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La carestía continúa
por Dr. Francisco Gallinal
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El problema de la carestía se ha incrementado notoriamente en el correr de este año. El esfuerzo que el gobierno hizo a fines del año pasado para evitar que la inflación llegara a dos dígitos y de esa manera no tener que aplicar la cláusula gatillo, resultó una victoria absolutamente pírrica en tanto los problemas se han trasladado a este año, y con mayor gravedad. Más aún, el gobierno sabía cuando toqueteaba los precios a fines del año pasado, cuáles eran las consecuencias con las que se iba a encontrar en el 2008.
Efectivamente, hoy todos los precios que integran la canasta familiar suben de precio con periodicidad; las jefas y jefes de hogares saben bien de que le estamos hablando cuando planteamos estos temas porque cuando no es la carne, son los fideos, el pan, los combustibles, el transporte, las bebidas refrescantes. Todos los alimentos que a diario se consumen en forma fundamental e indispensable han aumentado su precio y, lo que es más grave, si el gobierno no actúa, se van a seguir incrementando en los próximos tiempos.
En estas horas, justamente, el Directorio de Ancap y el Ministro de Industria y Energía anuncian un nuevo aumento de los combustibles y se apresuran a vaticinar, que no ha de ser el último en tanto siguen con preocupación el desmedido precio del barril de petróleo. Claro, lo que no señalan es que se equivocaron al momento de prevenir la crisis energética que hoy es manifiesta como consecuencia de una crónica largamente anunciada, que para colmo nos impone no solamente restricciones, sino además tarifas diferenciadas.
Nosotros desde estas columnas nos hemos quejado en más de una oportunidad del aumento de los impuestos. Le hemos advertido al gobierno el problema que se iba a cernir sobre el país ante un tan desmedido gasto público, sin responder a una estrategia previamente diseñada, y ante tanta embestida de impuestos: un aumento de la inflación. Y no se nos creyó, o por lo menos, no se nos tomó en cuenta. Como en casi todo lo que hace este gobierno, que se encierra en sus propias mayorías.
Hoy esa situación anunciada es una realidad. El problema de los impuestos siendo grave, ha adquirido una mayor dimensión porque ha reaparecido en escena, después de muchos años, el peor de los impuestos, el de la inflación. Que se traduce lisa y llanamente que con la misma plata, cada día se compra menor cantidad de cosas.
De la misma manera que quien va a cargar nafta, con la misma plata cada día pone en su tanque menor cantidad de litros, así le sucede al que va al almacén. Se le van como agua, y la misma canasta cada día carga una menor cantidad. Precisamente por eso quienes más sufren este flagelo son quienes viven de su salario o de su pasividad, son quienes todos los fines de mes cobran las mismas sumas de dinero pero reciben, en sus compras, menor cantidad de cosas a cambios de ellas.
En las recorridas que estamos haciendo por todo el país, este tema del aumento de los precios y el otro grave problema de la inseguridad generalizada en la que hoy se vive, son los que nos plantean con mayor frecuencia. La gente había generado una esperanza y una ilusión con el gobierno del Frente Amplio y a éste, le bastaron 40 meses para frustrarla.
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