De costa a costa * Carlos Arce Porto Alegre/Brasil
|
|
|
|
Como casi siempre la firma multinacional de informática en que yo trabajaba en Caracas, dejaba para última hora para confirmar mis viajes a curso, no había mas vuelos directos , siendo necesario hacer varias combinaciones de compañías aéreas y aeropuertos.
Así fue una vez que saliendo de Venezuela, debería cambiar de avión en el aeropuerto Kennedy de NUEVA YORK y otra en Los Angeles en California para finalmente llegar a mi destino final la ciudad de San José.
Saliendo de un país tropical con 39 grados y llegando a una ciudad no muy fría, ni me preocupé de llevar ropa de abrigo, así que fui con mi clásica camisa estampada " caribeña" y unos pantalones finitos de material sintético.
Un vuelo tranquilo hacia los STATES y yo ansioso para ver por lo menos desde el aire la estatua de la Libertad y la isla de Manhatan, pero una densa neblina solo me permitía ver la luz roja parpadeando en la punta del ala y mas nada.
Aterrizamos y nos dirigimos a la ala internacional de desembarque.
Revisión de pasaporte y visa y las clásicas dos preguntitas de la inmigración.
A que vino a los Estados Unidos?
Cuanto tiempo se va a quedar?
Una rápida revisada en la valija y pronto , listo para hacer mi conexion.
Como el aeropuerto es tan grande es necesario tomar un ómnibus interno para ir hasta la otra compañía la TWA.
Me dirijo hacia la salida y como a unos 15 pasos diviso del otro lado de la puerta un cargador de valijas, que más parecía un oso polar con su vestimenta.
Varias casacas, un gorro tapando toda su cabeza, bufanda enroscada varias veces en su pescuezo, guantes en sus manos y los clásicos tapa orejas de piel tan típicos de los países fríos.
Nos miramos mutuamente, yo pensando:
Que payaso para que tanta ropa no puede estar tan frío???
Y me imagino que él también pensando :
Esta cucaracha latina, sin ropa de abrigo se va a congelar??
Se acaba la distancia y la puerta automática se abre, paso del paraíso al infierno (pero helado) en un segundo.
Más o menos como pasar del día mas caluroso del verano a las 2 de la tarde, a la noche mas helada del invierno.
Estaba 3 grados bajo cero!!!!!!
Pero no le voy a dar el gusto a los demás de escuchar mis gritos aterrorizados de frío, y la garra charrúa???
Era hora de ponerla en evidencia, asi que aparentando la mas absoluta indiferencia caminé con mi valija hasta el ómnibus.
Hice mi embarque e despegamos hacia la dorada California.
Con la eficiencia americana todo eso fue hecho en 25 minutos, cosas del primer mundo.
Bueno dentro del avión un agradable aire acondicionado me hizo "revivir" rápidamente de ese "polo congelado neoyorquino".
Una buena película, un paisaje agradable y lo que faltaba una taza de café (si se pude llamar de café), pero por un descuido la azafata derramo el elemento líquido en mis pantalones en lugar de en la taza.
Bueno tragedia, alarma general, la pobre no sabía que cara poner, viene otra colega con paño húmedo, viene el jefe de comisarios a presentar sus disculpas.
Superado el inconveniente y ya tomando una nueva taza de café, me ofrece la azafata con un kit cortesía, un "jogging" de moleton en el clásico color rojo con el emblema de la compañía, sin hacerme de rogado fui al baño y volví luciendo mi nuevo uniforme y seco.
En los vuelos costa a costa que en condiciones normales duran aproximadamente unas 5 horas, pueden verse reducidas cuando la aeronave encuentra los llamados WINDS TAIL, o sea las corrientes de viento en las altitudes que empujan al avión.
Como ganamos mas de media hora, el piloto nos regaló con un sobrevuelo a baja altitud sobre el Grand Canyon de Arizona que en el horario de al atardecer brinda un sinfín de tonos de ocre y marrones.
Ya en aproximación a Los Angeles, pregunto a una azafata sobre mi próxima conexión, en letras esta marcado SAN JOSE y un código de la compañía aérea "AC" que no me es familiar, trata de informarse a través de la radio del avión y me confirma " señor la compañía es AIR CALIFORNIA, solo que ese vuelo que el señor tiene marcado es para Ontario, Canada!!!!!!
Lo que????
Pero si yo quiero ir a San José, y no volver hacia atrás.
Lo siento mucho pero tendrá que solucionar su problema en el balcón de la compañía.
Allá aterrizamos y me voy ya furioso a esclarecer el lío y pensando ahora me van a demorar un día mas aquí hasta que exista lugar.
Pero ese pensamiento tercermundista es resuelto en solo 5 minutos, el empleado entra en su terminal y rehace mi ruta.
Y los pasajes le digo???
No problems, los imprime y me los entrega, en 30 minutos ustedes embarcará e nuestro puente aéreo hacia la ciudad de San Francisco y de allí lo llevaremos a San José...
Resuelta esa burocracia me acuerdo de la pobre de mi valija, me indica una puerta como a unos 20 metros y por su radio indica el código de la misma.
Es increíble el sistema, pues si uno llega y entrega su valija antes del horario de salida de su vuelo, ellos no esperan el mismo y despachan la valija en el primer vuelo que vaya en ese sentido, siendo así que muchas veces, la valija llega ANTES que el pasajero y queda a su disposición.
Pero viendo varios jumbos llegando de Asia, unido al gran tráfico nacional uno llega a dudar de tanta eficiencia.
Me encamino ya medio desconfiado hacia la puerta indicada y cuando faltaban unos 5 metros para llegar, allá estaba la misma en la mano del funcionario.
El resto del vuelo fue conforme a lo planificado, una hora de vuelo hasta el aeropuerto internacional de San Francisco y desde allí, una compañía decoló un 707 con mas de 230 lugares vacíos para llevar una señora con su hija, una azafata y a mi, (fuera piloto y copiloto), para recorrer 60 kms..... increíble....
|