estaban en juego? Aunque parezca cruel.

SOBRE LA CADENA HUMANA
La cadena humana que se intentó llevar a cabo, se hizo pero desde el lado de San Ramón y por personal militar tomados de un cabo, tampoco pudieron hacerlo porque los arrastraba la correntada. Y aquí vemos las cosas ridículas y la desorganización, no se permitió entrar al camión con varias decenas de toneladas de peso porque decían que era peligroso y lo podía arrastrar la corriente, pero ellos pretenden cruzar el río caminando agarrados de una piolita. ¡Cosa de locos! ¡Hasta que punto puede llegar la estupidez humana!

PASAN LAS HORAS Y SE ACERCA EL FINAL
Si bien en un principio la gente se mantenía tranquila en el coche, con el paso del tiempo los pedidos de auxilio fueron haciéndose continuos y desesperados, llamaban y agitaban pañuelos por las ventanillas, Marcenaro e incluso Papes aseguraron que en un principio no hubo pánico, creían que los iban a sacar, solo en los últimos momentos se vivió desesperación y algunas personas rezaban como abandonadas a su destino.

SE HUNDE
Como ya hemos comentado, la puerta del coche apareció abierta, según Marcenaro, que no tenía salvavidas, la abrió él mismo cuando cayeron al río, ya que estaba adelante junto al conductor y por ahí salió luego de empujar a una persona. Coincide con lo dicho por Papes, en que con los salvavidas puestos era imposible salir por las ventanillas, y este lo logró porque el suyo estaba roto, sin flotadores, (no se por que no se lo sacó) y logro pasar. Esto nos hace pensar que muchos quedaron atrapados adentro debido a estos elementos, que evidentemente cumplieron con la misión opuesta para la que fueron fabricados.

La descripción que hace Marcenaro de los últimos momentos es impactante.

Narra como con el paso de las horas iba subiendo el agua dentro del vehículo, estaban todos parados y sobre las 5,45 de la mañana tenían el agua cerca del cuello y solo esperaban que el ómnibus se volcara; este daba constantes bandazos y en el último momento se inclinó fuertemente hacia la derecha, pero volvió a enderezarse, entonces comenzó a desplazarse hacia atrás y escapó del puente, fueron solamente unos segundos, quedó un momento derecho para luego hundirse de cola, fue el fin.

Los relojes de casi todas las personas encontradas muertas dentro del 216 estaban detenidos entre las 05:55 y 05:56. La hora de la muerte.

RESUMEN
El 172 llegó a las 11 y 30 a Montevideo, y el conductor, que en un principio quedó detenido, tuvo que presentarse ante el juez para brindar declaraciones.
Habría declarado que no vio las cadenas, por estar sumergidas, y tampoco había nada que indicara que no se podía pasar, no dijo nada, o no se menciona, de haber abierto la puerta.

En momentos de llegar hasta la cabecera del puente solo contaba la evaluación y la decisión, muy personal y final de los conductores, sobre la situación y las posibilidades del cruce. A Anatolio Fernández le salió bien, tuvo mucha suerte.
Luego que aclaró el día, un C-47, la versión militar del famoso DC-3, sobrevoló la zona a baja altura, junto a un helicóptero piloteado por un Norteamericano, este fue el que rescató a Marcenaro, que ya volando sobre tierra cayo al piso desde más de tres metros al no aguantar más, por estar entumecido por el frío, luego de muchas horas en el agua, se soltó y cayó. Este aparato también fue el que rescató a los bomberos del bote que naufragó luego de sacar a varias personas del ómnibus. Desde una formación que cruzaba el puente ferroviario alcanzaron a ver cuerpos flotando, este puente es mucho más alto que el carretero y el agua no le llegó. El 216, según ONDA habría salido completo desde Montevideo, pero no se descarta que algún pasajero se hubiera quedado en Rivera, también aparece alguien que no estaba en la lista y que podría haber subido allá.

De cualquier forma, 18 cuerpos aparecieron dentro del coche y se contaban 6 desaparecidos, 12 fueron sacados por el bote de bomberos, 2 por los particulares Ferrer y Fierro, y sabemos que otros 2 se salvaron luego de hundirse, esto nos da un total de 40 personas.

Ahora veamos la lista que aporta ONDA, estos dan 14 sobrevivientes, y 25 fallecidos, suman 39, entonces los rescatados por los bomberos serían 10 y no 12.
En resumidas cuentas, la versión que aportó Domingo Marcenaro de las causas que llevaron al ómnibus a la posición en que quedó, aunque no parece muy descabellada, me deja dudas. ¿Porque motivo el agua levantó a este coche y no al que paso apenas unos metros adelante, y que además cruzó por donde la corriente era más fuerte?

Las razones por la que muriera tanta gente, a mi criterio se debió, descontando la responsabilidad que le pueda caber al conductor; primero, al impedimento que pusieron para que entrara al puente el camión o la grúa; segundo, la demora del auxilio; tercero, la falta de medios y por sobre todo la falta de imaginación y decisión para suplir las carencias ante una emergencia de tal dimensión.

Cuando llegó el bote de bomberos para sacar las personas que rescató, el agua estaba casi en las ventanillas del Centella, ya era muy tarde, demasiado tarde para sacarlos a todos. Se perdieron 5 horas inútilmente. El cuarto viaje y último intento de llegar al ómnibus, pero sin éxito, fue cerca de las 3,30 de la madrugada, se les apagó el motor y se los llevó la corriente, lo demás ya lo saben.

PREGUNTAS SIN RESPUESTA
¿Porque no se intentó rápidamente el rescate desde el lado de Chamizo como lo indica la lógica y lo hicieron Ferrer y Fierro? ¡Estos venía de allí! ¿No había más embarcaciones ni gente que se arrimara a ayudar? Sobre esa orilla no había tanto peligro y el ómnibus estaba ahí nomás, a pocos metros de la carretera y de la cabecera del puente. Muchas cosas se pudieron haber intentado desde ese lugar, ¡pero enseguida!... no después de 5 horas y algunos intentos fallidos desde la costa más alejada.

¿Por que se les decía que se quedaran tranquilos que venía el auxilio cuando en realidad debían saber muy bien que iba a demorar mucho? ¡Si es que llegaba! Tampoco sabían si se iba a poder llevar a cabo. Debieron decirles la verdad desde un principio y darles la oportunidad de decidir que hacer y hasta intentar luchar por sus vidas.

Se les mintió infamemente.

DOS NOTAS PERIODÍSTICAS
Las autoridades policiales en San Ramón, según datos sacados del diario El Plata, eran en esos momentos el Comisario Damiano y el Sub Comisario Regino Giovanelli.
Les voy a hacer la trascripción fiel de lo declarado a El Día por el Sub Gerente de ONDA Sr. Heriberto Haunchaín y por el Comisario Damiano.

HERIBERTO HAUNCHAÍN - Sub Gerente de ONDA.
Ante el requerimiento del cronista dice: "A las 23 horas estaba la grúa y un coche auxiliar, de inmediato intentamos ponernos a trabajar en procura del rescate, pero las autoridades nos lo impidieron explicándonos que las tareas de salvamento estaban a cargo de la Prefectura Marítima... ¡Fue una lástima!"

Pregunta: "¿Entiende usted que se hubieran salvado más vidas de haber intervenido el remolque?"

Repuesta: "Hubiera sido una tentativa más realizada con anterioridad a cualquier otra, el chofer del remolque asegura que si. Lo mismo nos pareció ser la opinión del conductor de un pesado semi-remolque que quiso colaborar, tampoco lo dejaron.
Lo doloroso es que no dejaron hacer, pero tampoco veíamos que ellos activaran, pero evidentemente, a pesar de la buena voluntad, nos pareció comprobar desorientación en los encargados del salvataje".

Pregunta: "¿Cuando se produce la primer tentativa concreta?"

Respuesta: "Fue por intermedio de una frágil lancha tripulada por bomberos, tan heroicos en el esfuerzo, pero que en los tres viajes que hicieron no se tomó la precaución de llevar un cabo".

Pregunta: "¿Mantuvieron esperanzas de salvar los pasajeros?"

Respuesta: "Los encargados de hacerlo en cierto modo lo hacían aflorar, pero los minutos pasaban y sumaban horas, se nos debió permitir a nosotros o al camión que probáramos. ONDA es responsable de su pasaje y se nos debió dejar trabajar al remolque, el conductor mostraba enorme fe y afán"

En esta nota se produce un caso extraño, los datos que tenemos de Domingo Marcenaro dicen que trabajaba en el Banco Comercial, pero Haunchaín en determinado momento menciona, "Como dijo Marcenaro, empleado nuestro", esto, de ser así, podría explicar la razón de algunas declaraciones. También puede haber una confusión de nombres por parte del periodista, ya que sabemos que en ese coche viajaba Fredy Andrioli como "Cicerón" de los excursionistas, aunque este murió y mal puede haber dicho algo, y casi seguro era empleado de ONDA.

EL COMISARIO DAMIANO
En una entrevista que le hizo el diario "El Día" al Comisario Damiano, y a raíz del asunto de la grúa y el camión, este dijo y afirmó -"que no se le acercó ningún particular o delegado de ONDA para pedirle permiso para intentar el salvamento y que en su calidad de máxima autoridad policial de San Ramón nadie se lo pidió, y agrega, si me hubieran pedido el permiso lo hubiera negado"- ¡Una barbaridad! Hay muchos testimonios, incluido el del camionero, que afirman que no los dejaron hacer nada.

No se que opinarán ustedes, pero para mí... está muy claro.

CONCIDERACIONES FINALES
No permitir la ayuda al poco rato de quedar el ómnibus atrapado pudo ser factor importante de la tragedia, porque luego fue todo burocracia, llamadas y comunicaciones, espera de materiales, espera de órdenes, desinteligencias, improvisación y desorganización. ¡Sí amigos! desorganización, porque cuando todos están pendientes de ordenes que no se saben ni de donde parten suceden estas cosas, pasan las horas antes de tomarse cualquier decisión, cuando no se sabe que hacer también suceden estas cosas, mientras tanto las horas corrían y el río crecía.

Y yo pegunto, ¿Quién se puede atribuir el derecho de la exclusividad en un salvamento cuando se trata de salvar una o varias vidas? ¿Quién se puede atribuir el derecho a impedir que persona o personas, particulares o no, acudan en socorro de quien está en riesgo de perder su vida? ¿En nombre de que o quien se atribuyen estos derechos un montón de inútiles burócratas de escritorio?

Históricamente ha sido fundamental la acción de civiles en caso de salvamentos en circunstancias apremiantes. Entonces llegamos a la conclusión de que aquí hubo culpables, y muchos. De haberse intentado el salvamento inmediatamente que el ómnibus quedó atrapado y desde el lado de Chamizo no hubiera habido muertes, si se hubiera dejado entrar la grúa de ONDA o el camión muy posiblemente tampoco hubiera habido muertes. Pero aunque las hubiera habido, por lo menos se habría intentado algo coherente, algo con alguna lógica cuando aun había tiempo.

El comisario Damiano, enterado de lo que sucedía, y a eso de las 22 horas, se prendió del teléfono para llamar al Jefe de Policía de Canelones, y ahí empieza la cadena. Para que querían la Marina, la Prefectura, el Ejército y la Policía si al final los únicos que hicieron algo fueron tres Bomberos. Si Damiano hubiera tenido un poquito de raciocinio en esos momentos, lo primero que debió hacer era llamar a Chamizo para que mandaran gente, cabos y botes, desde allí se debió hacer el intento, no mentirles a los pasajeros, tratar de sacarlos si, pero inmediatamente, en vez de tanta burocracia y demora.

Recién a las 02:00 del martes se hace el primer intento realmente importante, se realiza con éxito y fue con un pequeño bote con un también pequeño motor fuera de borda, así y todo logran hacer tres viajes, a esa altura el 216 tenía el agua cerca de las ventanillas, y ahora pregunto ¿haciendo que se perdieron 5 valiosas horas? Muchos camiones, muchas luces, muchos botes, mucho personal de la Marina, Prefectura, Policial y Militar, etc. etc.... ¿y?

Sobre salvamentos en el agua puedo hablar con sobrada propiedad, y se muy bien de lo que hablo, lamentablemente todo este tema ya lo conozco desde hace mucho tiempo.

APARECIÓ
Finalmente el Centella apareció, el miércoles 20 a eso de las 19:30 comenzó a verse el techo, el jueves 21 retiran los cuerpos, finalmente fue sacado del lugar el sábado 23 a las 11:30 por la grúa de ONDA y un tractor. Estaba a unos 30 metros del puente, no muy por debajo del nivel de la calzada y en una zona que normalmente es playa, y tal como dijo Berruti, presentaba una rotura importante en su rueda delantera derecha.

PARA FINALIZAR
Cuando el bote llegó con salvavidas y recogía gente del ómnibus, la prioridad eran mujeres y niños, pero muchas de ellas, las de más edad, prefirieron quedarse con sus esposos, por eso salieron algunos hombres, fueron tres matrimonios sesentones.

Gestos de esta naturaleza conmueven, hubo un matrimonio que dicen apareció abrazado dentro del ómnibus.

También murieron 2 hermanos españoles de 24 y 27 años.

Garazzia y su hijo de 17, supongo que este no habrá querido abandonar a su padre. Esos matrimonios mayores que prefirieron morir juntos en San Ramón, otros familiares que también lo hicieron y esos héroes que se jugaron casi sin nada y a puro corazón su propia vida por salvar la de otros, y me refiero a Germán López Nilo Baz y Julio Ferres, son los que nos dan la fe y la fuerza para seguir creyendo en la gente y en lo que hacemos en ADES.

Sobre el accidente no hay más misterios ni conjeturas que hacer al respecto, tuvieron demasiados factores en contra y la fatalidad también jugó su rol preponderante. Lo demás es historia y lo que la imaginación de la gente pueda agregar para convertir esta desgracia en leyenda.

Traer este terrible suceso de nuevo al presente, volver a ver los diarios de entonces con sus enormes titulares han revivido dolorosamente los recuerdos de algo que paso hace 50 años... ¡pero que permanece fresco en nuestra memoria!
Este drama dejó demasiadas muertes, momentos de dramatismo y horror inenarrables y seguramente... ¡muchas historias sin contar!