La hojarasca no nos deja ver el bosque por Alvaro Kröger

Sin en nuestra fauna hay un animalito simpático y muy querido por todos es el tero (1). El tero arma un gran escándalo dónde no está el nido y seguro que si uno lo encuentra no tiene el menor reparo en atacar.

Esta táctica es usada en política constantemente y no nos damos cuenta de que somos usados y que entramos como caballos, siempre, siempre.

La polvareda que se levantó por el caso Bordaberry/Michellini no es más que lo que el gobierno quiere en éstos días y justamente en este fin de semana.

Mientras todos hablamos de este caso, le damos la razón a uno o a otro; decimos que Bordaberry Jr. es igual a su padre; decimos que Michellini “curra” con la muerte del suyo y nos enfrentamos entre nosotros, estamos dejando de ver el bosque porque miramos sólo a un árbol....... y es el árbol equivocado.

No es desconocido para nadie de que Michellini está dentro de la bamboleante coalición de gobierno, así que es muy probable que todo este circo haya sido creado por el gobierno con perfecto conocimiento de Michellini, y quién fue realmente engañado, fue el pueblo.

Se usó la táctica del tero..... grito aquí, pero el nido está bien lejos, táctica usada por nuestro querido, admirado y nunca bien ponderado socio del Mercobluff, Kirchner, y anteriormente usada por el Gral. Galtieri cuando mandó a que masacraran a los "cabecitas negras" a las Falklands.

Esta semana nuestro Iluminado Gobierno, hizo exactamente lo mismo pero a menor escala, porque no invadió Martín García..... pero sí desvió la atención pública de un problema gravísimo hacia una mera discusión mediática. Ese problema gravísimo es ni más ni menos el que este fin de semana se define el futuro del Frente Amplio como coalición de gobierno, como partido político de alternativa, como fuerza de izquierda capaz de gobernar al país.

Este fin de semana es el Congreso del Pit-Cnt. En éste congreso se juega el futuro todo el gobierno y más que nada esa estúpida idea de una reelección.

En este congreso hay dos posiciones bien diferentes, como ha sido siempre, entre comunistas ortodoxos y oficialistas tupamaros.

Los comunistas ortodoxos quieren seguir con la "lucha de clases" hasta el final idílico predicho por Marx y desmentido por Gorbachov y los oficialistas tupamaros, más pragmáticos porque la papa caliente está en sus manos, quieren que la conflictividad se detenga porque están perdiendo apoyo "a lo bobo".

Como es tradicional, los ortodoxos en flagrante minoría y con el apoyo de grupos de choque, hacen de un conflicto vacuo un inmenso problema..... ¿Y quién pierde?, seguramente no son los sindicalistas los que dejan de comer, sino los obreros que pierden sus jornales y los empresarios que pierden sus negocios. Cualquier bobeta sabe que perder un negocio por incumplimiento es lo peor que le puede pasar a un empresario: no sólo es casi imposible que llegue algún día a venderle algo al cliente con el que no cumplió, sino que se corre la voz por todo el mundo a través de este aparatito que ahora estamos usando, y que se llama Internet; si el empresario comienza a perder plata, baja la cortina y se acabó el tema, pero y ¿los obreros que hacen? Respuesta: lo de siempre, se perjudican. Los sindicalistas ¿son afectados? Respuesta: en lo más mínimo, por el contrario, cada fuente de trabajo que se cierra es un paso más hacia la "dictadura del proletariado".

Este gobierno, por comisión o por omisión, se mandó una enorme metida de pata, al descalificar a la Justicia cómo el órgano en el cual se dirimen los conflictos y pasando el tema al Poder Ejecutivo en los hombros del Ministerio de Trabajo, dónde el Sr. Ministro intenta infructuosamente laudar cosas que no son ni jamás debieron ser de competencia suya, sino de competencia de un juez.

Entonces ¿que es lo que se dirime en este Congreso?, se verá quién será el futuro inquisidor de la industria, el comercio, las oficinas estatales y todo lugar dónde exista un gremio. Si ganan los ortodoxos, el gobierno va a tener fuertes dolores de cabeza, porque le van a hacer la vida imposible con los paros, huelgas, ocupaciones, etc., etc.

Si gana el oficialismo es posible que la conflictividad baje sensiblemente, pero habrá una cruel lucha de intereses, en la cual, quienes estarán en el medio serán las personas que tienen que trabajar para comer, y la población en general quedará como rehén de esa lucha.

Para desgracia del gobierno, ésta situación fue provocada por los desaciertos del Poder Ejecutivo, al querer "socializar" temas que son claramente competencia de otro poder del estado: el Poder Judicial. No existe otro poder dentro de la Constitución que tenga competencia para dirimir conflictos entre dos posiciones..... y el Poder Judicial fue descalificado, manoseado, pisoteado, al mejor estilo del Pepe Stalin: ahora no hay ni un juez, ni un fiscal que quiera meter la pechera, y es comprensible: si los fallos de la Justicia son desconocidos cuando no son favorables, si se presiona a los miembros del Poder Judicial y si el propio Secretario de la Presidencia defiende a quien comete delitos contra el Estado, ¿porque un juez se va a jugar solo?.

A esta altura del campeonato ¿que gana Bordaberry intentando hacer una maniobra para ganar adeptos? No gana nada, lo más posible es que juzguen a su padre y éste muera, por la ley natural de la vida, antes de que se dicte sentencia, y si se llegara a dictar sentencia y Bordaberry continúa viviendo la pena será de detención domiciliaria por la edad.

En política siempre hay que ver qué, quién y porqué alguien quiere ganar algo; son las reglas del juego: unos ganan y otros pierden.

Es por esto que el famoso debate nos ha dejado medio ciegos, y le estamos errando al bizcochazo: el gran tema NO es lo que se dijeron o no se dijeron Bordaberry y Michellini; el gran tema es ver quién será el que dicte la conducta sindical.

(1) No confundir con el gallotero que es un bicho despreciable