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Tres minicrónicas algo inseguras
(o… cuando la realidad supera a las crónicas) |
por Marciano Durán |
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Arrancan la caja fuerte de un cambio en Punta del Este con una camioneta
Hasta ayer no habían surgido novedades en torno a la banda de delincuentes que la madrugada del domingo se llevó de arrastro la caja fuerte de una casa cambiaria ubicada en la sucursal Punta del Este de supermercados Devoto, a la altura de la parada 10 de la Avenida Roosevelt.
–Vieja… ¿precisás algo del súper?
–Sí Viruta, traeme una leche, media docena de huevos y un kilo de morrones.
–Vengo en un rato, si te acordás de algo más me mandás un mensaje de texto.
–Viejo… ¿vos viste que hora es? Son más de las dos de la mañana.
–Sí… ya sé, pero está abierto las 24 horas.
–Cuidate Viruta, a esta hora es un peligro andar por la calle.
–Voy con los muchachos, quedate tranquila.
–¿En qué van?
–En la Nissan con el Cubija, el Manteca, el Gomina y el Matraca.
–¡Por acá, estacioná por acá Viruta! Ahí tené un lugar segurola. ¡Ahí, al lado de la farmacia!
–¡Paráááá Matraca! ¡Parááá, me volvé loco! Fijate si hay algún cuidacoche. Esto está regalado, me llegan a afanar el mionca me corto lo que me encargó la Zully. ¡Pibeee! ¡Eeeehh! ¡Pibeee! ¿Le das una vichadita al mionca?
–Sí, señor ¿usted no es el famoso Viruta?
–No, ese es un chorro parecido a mí, somos como “separados al nacer”. Tá bastante oscuro esto ¿no queda regalada la Nissan?
–No señor, yo se la cuido.
–¡Vamos muchachos! Gomina, bajá la maceta. Matraca… la piola. Vamos, primero le compramos las cosas a la flaca y despué hacemo el laburo. Buenas noches señorita, ¿Dónde tiene los huevos?
–Acá. Al lado de los embutidos.
–¿Y la leche?
–Allá señor, junto a la carnicería… perdón ¿hace mucho frío afuera?
–Un poco ¿Por qué?
–Por las gorras pasamontañas que traen puestas, casi no se les ve la cara.
–Sí, ta bastante ofri.
–¿Sabe que tiene la voz parecida al Viruta?
–No, no sabía. Una preguntita: cajas fuertes… ¿tienen?
– Nos está quedando una sola, señor. Aquella que está allá…esa… ahí , donde no dan las cámaras de vigilancia. ¿Tiene tarjeta Hipercard?
–Sí, pero prefiero no dejarte mis datos.
–Lo que pasa es que se va a perder de acumular unos cuantos puntos, esa caja está cargadita. ¿Quiere que se le haga envolver para regalo, señor?
–No. Es para mí.
–¿Le digo al chico que se la lleve hasta el auto?
–No, nena. Yo me encargo, traje gente. ¡Gomina, poné el mionca de culata contra el frente del super! ¡Cubija hacé saltar alguna alarma para tapar los ruidos! ¡Manteca dale un macetazo al vidrio! ¡Matraca atá la caja y prendé el motor que yo ya voy!
–¿Precisa boleta señor? Mire que está parando la caminera.
–No, no precisa. ¿Qué te debo por la leche, los huevos y los morrones?
–Son 150 pesos, señor.
–¡¡150 pesos!! Pero… ¿a cuánto me estás cobrando los morrones?
–A $ 120 pesos, señor.
–¡No tienen vergüenza! ¡Bandidos! ¡Ladrones! ¡120 pesos un kilo de morrones! Lo que soy yo, no vengo nunca más a este supermercado ¡Manga de ladrones! ¿Y estos huevos? ¡ESTA CAJA VIENE CON CUATRO HUEVOS!
–Sí, señor… ¿vio que ahora las garrafas de 13 kilos vienen con 8 kilos? Nosotros empezamos con los huevos. Cuatro huevos son media docena.
Y si no le gusta, vaya al almacén del barrio, a ver si consigue tan fácil una caja fuerte.
Quisieron robar la casa de Casaretto.
Dos delincuentes pretendieron ingresar en la madrugada del domingo a la casa del diputado nacionalista Federico Casaretto, quien se encuentra en los Estados Unidos invitado por el gobierno de ese país.
Este es el quinto intento de robo en los últimos meses contra el diputado de Maldonado.
I)
–Che Cachete ¿te acordás cuál es la dirección de la Página Web del diputado Casaretto?
–Sí… ¿para qué la querés?
–Voy a ver si saco algún datito.
–¿Algún datito?
–Sí, mirá… acá está… ¡Mirááá, tiene la declaración jurada!
–¿Dice cuánto gana?
—Sí, acá está el sueldo de diputado y de médico. ¡Está lindo pa´ hacerle una visita! ¡Miráááá… acá dice cuales días está en Montevideo y cuales en Maldonado!
–Y vaaaamos.
–Escuchá la radio, Cachete: “Desconocidos ingresaron ayer al domicilio del diputado nacionalista Federico Casaretto”
II)
–Che Cachete… dame la dirección del diputado otra vez.
–Acá está….Casaretto Informa… ¡Mirááááá, dice que mañana se va a Montevideo por el Impuesto de Primaria! ¡Dale, vamos a hacerle otra visita! Seguro que queda la casa sola.
–Y vaaaamos.
–Escuchá la radio, Cachete: “Por segunda vez en poco tiempo, desconocidos ingresaron al domicilio del diputado nacionalista”
III)
–Che Cachete ¿sabés adónde hace tiempo que no vamos?
–A lo del diputado.
–¡¡Sííí! Fijate en internet si tiene pensado salir este fin de semana.
–Sí, dice que se va a las fiestas del Centenario de Aiguá.
– Bueno, esa página se ve que la está haciendo con la computadora portátil. ¿Te acordás? La que vimos la otra vuelta arriba de la mesita del living y que no nos dio el tiempo de manotear.
–Y vaaaamos.
–Escuchá la radio Cachete: “Los malvivientes visitaron nuevamente el domicilio del diputado Federico Casaretto. El robo se produjo mientras Casaretto y su esposa habían salido de su domicilio. Los desconocidos lograron llevarse consigo una computadora portátil y una suma no precisada de dinero.”
IV)
–Che Cachete, entrá a la página del que ya sabés y fijate si tiene pensado ir a algún lado.
–¡Síííí, dice que tiene una conferencia!! “Actualidad del diferendo Uruguayo-Argentino y sus efectos inmediatos: impacto en el Turismo”
–¿En Maldonado?
–No, es en el Anexo del Palacio Legislativo. ¿Qué nos queda para traernos?
–Buscá en la página a ver si nos tira algún datito.
–Dice que tiene una camioneta Peugeot 206 del 2003.
–Y vaaaamos.
Escuchá la radio Cachete: “Parece que los amigos de lo ajeno se la agarraron con el Diputado Casaretto, quien fue víctima esta semana de un nuevo intento de robo, sumando el cuarto, entre los consumados y los intentos que suma el representante nacionalista. Según informó el propio representante nacional desconocidos ingresaron a su vivienda e intentaron robar la camioneta Peugeot 206.”
V)
–Che Cachete… ¿sabés qué tengo ganas de hacer?
–Sí, entrar a la página de Casaretto.
–¡Mirá! Habla de la computadora que le robamos. ¡Mirá lo que dice! “Luego de cinco meses he podido adquirir una nueva por lo que desde ahora prometo estar nuevamente en contacto con todos ustedes para compartir los acontecimientos generados de mi actuación política. Espero que los amigos de lo ajeno no sean asiduos lectores de esta página y no visiten nuevamente mi casa”.
–¿Se habrá avivado?
–No, no creo. Tiró un bolazo, pero ni se imagina que estemos leyendo todos los meses. ¿Dice si está de viaje?
–Sí, dice que se va para Estados Unidos.
–Y bueno… si no hay más remedio habrá que ir.
–¡Pará, dejale un mensaje en el “Libro de visitas”!
–¿Qué le pongo?
–Ponele: Felicitaciones, la página es de gran ayuda para mi trabajo.
–Y vaaaamos.
Lo único que se salvó del robo fue el pasaporte
Mientras Andrés Silva, luego de correr los 200 metros, realizaba los ejercicios de calentamiento para competir en una de las pruebas de mayores, su mochila -en la que tenía sus documentos, el teléfono celular, ropa de competición y zapatos- fue hurtada del sexto andarivel. El atleta salió rápidamente –sin éxito- en busca de sus pertenencias.
–¿Cuál es su hipótesis Inspector Culombo?
–Robo. Esto fue un robo, señor Comisario.
–Ya lo sabemos Culombo, a este morocho no hay con que darle. Yo lo vengo siguiendo desde que salió de Tacuarembó. ¡Es impresionante lo que corre! ¡Los roba a todos!
—No, señor Comisario. Me refiero a que fue un robo lo de la mochila con las cosas de…..de…de…
–¿Silva?
–No me haga chiflar ahora, estamos ante un caso serio, Señor comisario.
–Le pregunto si la mochila es de Silva.
–Era. No pudimos encontrarla.
–¿De quién sospecha, Inspector Culombo?
–Tenemos algunas personas detenidas. Le hemos pedido a Silva que venga para tratar de identificarlos. Mire, ahí… ellos no nos pueden ver porque ese vidrio es espejado.
–¿Trajo cuatro sospechosos, Culombo?
–Sí, estoy seguro de que es uno de estos.
–¿Cuál?
–Si el que lo robó se escondió a una cuadra tiene que haber sido ese que está de lentes oscuros y gorra de lana. Si el que lo robó se escondió a cuatro cuadras puede ser el morocho de manos en los bolsillos, el de pantalón azul o el flaquito de camiseta amarilla.
–¿Cómo puede estar tan seguro, Inspector?
–Elemental mi querido Comisario. Cuando lo robaron, Silva lo sacó corriendo y no lo pudo alcanzar. Así que el que lo robó puede haber sido el de manos en los bolsillos. Es el brasilero Luis Ambrosio que le ganó en el Sudamericano cuando Silva consiguió Medalla de Plata. También puede ser el de pantalón azul. Ese se llama Rodrigo Bargas, es un brasilero que puso 47,84 en los 400 metros en el Sudamericano de Rosario, a ese tampoco le pudo ganar. Sino puede ser el flaquito de camiseta amarilla… es un venezolano que se llama Luis Luna que le ganó en los Juegos Deportivos Sudamericanos.
Y si el que lo robó se escondió a una cuadra entonces hay que buscar entre los que corren 100 metros llanos. Ese de lentes oscuros y gorra de lana es el brasilero Claudio de Souza que puso 10.44 en los 100 metros.
No existe otra persona en todo el planeta que Silva no hubiera alcanzado.
–¡Bien Culombo, muy bien! Pero … ¿y si no fuera ninguno de estos?
–¡Entonces llame urgente a Maglione! ¡Ponga un aviso! ¡Patrulle las calles! ¡Hay que encontrarlo! ¡Beijing 2008, allá vamos! ¡Atento chinos! ¡Vayan preparando una de oro para Uruguay!
© Marciano Durán - Junio 2007
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