Cargando la página...

Aguarde unos instantes...
hasta que cargue completamente
y desaparezca esta imágen.

Año III - Nº 139 - Uruguay, 15 de julio del 2005

 
Menú de Navegación

El turismo de caza genera en Uruguay
unos 20 millones de dólares por año

 

Se trata de un producto VIP en el ramo de viajes gracias al cual llegan 3.000 extranjeros de alto poder adquisitivo

Algunos vienen solos, pero la mayoría lo hace en pequeños grupos. Son fundamentalmente estadounidenses y europeos. En el año, son al menos tres mil los cazadores extranjeros que ingresan a Uruguay. Una industria creciente, que deja al país entre U$S 15 millones y U$S 20 millones por año.

Los cazadores llegan en algunas oportunidades por su cuenta, pero cada vez más lo hacen con operadores que se dedican a atraerlos.

La demanda hacia el turismo cinegético es creciente, dijo a El País el ministro de Turismo, Héctor Lescano.

Para el jerarca se trata de una oportunidad relativamente nueva para el país y un producto turístico al que pretende darle "importancia" y apoyar a los operadores.

Señaló además que esa secretaría de Estado, junto al Ministerio de Ganadería, se abocarán a actualizar las normas que lo regulan. Para ello utilizaran legislación de otros países, como Sudáfrica.

ESPECIES. Según las normas vigentes, hay dos modalidades para cazar. Hay especies que son libres (jabalí, cotorra, garibaldino, crucera, yarará y coral) y otras para las que se requiere un permiso del Ministerio de Ganadería (ciervo, liebre, palomas, perdiz y patos silvestres).

Para atrapar algunos animales hay períodos temporales determinados y, además, cuando es necesario pedir autorización hay que pagar un costo, dependiendo del ejemplar que se quiera cazar.

Fuentes del Ministerio dijeron a El País que son al menos 3.000 los permisos de caza que brindan a extranjeros

Además, distintos operadores señalaron que hay personas de fuera de fronteras, sobre todo brasileños, en cuyo país está prohibido cazar, que ingresan a Uruguay, pero no solicitan las autorizaciones oficiales.

DE CAZA. Los bajos costos y el hecho de poder cazar en ambientes naturales y no en predios donde se colocan los animales para que puedan atraparlos, son los factores fundamentales para que los extranjeros elijan cazar el Uruguay, dijo a El País la operadora turística Cecilia Regules.

Señaló además que ella maneja una cartera de 40 estancias que se dedican al turismo cinegético, fundamentalmente en Soriano, Flores, Colonia, Río Negro y Paysandú.

Los agentes asesoran a estos turistas sobre las especies que pueden atrapar y les ofrecen paquetes que incluyen diversos servicios.

La atención comienza con irlos a buscar al aeropuerto, al que llegan los viajeros, generalmente en grupos de entre dos y 10 personas.

Vienen de todas las edades y aunque generalmente son hombres, hay veces en que sus mujeres los acompañan o también grupos únicamente femeninos.

Hay oportunidades en que los viajeros solicitan previamente ingresar con sus propias armas y los operadores los orientan sobre los permisos para poder utilizarlas en Uruguay.

En su defecto, pueden alquilarlas o comprarlas. Las armas más utilizadas para cazar son el rifle calibre 22, que cuesta U$S 275 y las escopetas, cuyo precio oscila entre U$S 192 y U$S 395.

En la estancia, se les brinda, además de alojamiento, otros servicios relacionados con la caza y también actividades como cabalgatas o paseos para los acompañantes.

El precio por un día de caza puede variar entre U$S 150 y U$S 500 por persona, dependiendo del establecimiento, si se alquilan las armas y si utilizan perros.

Fuentes del Ministerio de Ganadería dijeron que las divisas por el turismo cinegético son entre U$S 15 millones y U$S 20 millones por año.

Luego que llegan a los establecimientos, siempre están acompañados por alguna persona de la estancia, que recogen los cartuchos y casquillos y los animales. Además se encargan de controlar que cumplan con las normas vigentes.

En la mayoría de los casos utilizan perros para lograr dar antes con sus presas.

Los viajeros suelen levantarse muy temprano y llegar a los lugares donde pueden estar los animales a atrapar al amanecer.

En general hacen un descanso a mediodía y en la tarde vuelven a la caza.

De noche, es usual que consuman los animales que atraparon, preparados por cheffs expertos en cocinarlos.

A los cazadores extranjeros les desagrada dejar animales y que no sean consumidos, dijo a El País, Gonzalo López, propietario de la estancia "El Copihue", ubicada a siete kilómetros de Mercedes.

Muchas veces, los cazadores quieren llevarse consigo algunos alimentos que cazaron.

Las "palomas en escabeche" suelen ser de las preparaciones preferidas para disfrutar en su país de origen.