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Año III - Nº 177
Uruguay, 14 de abril del 2006
Inscripto en el Registro de Derechos de Autor en el libro 30 con el No 379
 

 

 

 
Viejo Parque Central
* Fernando Pintos
 

Resulta innegable que el viejo Parque Central es parte de la historia del fútbol uruguayo y del Club Nacional de Fútbol. Fue inaugurado el 25 de mayo de 1900 y allí debutó Nacional el 27 de mayo de aquel año -casualmente, cumplo años el 27 de mayo- en un partido contra el desaparecido Deutshcher F. C. A., terminado con empate a uno, con gol nacionalófilo conquistado por Ernesto Caprario. El 2 de julio de 1911 inauguró una remodelación que le permitió concentrar casi 15 mil espectadores y, para celebrarlo, jugó contra el C.U.R.C.C. y le ganó por 2 a 1. En esa oportunidad, Nacional alineó a Demarchi, Abdón Porte y Foglino. Landoni, Sánchez y Varela. Mazzulo, Brienza, Vallarino, Zibecchi y Pascual Somma. Los goles fueron de Vallarino y Brienza. Por entonces, se consideraba al Parque Central como uno de los mejores escenarios futbolísticos de América. En el centro de esa cancha se suicidó Abdón Porte, en 1918. En ese mismo campo se disputó el partido inaugural del Mundial de 1930, entre las escuadras de Yugoslavia y Brasil. Remodelado completamente, el Parque Central fue escenario de otro partido inaugural, el 14 de mayo de 1944, esta vez entre Nacional y un combinado de la A.U.F., con triunfo tricolor por 6 a 0. Etcétera, etcétera. Un montón de historia y un montón de gloria, sin lugar a dudas.

Hacia finales de los años 70 se jugaban algunos partidos de Nacional en el Parque Central. Era la época en que el Negro Cubilla -ya veterano y gordo, pero con gran calidad todavía- vestía la gloriosa tricolor. En 1980, después de conquistar la Libertadores de América y la Intercontinental, Nacional se coronó campeón uruguayo en el parque, ganándole a Defensor por un gol contra cero. Últimamente, al Parque Central se le han hecho notables modificaciones y se le siguen construyendo algunos palcos de privilegio. Es patrimonio del Club Nacional de Football y, con los precios que hoy día alcanza la propiedad inmobiliaria en Montevideo, su valor debe ser lógicamente enorme. Estemos de acuerdo en que para Nacional y los nacionalófilos -o "nacionalóficos", como solía denominarnos el gordo Rosas Riolfo-, el viejo y remozado Parque Central tiene un valor inconmensurable, que va mucho más allá de lo simplemente monetario: es una parte entrañable en la historia viva del club. Es un símbolo y también un reducto de viejas e irrepetibles glorias. Amén.

Como algunos de ustedes imaginarán, lo que acabo de escribir me lo sé de memoria. Pero& ¿qué bolsilludo que sea digno de tal denominación podría ignorarlo? Estoy de acuerdo en venerar el Parque Central, en utilizarlo para espectáculos de masas, en alquilarlo para eventos de toda índole, en que cualquier escuadra de Nacional que no sea de fútbol, dispute en sus instalaciones las justas deportivas que fueren menester. Pero, decididamente, no recomendaría que las escuadras futbolísticas del Club Nacional de Football disputen allí ningún tipo de encuentros. ¿Acaso estaré loco? ¡Para nada! Nunca he estado más cuerdo que escribiendo estas palabras, puesto que, por si no se han enterado, les informo que cada vez que Nacional juega un partido importante en el Parque Central, el asunto termina o en fiasco, o en decepción, o en catástrofe deportiva. Y lo que menos deseo para los equipos de fútbol de Nacional es cualesquiera de aquellas circunstancias. Y mucho menos ahora, en que se juegan instancias decisivas dentro de la Libertadores y se tiene que recibir a Internacional de Porto Alegre, un equipo que, recordémoslo, vapuleó a Nacional en Porto Alegre: le hizo tres goles, y todavía al bolsillo le salió barata la fiesta.

Aunque yo comprobé esta situación desde finales de los años 70 -pues nunca tuve una satisfacción viendo jugar a Nacional en el Parque Central, y después he recibido, a través de la distancia, un montón de noticias que me han confirmado ese desdichado estatus-, la junta directiva del club parecería no darse por enterada y se insiste en jugar partidos de trascendencia en este escenario venerable. Creerán que por haberles ganado allí a los Pumas de la UNAM, por un parco marcador de 2 a 0, ahora van a tener un buen papel frente a Internacional de Porto Alegre& Pero les recuerdo que en el ínterin, jugaron allí y no pudieron ganarle a ese mediocre equipo venezolano de Maracaibo (al cual sí arrollaron en su propia ciudad y contra todos los factores adversos imaginables). Lamentablemente, el parque ha quedado como escenario para el duelo contra los gaúchos y mucho me temo que Nacional, que en el estadio Centenario casi seguramente obtendría un resultado favorable, si mucho habrá de conformarse con un empate, cuando no con otra vapuleada, igual o peor que la recibida hace algunas semanas en Porto Alegre.

 
 
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