Año III - Nº 152 - Uruguay, 14 de octubre del 2005

 
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Los desastres naturales
y nuestra responsabilidad

* Alvaro Kröger


Hay, en promedio, unos 600 desastres naturales anuales en todo el mundo. Este número corresponde a huracanes, tifones, erupciones, inundaciones, terremotos, deslaves, etc.

Parte de estos desastres, pueden ser atribuidos a la actividad humana, como el calentamiento global (que no es un mito) que provoca movimientos atmosféricos que a su vez influyen en las corrientes marinas.

Hay otro tipo de desastre natural como el deslave, que es provocado por la deforestación indiscriminada, tratando de buscar terrenos para el cultivo o simplemente para la obtención de maderas exóticas.

Luego están los desastres naturales en los cuales la actividad humana no tiene nada que ver como los terremotos y las erupciones volcánicas.

La última gran erupción fue la del Monte Santa Elena en 1980, así que los vulcanólogos están esperando que en cualquier momento haya otra de la misma o mayor intensidad. Los movimientos de las placas tectónicas del Indico y el Pacífico están dando avisos que algo grande está por pasar. El tsunami de diciembre pasado, el terremoto de Pakistán de la semana pasada, movimientos leves pero constantes de la zona de la falla de San Andrés son indicadores de que está por ocurrir algo muy grave , que no sabemos que será y no tenemos forma de protegernos.

La cuestión de la responsabilidad humana en los cambios climáticos y los grandes desastres es un tema que llevaría a grandes discusiones porque no es un tema mensurable. ¿Desde cuándo estamos contaminando? ¿Cual es volumen de esa contaminación atribuible al hombre? ¿Desde cuándo la actividad humana es responsable de la extinción de otras especies?

Hasta ahora hubo 4 glaciaciones, y actualmente estamos en un período interglaciar. Las glaciaciones, según la bibliografía geológica, fueron precedidas por drásticos cambios de clima, e incluso la última fue la que permitió a los mamíferos desarrollarse y diversificarse.

Descontando que tenemos cierto grado de culpa, imposible de medir, lo que está ocurriendo, aparentemente, es el comienzo de una 5ª era glacial. No va a ser de un otoño a un invierno, sino que en general tardan al menos un milenio en completarse.

Esta idea no es extraña en el mundo científico ya que la intensificación de los desastres naturales viene en aumento desde hace unos 35 años en que se empezó a medir sistemáticamente y a recopilar datos. Según algunos cálculos la actividad humana por sí sola no podría hacer que los cambios climáticos fuesen tan extremos; según otros cálculos todos los cambios climáticos son producto de la actividad humana.

Yo creo que debemos ponernos en una situación en el medio de estas dos posiciones extremas, y de allí es que sostengo que la incidencia de la actividad humana no es mensurable.

Lo que sí se puede afirmar categóricamente es que la intensidad de huracanes y tifones irá en aumento año a año, que el nivel del mar irá subiendo paulatinamente, y que habrá al menos un gran desastre natural en el curso de los próximos 25 a 30 años: el famoso "Big One", el terremoto que asolará las costas de California y que los cálculos más pesimistas dicen que separará la península de California del continente.

Hay otra estimación, y está basada en datos científicos muy confiables, y es que en los próximos años habrá una enorme erupción en las islas Canarias, posiblemente en Santa Cruz de Tenerife, que hundirá la isla, y formará un tsunami de características apocalípticas: toda la costa oriental del continente americano y las Islas Británicas sufrirán ese impacto de una ola de unos 150 metros de altura (hay cálculos que diagnostican una ola de 800 metros de altura, pero me parecen un poco exagerados), que llegará a una velocidad de 600 km/h y será más devastadora en la costa desde Fortaleza, en Brasil a Halifax en Canadá.

Las ciudades al sur de Fortaleza la sufriremos también pero con menor intensidad.
Otro capítulo es la posibilidad del impacto de un objeto exterior sobre la superficie de la Tierra. Ya tuvimos varios impactos de este tipo y el último, realmente grande, dejó el Golfo de México hecho. En 1908 hubo un impacto en Siberia, pero era un meteorito de juguete. Actualmente hay programas ruso-norteamericanos de seguimiento de meteoritos, para el monitoreo de las órbitas de los mismos y su eventual desviación en caso de que se acercaran demasiado.

Un desastre natural que sí podemos, al menos luego de comenzado, controlar es la pandemia de la fiebre aviar. Esta enfermedad, actualmente esta parcialmente confinada en extremo oriente, pero ya han aparecido casos en Turquía y Bulgaria. No es la cepa que se espera, no ha llegado a mutar aún para ser transmisible de hombre a hombre, pero es un aviso de que debemos estar alerta.

La Organización Mundial de la Salud espera un mínimo de 5 millones de muertos a un máximo de 150 millones antes de poder controlarla. Todo depende de la velocidad de expansión de la enfermedad y la velocidad con que el hombre pueda hacer una vacuna eficaz. Este es otro caso en que la responsabilidad humana no puede ser achacada como causante del mal.

Lo cierto es que en los próximos años veremos desastres naturales sin precedentes en la historia humana, aunque sí hubo precedentes en la historia de la Tierra.