Año III - Nº 126 - Uruguay, 15 de abril del 2005

 

 

 

 
EL PLAN DE EMERGENCIA
¿CARIDAD O LIMOSNA?

Por Marcos A.Temesio

Desde que comenzó la campaña electoral para las pasadas elecciones nacionales, hemos escuchado hablar largo y tendido del famoso plan de emergencia social. Aún no he logrado comprender la forma en que el futuro ministerio implementará este plan, si lo hará entregando dinero en efectivo o mediante algún otro tipo de mecanismo que le haga llegar a los mas necesitados aquellos artículos de la canasta familiar básica para subsistir.

Lo que sí sé, es que una idea tan importante como esta, no depende únicamente del impulso que le pueda dar un grupo de personas de un determinado partido político, sino que es una responsabilidad de todos los uruguayos. Y me refiero a cada uno de nosotros, que contamos con un trabajo estable, que podemos vivir decorosamente, que de vez en cuando nos podemos dar algunos lujos, y que normalmente hablamos de estos temas criticando o alabando las diferentes posiciones sin hacer absolutamente nada.

¿Si supieran o mejor dicho si abrieran los ojos a la realidad de todo lo mucho que hay por hacer por el prójimo y por nuestro propio crecimiento y bienestar espiritual?

Como lo hiciera un matrimonio, que sin tener ningún parentesco ni obligación, mas que el deber moral de ayudar, rescató a una anciana de 92 años que estaba destinada a morir en la más absoluta soledad. Esta señora vivía en un pequeño apartamento por el que pagaba una renta muy baja por estar afiliada al RABE, y como su condición física y mental no se lo permitían, no podía cocinar por lo cual comía cuando podía comprarse algún alimento. Ni hablemos de la limpieza del inmueble, lo que hacía que esta persona estuviera sumida en una suciedad terrible que atentaba permanentemente contra su frágil estado de salud.

Felizmente todo esto ya es cosa del pasado, porque ahora se encuentra cómodamente alojada en una casa de salud, donde es higienizada a diario, se alimenta en buena forma, cuenta con atención médica permanente y está rodeada de personas que se preocupan por ella.

Yo me pregunto, ¿Esto lo hará también el plan de emergencia?, ¿Es necesario crear un nuevo ministerio, con todos los gastos que ello implica, para que estas cosas sucedan?., ¿Es necesario cargar con mas impuestos a los buenos pagadores para lograr este cometido?. Francamente creo que la respuesta a estas interrogantes es un rotundo NO, que no implica estar en contra de la buena idea del gobierno de turno, sino en contra del procedimiento que pretende implementar. Si cada uno de nosotros hiciéramos algo similar a lo que realizó esta pareja, estoy plenamente seguro que el plan de emergencia social no tendría razón de existir.

Además existen otros caminos, las ONG por ejemplo, que con la debida asistencia y apoyo del estado podrían realizar una labor maravillosa en este campo.

Seamos caritativos, porque la caridad es un acto de amor, y no la confundamos con la limosna, que es una humillación para el ser humano.

Hay mucho por hacer, y cada uno de nosotros puede aportar su granito de arena y juntos construir un Uruguay digno y mejor.