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Los anuncios de Mujica en Brasil
por Jaime Mario Trobo
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Fueron a besarle la mano al “mago” como Mujica le llama a Lula Da Silva, con el propósito de mostrar que el Brasil será “amigo” del gobierno si ellos llegan. Aprovecharon la oportunidad para hacer anuncios relativos a la política interna del Uruguay, como si el Brasil fuera el lugar adecuado para ventilar nuestras cuestiones. Con la experiencia de Gargano haciendo “seguidismo” a Marco Aurelio García ó a Celso Amorim e hipotecando el interés nacional, esta nueva demostración de la formula frentista confirma el desapego que en la izquierda uruguaya hay a la defensa de nuestra independencia.
En una nueva pirueta del camaleónico proceso del candidato Mujica, el que condujo el FA en los últimos años en una estrategia exclusivista que sometió al país a la regla de la mayoría en cualquier tema por importante que fuera, ahora ha lanzado en Brasil, que si llega a la presidencia del Uruguay invitará a la oposición a formar parte del gobierno, gobierno de coalición le llamó. No cabe duda que es de notorio mal gusto referirse a situaciones internas en otro país, y mucho mas en declaraciones realizadas en salones y ámbitos de un estado extranjero, como si las cosas dichas desde allí, desde esos lugares tuvieran mas significación.
Es notorio también que estas expresiones están dominadas por el irreversible derrotero que muestra la opinión publica, que está retirando a la izquierda poco a poco pero inevitablemente del gobierno, entre otras cosas por la falta de tolerancia y respeto por la mitad del país que ha demostrado.
Brasil es un gran país, nosotros también lo somos, y nuestros gobernantes deben hacerse cargo de la larga historia de desencuentros con el gigante, para ingresar a las responsabilidades sin condicionamientos ni compromisos de ningún tipo ajenos a los nacionales; por ello la “admiración” que algunos profesan por sus dirigentes, en especial el Presidente Lula Da Silva, debe ocupar un discreto lugar para que no engañe a propios y ajenos sobre la compostura que nuestros hombres públicos deben tener cuando se trate de conducir la controversia de nuestros intereses con los de ellos, algo que es permanente a lo largo de la historia.
Este viaje de Mujica, que le pretende mostrar pulcro en el vestir, correcto en el hablar y capaz de sensibilizar a Brasil para que nos “apadrine” y “mime”, arriesga ser una entrega más de la persistente actitud de concederle a Brasil muchos de los instrumentos que Uruguay debe cuidar para garantizar su soberanía e independencia.
© Jaime Mario Trobo
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