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Cañeros perdieron U$S 6 millones en esta zafra
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Promesas “progresistas” son una máquina de fabricar más endeudados y pobres en Bella Unión
Primero las promesas.
Había que hacer surgir otra vez la ilusión de que Bella Unión (contrariando toda lógica y hasta la historia) podía transformarse en la “capital azucarera” de nuestro país.
Después había que embarcar a los pequeños y medianos productores en el proyecto de ALUR, la azucarera del litoral, una empresa que nació entre gallos y medias noches en el seno del directorio de ANCAP y que preside, nada más ni nada menos, que el Vicepresidente de esa empresa monopólica estatal, Raúl Sendic hijo.
Y por conseguir algunos votos, las promesas se fueron sucediendo y así llegaron al poder.
Pero la realidad es una sola: ALUR es deficitaria, la producción de caña azucarera fracasó y de este modo el “progresismo” se transformó en una verdadera máquina de fabricar más endeudados y pobres en Bella Unión.
Según se difundió esta semana, la Asociación de Plantadores de Caña de Azúcar (Apcanu) informó que se debieron cortar y tirar la producción de mil hectáreas y a esto hay que sumarle 500 hectáreas más, que estaban por debajo del rendimiento mínimo exigido para la producción azucarera.
El promedio del índice de azúcar en la caña de los últimos cinco años ha sido de 10,80% y en esta zafra el promedio llegó a sólo 8, 25%.
Antes de fin de mes estará finalizando esta zafra cañera, que alcanzará las 26.000 toneladas de azúcar, cuando las autoridades de ANCAP (léase Sendic hijo) había prometido una cifra que duplicaba la antes mencionada.
En efecto Juan Aníbal Soria, presidente de la gremial, dijo que de acuerdo con el área plantada (6.400 hectáreas) debería haberse alcanzado una producción de azúcar cercana a las 40.000 toneladas. El promedio de la pérdida fue del 40%, llegando algunos productores a perder el 100%.
En otras palabras: varias decenas de pequeños y medianos productores que creyeron en las promesas oficiales que hoy están peor que ayer, más endeudados y más empobrecidos.
Ahora esos productores engañados por la neoizquierda uruguaya, insisten en solicitarle al gobierno una ayuda que permita mediante préstamos blandos, a no menos de cinco años de plazo, para que por lo menos puedan continuar produciendo.
Las pérdidas de los productores no permitió que se plantaran las 2.000 hectáreas que pensaban sembrarse en primavera, por lo que atrasará alcanzar la meta de 10.000 hectáreas previstas para el año que viene.
Con relación a la producción de alcohol, Soria dijo que no cree que el año próximo se pueda realizar. Está prácticamente pronta la parte civil para el cambio del proceso, pero aún no se ha definido cuál será la empresa que hará la destilería.
En fuentes técnicas irreprochables, se asegura que el proyecto sucro alcoholero del gobierno fue poco menos que abandonado, porque es absolutamente inviable por el volumen productivo que tiene nuestro país y por los altísimos costos de procesamiento que tiene la materia prima.
En definitiva: estamos ante otra “promesa progresista”.
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